Comunicación Estratégica Feminista: un proceso para fortalecer las colectividades

La comunicación es imprescindible en todos los procesos organizativos, es la vía de continuidad y crecimiento, es un elemento clave para el sostenimiento tanto interno como externo de los grupos. Sin embargo, en esta era de la tecnología e inmediatez, en dónde los sucesos ocurren y hay que dar respuesta, muchas veces caemos en el error de creer que al replicar o difundir información ya estamos comunicando.

Conviene hacer un alto y cuestionarnos ¿realmente es así? Difundir información es vitalmente importante en ciertos momentos de urgencia, pero la comunicación va más allá, nos invita a abrirnos hacia nosotras y las otras, reflexionar y tomar conciencia, por ello es un espacio de poder en disputa.

El poder de la comunicación nos permite encontrarnos, reconocernos, comprendernos, organizarnos y construir acciones que nos permitan cambiar nuestra realidad. Nos da la oportunidad de posicionar nuestras demandas, luchas, exigencias, contar esas historias que muchas veces han sido opacadas, silenciadas, pero que siempre encuentran las formas de salir y narrarse a sí mismas.

¿Cómo podemos, desde las organizaciones y colectivos, recuperar ese poder?

Comunicación Estratégica Feminista

Desde la Comunicación Estratégica Feminista buscamos compartir nuestros dolores, rabias, pero también esperanzas, sueños y los trabajos que realizamos para lograr construir esos otros mundos. Sabemos que unidas somos más fuertes, y que también unidas podemos amplificar nuestras voces, replicar las alegrías, compartir la indignación y expandir las llamadas a la acción.

Retomando esta propuesta y uniéndola con la educación popular feminista, durante 2023 realizamos un poderoso proceso de formación entre pares con colectivos y redes de mujeres del estado de Chiapas. A partir de este proceso, entre todas hemos podido hacer un alto para recuperar nuestras historias, recuperar nuestras victorias y fracasos, la rabia por las violencias e injusticias, pero también nuestras esperanzas, alegrías, los encuentros y desencuentros. Estas historias nos muestran el camino que hemos recorrido, nos legitiman y nos motivan a seguir. En esta forma de comunicación que estamos construyendo, tanto al interior como el exterior de las colectivas, apostamos por narrarnos desde una mirada esperanzadora y poderosa, reconociendo y validando nuestro trabajo como defensoras en el día a día.

El proceso nos permitió volver a nosotras, recuperar nuestro caminar, fortalecernos y reconocernos como grupos organizados que estamos luchando, creando y trabajando por mundos más sanos y justos. Sin embargo, así como encontramos certezas, surgen y se mantienen algunas dudas.

¿Cómo enfocar el poder de la comunicación estratégica feminista para revertir la invisibilización que existe del trabajo de las mujeres en la defensa del territorio? 

¿Qué medios debe tomar la comunicación estratégica feminista para lograr el reconocimiento social, político y financiero a nuestra labor?

Las redes sociales como espacio hegemónico de comunicación visible ¿son accesibles para las mujeres defensoras?

Las redes sociales se han convertido en los espacios por excelencia para difundir información de manera rápida y sin costo. Sin embargo, sabemos que este medio de comunicación no está al alcance de todas. Sabemos que siguen existiendo brechas tecnológicas, de acceso, manejo y generacionales, así como de falta de tiempo, dificultades para crear estrategias y seguimiento, y sobrecarga laboral que dificultan su uso.

Aquí queremos compartir y reflexionar sobre las dificultades a las que se enfrentan las mujeres defensoras para tomar el poder de la comunicación, incluyendo los medios “más accesibles” que serían las redes sociales y utilizarlo en pro de la externalización y visibilización de nuestro trabajo.

Al realizar la campaña Voces de Agua, Tierra y Mujeres(https://www.youtube.com/watch?v=wy0hGQHjhdI) nos percatamos de las dificultades que tenemos para entretejernos de manera virtual. Algunas de las complicaciones fueron la falta de tiempo para el manejo de las redes de manera sostenida, la falta de habilidades y los múltiples roles que las mujeres realizan dentro de sus organizaciones.

¿Qué tan cierto es que, “si no estás en las redes, no existes”?

Sabemos que el hecho de que, si no difundimos nuestro trabajo y nuestros pensamientos en redes, no significa que las mujeres no estemos ahí. Eso porque ante los proyectos extractivos, de despojo y violencia que se agudizan constantemente, las mujeres seguimos en lucha. Vemos que surgen y se sostienen diferentes movimientos de mujeres en defensa de la tierra, el territorio y nuestros derechos y que, pese a sentirse constantemente invisibilizadas, silenciadas, ocultadas por la falta de reconocimiento social, político y financiero a su trabajo, siguen organizándose y apostando a colocar la vida en el centro.

Estas mujeres están en los frentes de lucha, directamente defendiendo sus territorios y haciendo frente a las amenazas. Pero su trabajo sigue sin ser lo suficientemente valorado, reconocido, respetado y sobre todo apoyado.

La vida no se gesta en las redes sociales, ni en la virtualidad

También a través de la campaña nos dimos cuenta que en una sociedad en dónde predomina la inmediatez, lo caótico, lo superfluo y la des-información, es muy difícil posicionar los temas dónde la belleza de la cotidianidad, de la organización y de la defensa real de la vida digna estén en el centro.

Hemos defendido, en este proceso de comunicación estratégica feminista, que la vida no se gesta en la inmediatez. La vida requiere de lentitud, de presencia, de cercanía, de compartir. La vida requiere de tiempo, de persistencia, de un antes, un ahora y un después. Las luchas que realizamos tienen historia, y no podemos perder esta perspectiva histórica, mucho menos la perspectiva política de nuestros procesos como defensoras.

Por eso, queremos invitarnos a hacer un alto en el camino. Sabemos que no podemos salirnos por completo del sistema, pero sí podemos decidir cuando queremos ir más lentas, cuando podemos tomar un tiempo, respirar y admirar la belleza, la fuerza y el poder de lo que está ocurriendo ahí frente a nosotras, no en una pantalla, sino que en el mundo real, en el mundo de la vida, de los encuentros, de los ojos que se miran y de las manos que tomamos y levantamos juntas.

Escuela Ecofeminista “Mujeres Defendiendo el Territorio Cuerpo-Tierra” – 7ª generación 2023: hacia la construcción de las justicias climática y ambiental

Estamos pasando por crisis simultáneas, interrelacionadas, que nos desafían a recuperar y fortalecer nuestras luchas y poder contestatario feminista. Recuperar y resignificar el potencial revolucionario de este gran y diverso movimiento, el Movimiento Feminista, que busca transformación sistémica, social, cultural, política y económica. El potencial de mover, incomodar, de-construir las injusticias que tienen rostros y cuerpos de mujeres y reconstruir el mundo, la vida, las relaciones, desde la búsqueda de horizontes posibles, sanos y justos.

Reconocer y nombrar las injusticias

La 7ª generación de la Escuela Ecofeminista “Mujeres Defendiendo el Territorio Cuerpo-Tierra” justamente nos llevó, entre todas las participantes, a nombrar las muchas injusticias que vivimos. En especial, reflexionamos sobre las múltiples crisis que atravesamos, los discursos de odio, las políticas de muerte y las indiferencias indolentes. En especial, debatimos sobre la justicia ambiental y la justicia climática – que van de la mano con todo lo que hacemos las mujeres para la defensa del territorio. 

La Escuela fue realizada los días 22, 23 y 24 de noviembre, con la participación de 20 defensoras provenientes de los estados de Veracruz. Tijuana, Estado de México, Oaxaca, Mérida y Chiapas. 

La Escuela ha sido una iniciativa de Agua y Vida para la formación política de mujeres defensoras desde la perspectiva de la educación popular feminista y teniendo como eje el ecofeminismo crítico latinoamericano. En estos siete años hemos formado a 188 defensoras de derechos humanos, en especial los derechos ambientales, al agua, a la tierra y el territorio. 

Algunas de las injusticias que nombraron las participantes fueron:

Muerte, desaparición, asesinato de defensoras ambientales. Invisibilización de la problemática ambiental. Responsabilización individual de los problemas estructurales. Desigualdad. Despojo de los bienes naturales. Políticas extractivas. Ríos contaminados. Inundaciones. Relleno de humedales. Uso indiscriminado de agroquímicos. La alimentación ya no es sana. Escasez de recursos. Desequilibrio ecológico. Destrucción de la fauna y flora. Contaminación sonora. Cambios bruscos en el clima. Crecimiento urbano desordenado. Daño ecológico a zonas naturales protegidas. Minería, saqueo de cerros. Invasiones de zonas boscosas. Monocultivos de palma aceitera. Falsas promesas de desarrollo y de regularización de servicios. Fragmentación de la resistencia. Las comunidades se sienten inseguras ante la presencia de la militarización y las armas. Los militares llegan con el discurso de “brindar protección”, pero son los que más violentan. Intimidación en la comunidad. La militarización va junto con la paramilitarización, donde están armando a las personas de la sociedad. Establecimiento de plazas para el narcotráfico. Surgimiento de grupos de terror, jóvenes motonetos. Tráfico de drogas, personas, prostitución forzada. Inseguridad general. Miedo por parte de las mujeres. Dinámicas sociales complicadas, complejas. Las Políticas Nacionales imponen formas de “hacer” uniformizan, pero no aportan a la justicia ambiental o la justicia climática. El estado no cumple y la sociedad civil está saliendo a hacer frente a todas éstas injusticias.

Imaginar realidades y justicias que queremos construir

Vimos que la Justicia es construcción y responsabilidad colectiva. Es cierto que el Estado se ha consolidado como el responsable de la impartición de justicia. Pero esta forma de “impartición de justicia” está corrompida. Hoy por hoy, el Estado es uno de los principales perpetradores de injusticia y uno de los principales violadores de los derechos humanos – por lo que las feministas enfrentamos un gran desafío: mantener nuestra crítica, nuestro poder contestatario al Estado; seguir incomodando y denunciando y visibilizando su corrupción e ineficiencia. Y nombrar, proponer los cambios concretos que deseamos construir.

No habrá justicia mientras siga habiendo explotación, despojo y destrucción de la naturaleza y explotación, despojo y violencia hacia las mujeres. La justicia se relaciona con la protección de la Red de la Vida y de los bienes naturales que dan sustento a toda la humanidad. Proteger la tierra, la vida, es un acto político transformador.

Resistencias organizadas por parte de grupos de mujeres y defensoras – juntas construyendo las justicias.

Creación de redes de mujeres defensoras del Territorio. Nos organizamos como mujeres para enfrentar y resistir las malas políticas del gobierno, los problemas sociales y ambientales. Producción nativa contra hegemonías. Red de mercados agroecológicos. Restauración de tierras, manglares y ecosistemas costeros. Estrategias de seguridad y cuidado colectivo. Barrios y colonias organizadas. Grupos de defensoras del agua y de los humedales. Difusión de conocimientos, alternativas y soluciones desde lo local. Tejer redes de seguridad para el activismo. Generación de consciencia sobre la basura. Educación, concientización, organización, politización, activismo. Pensar en colectivo: dejar atrás la mentalidad del “sálvese quien pueda”, es importante pensar más en la comunidad. Visibilización de la defensa de la tierra y el territorio que hacen las mujeres. Casa comunitaria de resistencia. Recuperación de las asambleas comunitarias con la participación de las mujeres y toma de decisiones colectivas. Generación de sentido de pertenencia e identidad en las nuevas generaciones. Activismo, las mujeres está marchando para la denuncia, protesta y visibilización. Denuncias ciudadanas. Grupos urbanos organizados para defender las ciudades. La resistencia de las mujeres sostiene la vida. Las redes que realizamos entre mujeres son una resistencia.

Cartografías del territorio cuerpo-tierra

Por medio del trabajo colectivo del mapeo del territorio, las participantes identificaron como perpetradores de las injusticias el gobierno en sus tres niveles, en especial el crimen organizado y las empresas como los principales perpetradores de violencia. Como principales formas de despojo fueron identificados diferentes proyectos extractivos, como los monocultivos, la minería, los proyectos eólicos, el turismo a grande escala, el saqueo de agua y los megaproyectos de infraestructura vial.

A pesar de que varios territorios mapeados son lejanos entre sí, se identificó que comparten tanto las injusticias y violencias, como también las resistencias. Éstas se dan a través de la organización de las mujeres, la recuperación de la memoria colectiva y las estratégias concretas para la defensa y cuidado del territorio. Reconocimos que “somos mujeres que no necesitamos de títulos, ni ser académicas; sabemos mucho, somos las que estamos viviendo las problemáticas, y somos las que resistimos y somos creativas”.

En los mapeos de nuestros cuerpos, reconocimos que es a través de él que identificamos los miedos, las violencias y las injusticias, y el cómo se van repercutiendo en el cuerpo y en toda la vida. Nuestro propio cuerpo es el que nos abraza, que nos contiene. Todo el territorio se expresa en nuestro cuerpo: si está sano y cuidado, o si está reseco y destruido – eso lo vivimos en nuestros cuerpos. Es en este nuestro cuerpo donde reconocemos todo lo que nos duele, pero también lo que nos conecta y nos da la vida, como las amistades, las luchas entre mujeres, el sabernos y sentirnos acompañadas. 

La Escuela Ecofeminista fue un espacio de encuentro, de reflexión, de cuidado y contención que nos permite conocernos entre más defensoras, fortalecer nuestras redes, acompañarnos, sanarnos colectivamente y fortalecernos para seguir en la lucha. 

Taller: Cuestionar y transformar desde el arte feminista

El arte de cortar y volver a unir, de construir a partir de trozos y retazos, ha sido una práctica común para las mujeres en distintos momentos de la historia. Como forma de sobrevivir al hambre, las mujeres han seleccionado, cortado, picado, mezclado los alimentos para transformarlos en comida. Para subsistir al frío, han seleccionado, cortado y cosido telas para transformarlas en ropa. Reivindicamos el acto de mirar, seleccionar, cortar, picar, pegar, volver a unir como un acto máximo de creación: el acto de ser co-creadoras con la naturaleza y sus dinámicas. Son prácticas que permiten que la vida subsista, creaciones colectivas sin copyright, sin derechos de autoras, y que pertenecen a todas.

Transformar la realidad desde el arte y la creatividad

Desde Agua y Vida, hace ya buen rato que estamos meditando sobre la importancia de re-crear nuestro trabajo, nuestro activismo. Hemos estado indagando sobre la importancia de nuevas formas de ver y transformar la realidad, desde perspectivas que unan la política con la poesía, la razón con las emociones, con la mística, con la alegría.

  • ¿Cómo renombrar y resignificar la complejidad del mundo que nos toca vivir?
  • ¿Cómo traer belleza, inspiración, asombro a nuestro activismo?

Fue así que nos decidimos por el taller de collage.

Vimos que el collage es una técnica artística que nos permite unir el conocimiento racional, emocional e instintivo. Vimos que también nos proporciona momentos de introspección y de creatividad, en una realidad vertiginosa y deshumanizadora que nos quiere siempre aceleradas, siempre productivas.

La introspección y la creatividad pueden constituirse como un acto político, pues nos permiten observar de manera crítica la realidad, analizarla desde diferentes enfoques; nos da el necesario tiempo y silencio para construir argumentos que nos permiten comprenderla para transformarla.

¿Te animas a cortar y pegar?

Hemos debatido, en el taller, que el Collage Ecofeminista tiene el potencial de incomodar. De abrir más los ojos de quién lo mira. Nos permite trastocar los límites que nos han impuesto. Cruzar las fronteras reales o imaginarias.

El collage feminista, o en nuestro caso, ecofeminista, nos permite deconstruir las imágenes hegemónicas sobre la vida, el mundo, las mujeres, la naturaleza – y desde nuestra propia experiencia, otorgarle nuevas formas y sentido. Mirar, apropiarnos, reciclar, deconstruir y reconstruir, también son pasos de la metodología de educación popular feminista: mirar la realidad, analizarla y regresar a ella para transformarla. Es una forma artística de crear nuevas realidades que, sobretodo, cuestionen y denuncien las realidades patriarcales.

Hemos visto que:

  • El collage nos permite recuperar la memoria, reconstruirla y resignificarla.
  • Nos permite contar las historias de lo que fue y de lo que nos gustaría que fuera.
  • Nos permite darle imagen, voz, textura a nuestras causas, luchas y sueños.
  • El collage es para incomodar, para llamar la atención, para interpelar a quienes los miran y hacerlos pensar de manera crítica.

El taller nos abrió un espacio para deconstruir y construir juntas de manera colectiva.

Taller: Comunicación estratégica feminista – el poder de recuperar nuestras historias

Desde siempre, las mujeres hemos luchado por nuestros derechos, por la dignidad de la vida y por la justicia en todas sus formas. Nuestras ancestras han resistido diferentes luchas por preservar la vida, una vida significativa y digna para nosotras, nuestras familias y la naturaleza. Pero el sistema patriarcal capitalista, racista y colonial ha intentado borrar sus historias y nuestras historias. Ha ocultado nuestros relatos de vida, las esperanzas, dolores, alegrías y victorias que construimos cada día.

Una historia en común

En muchos territorios, las mujeres sostenemos las luchas por la defensa de la tierra, del agua, las semillas y otros derechos fundamentales. Hacemos frente a todas las prácticas, costumbres y pensamientos que buscan invisibilizar nuestro papel en la toma de decisiones.

Las defensoras enfrentamos varias dificultades para la participación y el reconocimiento de nuestro trabajo e identidad. Debido al machismo y sexismo presente en la sociedad y cultura, nuestra identidad individual y colectiva como defensoras de derechos humanos todavía no es lo suficientemente reconocida, ni valorada y ni promovida, pues el trabajo que realizamos es visto como una amenaza al patriarcado y un desafío a las normas tradicionales de género presentes en los movimientos sociales, en las familias y comunidades.

Justamente por levantar la voz, por nuestra valentía e indignación, por no quedarnos calladas y denunciar las violencias e injusticias, el trabajo que realizamos nos convierte en blanco de ataques de todo tipo, a modo de desalentar nuestra organización política feminista.

Estas somos, y aquí estamos

Para contrarrestar esta realidad, hemos impulsado tres encuentros entre defensoras que desde años nos acompañamos mutuamente. Darnos el tiempo para encontrarnos, convivir, reflexionar, debatir, soñar y planear juntas los caminos que queremos transitar para nuestro fortalecimiento y reconocimiento, ha sido, en lo mínimo, poderoso. De hecho, no hay mayor poder que construir y cons-pirar juntas los mundos que queremos.

Juntas, hemos recuperado y reconstruido nuestra memoria presente e histórica, y desde ahí, trazamos las pautas para construir lo que nosotras mismas entendemos que es la comunicación feminista: una comunicación que nos empodera, que nos acerca, que transforma este mundo caduco, violento y opresor; una comunicación que se suma a los esfuerzos para transformar las violencias y desigualdades sociales, económicas, ambientales y climáticas que enfrentamos.

Gracias a todas las compañeras que hicieron posible estas rebeldías.

Memoria: El Cuidado en los Espacios Públicos

¿Sabes cómo viven las mujeres que barren las calles?

¿Conoces sus problemas, sus sueños y sus luchas?

Las mujeres que trabajan en la limpia municipal, conocidas como barrenderas, conforman uno de los sectores laborales más vulnerables y no reconocidos. Su trabajo, tan importante e imprescindible para el funcionamiento de cualquier ciudad, es uno de los más estigmatizados.

¿Cuántas veces has saludado o agradecido a una barrendera, cuando cruzas con alguna?

En general, el trabajo que hacen las mujeres en el espacio público es invisibilizado, y sólo se ve cuando no lo hacen.

Aquí les compartimos la memoria de un taller, en el cual ellas nos comparten sus vidas, sus propuestas y sus alternativas.

Memoria Taller con Trabajadoras de la Limpia

Sistematización del proyecto: Hacia la construcción de liderazgos ecofeministas

El documento de sistematización que aquí presentamos, da cuenta de los principales resultados del proyecto *Hacia la construcción de modelos de liderazgos ecofeministas de mujeres indígenas para el cuidado y defensa del territorio cuerpo-tierra en los Altos de Chiapas – Segunda Etapa*

Sistematización del proyecto: Hacia la construcción de liderazgos ecofeministas

Memoria de la Escuela Ecofeminista 2a Generación

Con mucha satisfacción, les presentamos la memoria de la Escuela Ecofeminista “Mujeres Defendiendo el Territorio Cuerpo-Tierra, en su Segunda Generación.

Memoria de la Escuela Ecofeminista 2a Generación

Mujeres por la Defensa del Territorio Cuerpo-Tierra

Mujeres por la Defensa del Territorio Cuerpo-Tierra

Mujeres por la Defensa del Territorio Cuerpo-Tierra

Siento mis pies en el suelo
A veces abiertos,
a veces cerrados
Siento el suelo debajo de los pies
A veces frío, a veces lejano
Mis pies y el suelo
tienen un viejo diálogo
Que a veces se repite
A veces se renueva.
Susana Kasselman

Debido a las históricas desigualdades sexuales y de género, al machismo, la misoginia y a las violencias estructurales, los megaproyectos afectan especialmente a las mujeres en su salud física y emocional, en su economía y en las formas de participación.

Es por eso que las luchas por la defensa de la tierra y el territorio son inseparables de la defensa de los cuerpos de las mujeres, comprendido como primer territorio a liberar de los embates del sistema patriarcal capitalista y colonial que los explota y violenta.

*Es necesario, por lo tanto, realizar una defensa integral, que conjugue territorio, tierra, cuerpo y vida*.

Memoria de las Jornadas Ecofeministas por la defensa del territorio cuerpo tierra

Con mucha satisfacción, presentamos la Memoria de las Jornadas Ecofeministas por la Defensa del Territorio Cuerpo-Tierra, realizadas por Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente en los días 4 y 5 de agosto de 2017.

Estas Jornadas fueron las primeras a ser realizadas en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, y tuvieron como propósito el de posicionar el Ecofeminismo en la región, a partir de su argumento principal de que el sistema patriarcal capitalista se sostiene en la dominación y explotación de la naturaleza y en la dominación y explotación de las mujeres. Mientras que la naturaleza es dominada, explotada por medio de proyectos de desarrollo extractivistas, que existen en el Sur Global desde la época de la Colonia y expresa el modelo de capitalismo por despojo, las mujeres son dominadas y explotadas por medio de los mandatos patriarcales de los roles de género, el trabajo doméstico y de cuidados y el amor romántico que se expresa en la familia heteronormada. Además, las Jornadas buscaron ser un espacio para que mujeres pertenecientes a organizaciones sociales y activistas se conocieran, dialogaran en torno a temas comunes y pudieran tejer alianzas. También fue una forma de construir un espacio para que las promotoras y defensoras de los derechos de las mujeres pudieran organizarse, encontrarse y compartir sus prácticas, análisis y reflexiones sobre tres grandes temas estrechamente relacionados entre sí:
* Gin-Ecología: cuerpo, derechos sexuales y reproductivos.
* Afectos, poderes y crítica al amor romántico: violencia hacia las mujeres y feminicidios en Chiapas, resistencias lesbianas frente al patriarcado.
* Defensa del territorio-tierra: derechos ambientales, derecho a la tierra y al territorio, geografía ecofeminista, situación de las defensoras ambientales y del acceso de las mujeres a la tierra.

Las Jornadas se inscriben en el objetivo amplio de Agua y Vida de aportar a la transformación de las relaciones sociales, políticas y económicas que sostienen al patriarcado capitalista que promueve diversas formas de violencia hacia las mujeres y la Naturaleza.

Es así que como ecofeministas abogamos por acciones, reflexiones y alternativas ético políticas que nos ayuden a replantear la actual crisis ambiental, política y civilizatoria. Transformar la cultura patriarcal capitalista desde un enfoque ecofeminista implica hacer una crítica directa a las sociedades machistas, consumistas, extractivas, individualistas y violentas que atentan contra la Naturaleza y otras poblaciones históricamente subordinadas, sobre todo las mujeres.

Memoria de las Jornadas Ecofeministas por la defensa del territorio cuerpo tierra

Campaña: El trabajo de cuidados es tarea de todxs

Campaña El trabajo de cuidados es tarea de todxs

Campaña El trabajo de cuidados es tarea de todxs

¿Quién te cuida? ¿A quién cuidas?

El modelo de desarrollo neoliberal actual, patriarcal-capitalista-globalizado, ha reforzado y profundizado la división sexual del trabajo. Aún son las mujeres las que cargan con la responsabilidad-obligación de los trabajos domésticos y de cuidados que permiten la sostenibilidad de la vida.

Los trabajos doméstico y de cuidados son todas aquellas actividades que las mujeres realizan en el ámbito doméstico o fuera de él con el fin de garantizar la vida de las y los integrantes del hogar. Para realizar el trabajo doméstico y de cuidados, ya sea en comunidades, pequeñas o grandes ciudades, las mujeres invierten tiempo, fuerza física, concentración, inteligencia, desarrollan estrategias y saberes, se cansan, se sobrecargan, muchas veces se lastiman, se desgastan. Es el trabajo que constantemente reproduce las relaciones y permite la vida cotidiana, que se ubica en la esfera de los afectos y del deber-ser, en el ámbito de lo privado.

_Gestar, parir, amamantar, atender a hijas e hijos en todos los aspectos de su vida (atención, educación, salud), lavar ropa, limpiar la casa, ahorrar agua y energía, regar las plantas, hacer la compras, cocinar, proveer de ropa, hacer los pagos y trámites administrativos (pagos de agua, luz, teléfono, predial, etc.), ahorrar, distribuir internamente el dinero, priorizar gastos, las reparaciones domésticas, entre otras; y en contextos rurales: todo eso además de cargar agua, leña, limpiar la milpa, sembrar, cosechar, cuidar el solar familiar. Además, incluye la atención y contención emocional y afectiva, las atenciones y el cuidado de personas enfermas y personas parcial o totalmente dependientes._

*El sistema capitalista se sostiene en la dominación y explotación de la naturaleza y en la dominación y explotación del cuerpo y fuerza de trabajo de las mujeres.*

Hoy en día, más que nunca, el mercado ocupa el centro de la vida, apropiándose de las energías, conocimientos y tiempos de las mujeres para ponerlos a su servicio.

El *ecofeminismo* argumenta que los *seres humanos somos ecodependientes e interdependientes*: dependemos unas de las otras, en mayor o menor medida, en diferentes fases o etapas de la vida, dependemos del tiempo, de la energía y de los recursos de otras personas puestos a disposición de nuestro cuidado. Dependemos de la naturaleza, de los bienes comunes naturales, de los alimentos, del aire limpio, del ciclo del agua, del fuego… Son los trabajos de cuidados y la naturaleza los que aseguran la reproducción social, los que sostienen la vida… y el patriarcado capitalista.

Conoce aquí la campaña