Festividades del K´in Kruz-Día de la Santa Cruz

Los rituales que diversas culturas realizan en todo el país en los primeros días de mayo reflejan la continuidad de las sabidurías ancestrales mesoamericanas en honor, invocación y agradecimiento al agua y los espíritus que habitan en ella, la festividad tiene una importancia muy amplia en temas agrícolas, de fertilidad y buen logro de la milpa, pero también son un espacio de fortalecimiento en la lucha por la defensar del territorio, el agua y la cultura.

En los Altos de Chiapas, son muchos los rituales que se realizan en los alrededores de San Cristóbal de Las Casas, en ríos, manantiales, pozos y taques de almacenamiento. Si bien dichos rituales muestran ciertos sincretismos y han tomado elementos de las diferentes religiones cristianas y las religiones indígenas que existen en el territorio. También existen rituales que conservan elementos de la espiritualidad ancestral.

Las mujeres están presentes tanto en la dirección del ritual, como en la elaboración de los alimentos que se ofrendan. Para la celebración, las mujeres se visten de gala, algunas con sus ropas tradicionales y sus peinados elaborados con listones de varios colores. La ceremonia se realiza al pie de las tradicionales cruces verdes foliadas, que resguardan el lugar y son espacios culturales en los cuales se considera que habita el Anjel o dueño del agua.

En este lugar, la rezadora y el rezador ofrecen oraciones en lengua indígena, acompañadas de veladoras, flores, juncia, incienso en un saumerio, pox y refresco.

Las Guardianas de la Cultura

A través de estas ofrendas y oraciones, se establece una comunicación con el dueño del agua, en dónde se le pide que mande el agua, que haya buen tiempo, se le agradece y se reafirma la reciprocidad hacia los espíritus del agua y el agua misma, es decir, se ratifican derechos y obligaciones. Enseguida la rezadora esparce incienso alrededor del pozo o manantial y, posteriormente, le ofrecen sal mineral. Todo el ritual es acompañado de música de cuerda (guitarra, violín, etc.). Una vez terminadas las oraciones todas las personas bailan, comparten pox, se saludan y agradecen fraternalmente, y comparten reflexiones en torno a la festividad.

En palabras de una partera tradicional el tres de mayo es:

Día de fiesta de nuestra agua, de nuestra sabiduría. Esta es nuestra sangre, nuestra vida, sino hay agua no podemos vivir, sea indígena o no indígena vivimos con la santa agua, la sabiduría que nos ha dejado el padre eterno, el padre celestial, nos guía cada día, cada hora.

Es un momento de conexión y representación colectiva con los seres queridos más allá de las fronteras materiales:

Todos los que se han muerto, se han ido; pero si nosotros estamos de pie, están vivos, sea mujer, sea hombre, parteras, todos quienes empezamos la organización (organización de parteras tradicionales) están aquí, nunca mueren.

También es un momento para motivar a no dejar que la modernidad erosione las practicas y conocimientos ancestrales:

Ya no hay (músicos) ¿porque no hay? Ya se están perdiendo. Meten miedo, meten sentimiento y ahí es donde se desaparecen… no lo quieren decir, pero ahí están guardadito en su cuadernito. El cuaderno donde está ¿saben? en el corazón; el lapicero ¿dónde está? en nuestro oído. Eso es todo, aunque no sepan leer, escribir o hablar en español, pero está aquí (corazón), acá (cabeza).

Reunión de Vinculación Fondo Semillas: las justicias que queremos, por realidades más justas, libres y amorosas

Actualmente, Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente somos copartes de Fondo Semillas, un fondo feminista mexicano que desde hace 32 años apoya a organizaciones de mujeres y feministas en México. En el pasado mes de abril, participamos, junto a 168 copartes, de la reunión de vinculación, en la cual pudimos conocernos, compartir luchas y sueños por mundos más sanos y justos.

La reunión de vinculación se realizó en los días 20, 21 y 22 de abril, en Ciudad de México, y contó con la participación de 168 copartes de todo el país: 28 del bajío, 37 del centro, 33 del norte, 35 del sureste y 36 del suroeste, representando una diversidad de luchas: intersexuales, madres buscadoras, defensoras indígenas, sobrevivientes de feminicidio, defensoras del territorio, lesbianas, artesanas, etc.

Durante la reunión, trabajamos por regiones y en cada una compartimos el contexto en el que estamos viviendo, así como posibles alternativas. Intercambiamos ideas para vincularnos y, al mismo tiempo, apoyarnos.

La importancia del dinero para sostener nuestro trabajo

Uno de los retos que todas identificamos, tiene que ver con el dinero para realizar nuestro trabajo frente a las violencias sistémicas. Evidenciamos que muchos de los fondos todavía están marcados por directrices y formatos que no responden al contexto y formas de trabajar de las organizaciones de mujeres, personas trans, intersex y no binarias.

Reconocimos que el dinero en los movimientos es importante, es usado para seguir sosteniéndonos, necesitamos exigir que las donantes nos paguen mejores salarios, hemos realizado nuestro trabajo con o sin recurso, pero cuando lo hay se agradece y podemos llegar a más casos de vulnerabilidad.

Juntas, conversamos no solamente sobre cómo buscar más apoyo de parte de las financiadoras, sino en cómo visibilizar que el trabajo que hacemos es imprescindible para lograr la justicia. Es un trabajo extremadamente demandante, en muchos casos arriesgado y peligroso.

Una revolución con tiempos para amar y cuidar

Entre mujeres activistas y defensoras de los derechos, conversamos sobre la culpa que sentimos cuando el trabajo nos sobrepasa y no logramos hacer todo lo que queremos. Más que iniciativas individualistas, el autocuidado es colectivo y es una apuesta política y transformadora del sistema que nos obliga a ser constantemente “productivas” – producción a costa de una misma, de la salud y de las relaciones.

Vimos la complejidad del autocuidado, la importancia de denunciar la perspectiva patriarcal del sacrificio presente en muchas organizaciones, y la importancia de reconocer y respetar los procesos, la escucha activa, no saturarnos o saturar al equipo y tener nuestros espacios de ocio y descanso, porque lo merecemos por todo el trabajo que realizamos.

La espiritualidad que sostiene nuestro activismo

Pensamos que, en los activismos feministas, la espiritualidad es lo que los anima. Los rituales nos permiten entrar en un momento sagrado en el cual reconocemos nuestras ancestras y su fuerza que late en nosotras, podemos sentir los elementos que nos componen –agua, fuego, tierra y aire– y que también están enfermos. Los rituales feministas nos permiten sanarnos colectivamente y sentirnos parte de este todo y esa gran genealogía de mujeres. En el espacio del ritual, de la sanación, vimos que ocurre el encuentro entre cuerpo y alma, vida y muerte, ofrenda y agradecimiento.

Agradecemos a Fondo Semillas por esta entrañable experiencia, en la cual pudimos compartir, inspirarnos, fortalecer las esperanzas, desde la alegría de encontrarnos, sonreír, bailar, aprender y tejer realidades más justas, libres y amorosas.

#LasMujeresSomosAgua

Queremos agua para que la vida exista y florezca. En todo el mundo, cada vez son más mujeres que impulsan acciones concretas para el cuidado y gestión comunitaria del agua.

Actualmente el financiamiento para el agua y el clima apoya las actividades habituales, es decir prácticas de desarrollo local, en muchas ocasiones marcadas por perspectivas patriarcales y coloniales. De hecho, sólo el 0,01% del financiamiento mundial apoya proyectos que abordan el clima desde una perspectiva de género. Es por ello que en el marco del día mundial del agua este 2023, fue realizada la campaña #LasMujeresSomosAgua, impulsada por GAGGA.

Aquí algunos de los materiales compartidos

La Campaña buscaba visibilizar el papel crucial que desempeñan las mujeres en la protección y el uso sostenible de los ecosistemas ligados al agua y exigir que gobiernos, bancos y fondos internacionales de desarrollo inviertan en el liderazgo de mujeres en las soluciones climáticas y acceso al agua.

La campaña, fue lanzada estratégicamente durante la semana de la Segunda Conferencia de la ONU sobre el Agua, realizada del 22 al 24 de marzo en Nueva York. Contó con una serie de materiales audiovisuales, que narraban las acciones para el agua con justicia climática y ambiental que las mujeres de diferentes partes del mundo están realizado. Estas acciones representan la contracara de las falsas soluciones climáticas que destruyen sus territorios.

Para nosotras, ha sido una gran fortaleza e inyección de ánimos participar de esta campaña colaborativa y entre pares, pues sabemos que la justicia hídrica, climática y ambiental sólo será posible de construir de manera conjunta, entre mujeres de todas las edades que, desde lo local, estamos trabajando para que el acceso al agua sea una realidad.

Cápsula de radio: la defensa del territorio cuerpo-tierra

Más de la mitad del estado de Chiapas está siendo amenazada con megaproyectos de inversión capitalista, como mineras, carreteras, represas, extracción de petróleo, monocultivos, proyectos turísticos, extracción de grandes cantidades de agua por la Coca-Cola, y otros proyectos que cambian el suelo, destruyen los humedales, los bosques y que contaminan las aguas, y que se están intensificando tanto en el campo como en la ciudad.

Las mujeres somos la mayoría en los procesos de defensa del territorio frente al modelo de desarrollo neoliberal capitalista y sus megaproyectos extractivos.

Nuestro trabajo profundiza los vínculos entre territorio cuerpo-tierra para lograr el reconocimiento y respeto de los Derechos de las mujeres al agua, a la tierra y el territorio, al medio ambiente sano, a la alimentación, a la salud y al trabajo. Unimos los esfuerzos y trabajar por un cambio sistémico, en donde prevalezca la dignidad, la paz, la justicia, la alegría y la sostenibilidad de todas las formas de vida.

En este audio, les compartimos nuestras acciones en el marco de nuestro programa Defensa del Territorio Cuerpo-Tierra.

Programa Defensa del Territorio Cuerpo-Tierra

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Video del Taller Recuperando Nuestro Poder Personal y Colectivo

Video del Taller Recuperando Nuestro Poder Personal y ColectivoVideo del Taller Recuperando Nuestro Poder Personal y Colectivo

Las mujeres somos la mayoría en los movimientos por la defensa de la tierra y el territorio, sin embargo, enfrentamos muchas dificultades para la participación y la toma de decisiones, debido a nuestra sobrecarga de trabajo y al machismo todavía imperante en la familia y al interior de los propios movimientos.

Así, en los días 30 y 31 de mayo y 1 y 2 de junio de 2019, nos reunimos para platicar y recuperar nuestro poder personal y colectivo como mujeres. Queremos cambiar la idea de que las mujeres somos víctimas del deterioro ambiental y queremos ser reconocidas como ciudadanas capaces de construir mundos sostenibles e influir en la política local.

Desde la organización, la crítica,la formación y participación sí podemos influir y hacernos visibles como mujeres que luchamos por la tierra y el territorio, los bienes comunes y la justicia ambiental.

Descarga aquí el video del taller

El Cuidado en los Espacios Públicos

¿Sabes cómo viven las mujeres que barren las calles?

¿Conoces sus problemas, sus sueños y sus luchas?

Las mujeres que trabajan en la limpia municipal, conocidas como barrenderas, conforman uno de los sectores laborales más vulnerables y no reconocidos. Su trabajo, tan importante e imprescindible para el funcionamiento de cualquier ciudad, es uno de los más estigmatizados.

¿Cuántas veces has saludado o agradecido a una barrendera, cuando cruzas con alguna?

En general, el trabajo que hacen las mujeres en el espacio público es invisibilizado, y sólo se ve cuando no lo hacen.

Aquí les compartimos la memoria de un taller, en el cual ellas nos comparten sus vidas, sus propuestas y sus alternativas.

Pod Cast El Cuidado en Espacios Públicos


En el espacio público hay múltiples acciones de cuidado realizadas en las calles, que con frecuencia solamente se ven cuando no se hacen, pero se invisibilizan como cuidado cuando se hacen. Este trabajo de cuidado es realizado por personas como los y las barrenderas, recicladoras y recolectores de basura; las y los jardineros que embellecen el espacio público, las y los enfermeros que cuidan la salud; las parteras y parteros, curanderas y curanderos, médicos tradicionales; los y las maestras, educadores y educadoras; las y los cuidadores profesionales; los y las campesinas que producen la comida que comemos; las y los bomberos, las y los vigilantes y demás agentes de cuidado y seguridad ciudadana, etc. todas estas actividades están relacionadas con el trabajo de cuidado. Y reconocemos que en nuestra sociedad y cultura tanto en el espacio público como en el espacio privado siguen siendo mayoritariamente las mujeres las que ejercen este trabajo de cuidado.

El trabajo de cuidados, imprescindible para la reproducción de la vida y para el propio sistema capitalista, no cuenta con ningún tipo de reconocimiento personal, social, político ni económico. Se trata de una sociedad que no valora las actividades, tiempo y dedicación para que la vida subsista.

Pod Cast Empleadas del Hogar


En Chiapas, la mayoría de las empleadas domésticas son de origen indígena, expulsadas por la pobreza de sus lugares de origen, y que han migrado a las ciudades con la expectativa de mejorar sus condiciones de vida. Muchas de ellas han salido de sus comunidades desde la infancia, encontrando en el empleo doméstico una de sus pocas oportunidades de sobrevivencia, trabajando desde niñas enganchadas por los patrones, laborando jornadas extensas por salarios muy bajos y en condiciones de semi esclavitud. El racismo, la discriminación y la explotación han sido las características de las relaciones laborales establecidas con sus empleadores. En muchos casos ni siquiera se les reconoce como trabajadoras, sino como prestadoras de una ayuda en casa ajena: se les ofrece techo y comida como parte del pago a su trabajo. El manejo deficiente del español y la poca o nula educación básica favorecen aún más la explotación y las mantiene aisladas en un contexto desfavorable que no les reconoce los mínimos derechos humanos y laborales.

Pod Cast Trabajadoras del Hogar


El trabajo de de cuidados y doméstico ha sido socialmente atribuido a las mujeres, que realizan una amplia gama de servicios gratuitos, sin tener por ello reconocimiento, salario u otro tipo de retribución. Dicho trabajo implica una variada serie de actividades: gestar, parir, amamantar, criar hijos e hijas, cocinar, lavar ropa, limpiar la casa, ahorrar agua y energía, regar las plantas, hacer la compras, proveer de ropa; y en contextos rurales cargar agua, leña, cuidar el solar familiar, entre muchas otras. Además, incluye la atención y contención emocional y afectiva, las atenciones y el cuidado de personas enfermas y personas parcial o totalmente dependientes.

La división sexual del trabajo implica la realización de un conjunto de servicios gratuitos definidos socialmente como no productivos, que las mujeres tienen la obligación de cumplir en el marco de la institución familiar. Estos trabajos de reproducción se sintetizan en los trabajos domésticos y de cuidados. Mientras que las mujeres en situación de marginación y las campesinas viven dobles y hasta triples jornadas de trabajo, pues aunque laboren de manera remunerada o como agricultoras, también son responsables del trabajo doméstico y del cuidado de personas dependientes, las mujeres que se emplean en el trabajo domestico realizan las mismas tareas en sus propias casas y en las ajenas, lo que también representa dobles y hasta triples jornadas.