Curso en Línea: Metodologías de la Educación Popular Feminista

Durante los meses de marzo a mayo de 2024, realizamos la segunda edición del curso en línea sobre Metodologías de la Educación Popular Feminista, con el objetivo de generar reflexiones, debates e intercambios sobre la educación popular feminista, sus metodologías, apuestas y principales retos, y así aportar a la construcción de aprendizajes colectivos para la acción transformadora desde y para las mujeres. Formaron parte de esta segunda edición 27 mujeres, provenientes de México, Uruguay, Bolivia, Perú y España, la mayoría provenientes de organizaciones sociales y de base. 

Partimos del hecho de que la Educación Popular Feminista es una propuesta político-pedagógica que tiene como fin la formación de sujetas críticas para transformar las realidades de opresión, violencia y despojo. Busca construir procesos de formación en los cuales las mujeres construyen aprendizajes marcados por el cuestionamiento, la rebeldía, la creatividad y el compromiso. Son procesos en los cuales las mujeres son consideradas sujetas de la producción de conocimientos. Conocimientos que surgen del cuerpo, del pensamiento crítico, de las experiencias vividas, de la memoria histórica, de las relaciones, de las emociones y de las subjetividades. Conocimientos que alimenten las rebeldías personales y colectivas, el reconocimiento de las capacidades de gestar prácticas y saberes desde lugares distintos, de legitimar los conocimientos de las mujeres que han sido invisibilizados y desdeñados.

La estructuración del curso

El curso estuvo diseñado en cuatro módulos que permitieron a las participantes el diálogo –sincrónico y asincrónico– entre pares en la virtualidad. De manera paulatina, transitamos por las metodologías de la educación popular feminista desde una perspectiva crítica, participativa y latinoamericana, procurando, con nuestras reflexiones, aportar al fortalecimiento de los procesos organizativos de las mujeres. 

Los contenidos de cada módulo se orientaron hacia la crítica y autocrítica de los procesos formativos que realizamos, y aportaron a la construcción colectiva de acciones políticas que visibilizaran las problemáticas específicas que afectan a las mujeres, denunciaran las desigualdades, y también las resistencias.  En el centro de nuestros debates, buscamos priorizarnos y reconocernos como constructoras de prácticas transformadoras.

Empezamos conociendo el panorama de la historia, evolución y marco teórico-político de la Educación Popular en Abya Yala, enfocándonos en el cómo las educadoras populares feministas fueron construyendo un enfoque hacia la crítica del patriarcado, fortaleciendo su papel como mujeres y sujetas políticas en la construcción del conocimiento desde la realidad de las mujeres y sus movimientos populares, de base e, incluso, guerrilleros. 

Mantuvimos siempre presente la aseveración de que la metodología de la educación popular feminista busca aportar a los movimientos feministas y así transformar este sistema voraz que nos aniquila, que nos fragmenta, que nos transforma en objetos, que se nutre de nuestro trabajo, esfuerzo y creatividad – despojándonos continuamente. En otras palabras, el compromiso de la educación popular feminista es cuestionar, transformar las realidades de injusticia que todavía viven las mujeres – a pesar de los logros y avances que hemos tenido gracias al movimiento feminista. 

Deconstrucción-reconstrucción

Los módulos del curso estaban relacionados entre sí, de modo que las participantes fortalecieron sus reflexiones sobre el hecho de que ésta es una metodología que se caracteriza por la dinamicidad, creatividad, pasión, valentía, y potencial crítico transformador. Es una práctica que implica la superación de las dicotomías de la modernidad occidental que crea jerarquías de valor entre cuerpo-mente, emoción-razón, privado-público, naturaleza-cultura, entre otras. Implica, además, reconocer los tiempos y ritmos de cada una, desde la aseveración implícita de que las mujeres vivimos múltiples y diferenciadas opresiones, y tenemos diferentes intereses políticos. También pudimos ampliar nuestra mirada a la destrucción y despojo de la naturaleza y los ecosistemas, que va de la mano con las violencias y despojo hacia nuestros cuerpos. 

El curso nos llevó a cada una a romper con las supuestas seguridades que nos proporciona el sistema patriarcal; romper con las violencias aprendidas; romper con la comodidad que nos otorga el papel de víctimas; romper con esquemas profundamente arraigados sobre la vida, el trabajo, la espiritualidad, el consumo, el discurso, el activismo “militante”, entre otros aprendizajes. Fue un proceso colectivo en lo mínimo, doloroso, inquietante y que a la vez nos llevó a volver a reconstruirnos, re-construcción que requiere tiempo, soledad y el dolor de, como semillas, partirnos, rompernos y volver a crecer y florecer. Y al mismo tiempo, pudimos coincidir y sentir la alegría de sabernos aliadas, compañeras de lucha y caminos. 

Un elemento clave en el curso fue la constatación de que la ética y política feminista con y entre las mujeres con las que trabajamos pasa por la construcción de una mirada interseccional, que está en constante revisión crítica y autocrítica, en la cual todas las participantes de un proceso formativo están en constante cambio y reflexión sobre nuestros propios procesos personales y colectivos. Entre los procesos formativos que revisamos, se destaca el taller, que se ha consolidado como espacio privilegiado de la Educación Popular. 

El taller como espacio privilegiado para la construcción colectiva de conocimientos

Como método predominante en los procesos de educación popular feminista, el “taller” es uno de los espacios privilegiados para la construcción colectiva de conocimientos. Paulo Freire se preguntaba: “¿cómo llegar al pueblo y despertar las ganas de luchar?” Y en esta sintonía, nos preguntamos: ¿cómo llegar a las mujeres y despertar las ganas de luchar y transformar el sistema patriarcal capitalista, racista y colonial?

Acompañando las diferentes corrientes y evolución de los movimientos feministas, el taller como método también ha evolucionado, profundizado y ampliado cada vez más su claro fin político de transformar las injusticias. 

Vimos, en el curso, que, para lograr este fin, en el taller se emplean “técnicas” y herramientas didácticas participativas que van más allá de la reflexión analítica y racional por parte de las personas participantes. La apuesta es la de validar otras formas de conocimiento, que surgen no solamente desde el análisis y pensamiento crítico, sino que también de los sentimientos, de la intuición, de las emociones y memoria personal y colectiva. 

Buscamos recuperar el potencial transformador y creador de conciencia política que tiene el taller. Esta perspectiva, -además de superar la excesiva valoración de lo racional frente a lo emocional, y lo mental en contraposición a lo corporal-, es también una perspectiva intencionada, que se orienta hacia un posicionamiento político que cuestiona las dualidades entre razón-emoción, mente-cuerpo, objetivo-subjetivo presentes en nuestras sociedades patriarcales, a modo de recuperar y validar formas de conocimiento de las mujeres que han sido históricamente devaluadas por este sistema.

Renovar las esperanzas

Ser impulsoras de procesos transformativos, para nosotras de Agua y Vida es una gran satisfacción, porque esta es nuestra razón de ser: transformar las realidades de opresión e injusticia hacia realidades en las cuales la vida ocupa el centro. Para terminar, dejamos aquí algunos testimonios de las participantes, que nos inspiran, nos motivan y nos renuevan las esperanzas para seguir realizando y mejorando este curso. 

¡Gracias a todas las personas que hicieron parte!

“Me pareció muy provocador, considero que la estructura del mismo traza una ruta bastante clara que permite analizar la propuesta crítica de la educación popular feminista hasta llegar a lo concreto y analizar nuestras propias prácticas. Los materiales, tanto videos como lecturas son muy potentes, ponen al centro de la discusión la apuesta política de la EPF y cómo a través de ésta se cuestionan las diferentes opresiones que vivimos las mujeres. Pienso que las tareas nos motivan a explorar nuestra creatividad de diversas formas. Los encuentros virtuales abren espacios de discusión muy necesarios y nos orientan no sólo sobre los contenidos del curso, sino también a ser críticas con lo que hacemos, cómo lo hacemos y su finalidad política”.

“Me pareció potente la reflexión política desde la práctica emancipadora de la organización y colectivización de grupos de mujeres. Aprendí de técnicas y métodos de la EPF que ya había llevado sin saber que eran tales, lo cual me dio mucha fuerza e inspiración para seguir caminando estos procesos emancipatorios. Pude escuchar las diferentes apuestas de mis compañeras en sus respectivos caminares, sentí un espacio abierto y seguro para el diálogo y la reflexión”.

“Superó mis expectativas pues las reflexiones que detonó me hicieron analizar lo fundamental que resulta partir de las propias experiencias para la construcción del conocimiento colectivo, crítico y transformador, que permita potenciar las luchas que las mujeres vienen dando para enfrentar las diversas opresiones que nos atraviesan, pero también fijar la mirada en la responsabilidad política que tenemos como facilitadoras”.

“Comprendí lo que es la EPF, pude cuestionarme personalmente mi ser feminista, además de complementar y reforzar mis conocimientos sobre EP y logré organizar mis ideas en torno a una propuesta metodológica práctica con estructura y con fundamentos teórico- conceptuales sólidos”.

“Diría que rebasaron mis expectativas, ya que los materiales de lectura fueron muy bien escogidos, el desarrollo de los módulos, muy bien planeados y resumidos. Además, el conocer las experiencias de las participantes es inspirador y produce empatía entre nosotras. Muchas gracias por ayudarnos a conectarnos con nuestra creatividad feminista”.

“El curso me ha ayudado a entender que para lograr una educación situada hay que hacerlo al revés de cómo nos enseñan, partir de lo interno y no de lo externo, también que como facilitadora es necesario estar en observación y cuestionamiento constante. Me llevó frases, preguntas, que me hicieron desbloquear pensares y sentires. Ahora trato de tener presentes esas palabras clave continuamente para seguir profundizando esas reflexiones”.

V Asamblea del Movimiento de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra y Nuestros Territorios

Durante los días 23 y 24 de marzo de este año, en CIDECI-UNITIERRA, en San Cristóbal de Las Casas, las mujeres organizadas en el Movimiento de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra y Nuestros Territorios se reunieron en torno a la V Asamblea para fortalecerse, convivir, aprender juntas, compartir y celebrar la vida y las luchas.

El Movimiento de Mujeres está conformado por el Colectivo Defensoras de Nasakobajk, de Zona Zoque; por el Colectivo Tsijilba Bij (Nuevo Camino), de la Zona Selva Ch’ol y tzeltal; por la Red de Mujeres de la Costa en Rebeldía, de la Zona Costa; por el Colectivo familiar Mujeres, Zona Altos tsotsil; por el Colectivo Nichim, en Zona Altos tzeltal, y por las compañeras del Colectivo Antsetik Ts’unun, de la Zona Altos.

Las mujeres sabemos que juntas somos más fuertes y que sólo juntas podemos recuperar y afianzar nuestro poder personal y colectivo en contra de los embates del cruel sistema capitalista, racista y colonial que despoja nuestras tierras, territorios, cuerpos e historia.

Estamos informadas y no nos callaremos – denunciamos todo lo que nos despoja

Compartimos nuestros conocimientos sobre la creciente violencia generada por la presencia de la Guardia Nacional, policías y el crimen organizado en nuestros territorios, que generan miedo, preocupación y angustias, pero también amenazas directas a nosotras y a nuestros procesos organizativos por medio de los secuestros, levantones, bloqueos de carreteras, apagones de luz eléctrica, balaceras, entre otras estrategias de control sobre nuestros cuerpos y nuestras luchas.

También compartimos sobre los impactos de los proyectos extractivos en nuestras vidas y en nuestras tierras: la minería, los monocultivos, las grandes carreteras y el mal llamado Tren Maya, destruyen nuestras tierras, contaminan nuestro suelo, afecta nuestro acceso al agua, destruyen nuestros bosques, amenazan nuestra alimentación y nos privan de los medios para la vida digna.

Constatamos que la presencia de los cárteles de la droga son una amenaza constante a nuestros pueblos y culturas debido a la violencia que generan, en especial el acoso a las mujeres y debido a las drogas que representan un grave peligro para las y los jóvenes.

Estamos organizadas, defendemos el territorio y construimos esperanzas

Al lado de tantas violencias, amenazas y destrucción, las mujeres estamos realizando acciones concretas que permiten la vida digna. Estamos reuniéndonos con cada vez más frecuencia y así fortalecemos nuestras redes de contención, apoyo y fuerza. Estamos apostando cada vez más por los cultivos tradicionales, pese a todas las dificultades que tenemos. Estamos aumentando nuestros conocimientos sobre las plantas medicinales y realizando medicamentos, pomadas, tinturas para cuidar de nuestra salud. Estamos construyendo, juntas, mundos en los cuales la vida digna sea una realidad.

Reconocemos que “como mujeres organizadas, es importante y necesario estar informadas, seguir pronunciándonos y dar a conocer lo que sucede. No podemos quedarnos calladas. Es importante mantener las asambleas comunitarias y visibilizar la situación que pasa en cada comunidad. Buscar a más mujeres para organizarnos. Generar propuestas para la vida, el cuidado entre comunidades y hacia la Madre Tierra” (Pronunciamiento V Asamblea, 2024.). Unimos nuestra voz a la de las compañeras que valientemente afirman que Tierra Madre y territorio somos una. ¡Juntas y organizadas venceremos!

Marcha Mundial de Las Mujeres – 24 horas de Acción Solidaria Feminista por Palestina

¡Mujeres en Marcha hasta que Palestina sea Libre de Río a mar!

El pasado 30 de marzo, como parte de la Marcha Mundial de las Mujeres – México, participamos de las 24 horas de Acción Solidaria Feminista por Palestina. Mujeres de todo el mundo nos organizamos para difundir mensajes de esperanza, lucha y solidaridad para las mujeres palestinas. 

El 9 de octubre de 2024, Israel impuso un bloqueo total sobre Gaza, exacerbando una crisis humanitaria sin precedentes debido a su rapidez e intensidad: Israel interrumpió el suministro de agua, alimentos, electricidad, gas y combustible; cerró los pasos fronterizos entre Palestina y Egipto, impidiendo que la población civil intentara salvarse y, al mismo tiempo, impidiendo la entrada de la ayuda humanitaria.

Se trata de un genocidio fríamente calculado, ya que, al mismo tiempo, Israel intensificó el bombardeo en plazas públicas, en viviendas y barrios completos, escuelas, hospitales, mercados y otros centros de seguridad, atención, ayuda y supervivencia. Las cifras arrojan más de 27.300 personas palestinas asesinadas, entre ellas más de 7.000 niñas y niños, y otras 66.000 habrían resultado heridas.

Privar deliberada y premeditadamente a la población civil de los medios elementales para su supervivencia como el agua, alimentos, atención médica y ayuda humanitaria constituye crimen de guerra. Arrojar bombas en centros de ayuda y cerrar fronteras, concentrando la población en la zona de conflicto, impidiendo su protección es claramente un genocidio.

La Marcha Mundial de las Mujeres (MMM) ha denunciado que el 70% de las víctimas son infancias y mujeres, y que “la situación agrava los problemas a los que ya se enfrentan las mujeres. El desplazamiento de sus hogares conlleva la pérdida de sus medios de subsistencia, una mayor vulnerabilidad ante la violencia y mayores dificultades para acceder a la salud reproductiva y materna”.

Las guerras como reflejo del sistema patriarcal capitalista y colonial

Las guerras siempre son intereses estratégicos por la tierra y sus bienes comunes naturales, que los hombres en el poder realizan para aumentar su poder de influencia y dinero. Por eso todo lo relacionado con la guerra es patriarcal: son los hombres en el poder que las impulsan y la crean. Y es capitalista porque se destinan enormes cantidades de dinero para investigación y tecnologías de guerra: armas cada vez más sofisticadas que se producen y se venden. Y es colonial porque somete y despoja los pueblos históricamente excluidos y marginados.

En el contexto de la guerra genocida entablada por el estado de Israel en contra del pueblo palestino, la MMM evidencia que “la ocupación genocida de Israel es un producto más del sistema patriarcal capitalista y se cruza con la destrucción causada por la necropolítica colonialista, racista y autoritaria. Estos sistemas opresivos colaboran para comerciar con armas, construir fronteras militarizadas y explotar conjuntamente nuestros recursos naturales”.

¡Acción solidaria feminista de 24 horas siguiendo el Sol!

En este 2024, desde nuestro compromiso y lucha feminista en contra del patriarcado y sus guerras, desde la MMM-México participamos de las 24 horas de Acción Solidaria Feminista por Palestina. Desde la consigna “¡Mujeres en Marcha hasta que Palestina sea Libre de Río a mar!”, unimos nuestras voces a las voces de todas las mujeres del planeta que no nos cansamos de desafiar los sistemas patriarcales; que luchamos para denunciar, visibilizar y desmantelar las estructuras de opresión y que nos organizamos para soñar, imaginar y trabajar por la construcción de mundos más sanos, justos y libres. Marchamos hacia el futuro, guiadas por la luz de la solidaridad y la promesa de un mañana justo e igualitario.

Las 24 horas de Acción Solidaria Feminista por Palestina, de este 30 de marzo, consistió en que mujeres de todo el mundo, al medio día de cada una de las zonas horarias del planeta, nos pronunciamos de diferentes maneras por el cese al fuego de Israel y sus aliados en contra de Palestina, y generando una corriente mundial que hacía eco de nuestras reivindicaciones comunes por un mundo mejor. Exigimos la urgente necesidad de poner fin, de inmediato, a la ocupación y al genocidio israelíes.

Pues sabemos muy bien que ¡si hieren a una, nos hieren a todas! Y eso no lo vamos a permitir.

Comunicación Estratégica Feminista: un proceso para fortalecer las colectividades

La comunicación es imprescindible en todos los procesos organizativos, es la vía de continuidad y crecimiento, es un elemento clave para el sostenimiento tanto interno como externo de los grupos. Sin embargo, en esta era de la tecnología e inmediatez, en dónde los sucesos ocurren y hay que dar respuesta, muchas veces caemos en el error de creer que al replicar o difundir información ya estamos comunicando.

Conviene hacer un alto y cuestionarnos ¿realmente es así? Difundir información es vitalmente importante en ciertos momentos de urgencia, pero la comunicación va más allá, nos invita a abrirnos hacia nosotras y las otras, reflexionar y tomar conciencia, por ello es un espacio de poder en disputa.

El poder de la comunicación nos permite encontrarnos, reconocernos, comprendernos, organizarnos y construir acciones que nos permitan cambiar nuestra realidad. Nos da la oportunidad de posicionar nuestras demandas, luchas, exigencias, contar esas historias que muchas veces han sido opacadas, silenciadas, pero que siempre encuentran las formas de salir y narrarse a sí mismas.

¿Cómo podemos, desde las organizaciones y colectivos, recuperar ese poder?

Comunicación Estratégica Feminista

Desde la Comunicación Estratégica Feminista buscamos compartir nuestros dolores, rabias, pero también esperanzas, sueños y los trabajos que realizamos para lograr construir esos otros mundos. Sabemos que unidas somos más fuertes, y que también unidas podemos amplificar nuestras voces, replicar las alegrías, compartir la indignación y expandir las llamadas a la acción.

Retomando esta propuesta y uniéndola con la educación popular feminista, durante 2023 realizamos un poderoso proceso de formación entre pares con colectivos y redes de mujeres del estado de Chiapas. A partir de este proceso, entre todas hemos podido hacer un alto para recuperar nuestras historias, recuperar nuestras victorias y fracasos, la rabia por las violencias e injusticias, pero también nuestras esperanzas, alegrías, los encuentros y desencuentros. Estas historias nos muestran el camino que hemos recorrido, nos legitiman y nos motivan a seguir. En esta forma de comunicación que estamos construyendo, tanto al interior como el exterior de las colectivas, apostamos por narrarnos desde una mirada esperanzadora y poderosa, reconociendo y validando nuestro trabajo como defensoras en el día a día.

El proceso nos permitió volver a nosotras, recuperar nuestro caminar, fortalecernos y reconocernos como grupos organizados que estamos luchando, creando y trabajando por mundos más sanos y justos. Sin embargo, así como encontramos certezas, surgen y se mantienen algunas dudas.

¿Cómo enfocar el poder de la comunicación estratégica feminista para revertir la invisibilización que existe del trabajo de las mujeres en la defensa del territorio? 

¿Qué medios debe tomar la comunicación estratégica feminista para lograr el reconocimiento social, político y financiero a nuestra labor?

Las redes sociales como espacio hegemónico de comunicación visible ¿son accesibles para las mujeres defensoras?

Las redes sociales se han convertido en los espacios por excelencia para difundir información de manera rápida y sin costo. Sin embargo, sabemos que este medio de comunicación no está al alcance de todas. Sabemos que siguen existiendo brechas tecnológicas, de acceso, manejo y generacionales, así como de falta de tiempo, dificultades para crear estrategias y seguimiento, y sobrecarga laboral que dificultan su uso.

Aquí queremos compartir y reflexionar sobre las dificultades a las que se enfrentan las mujeres defensoras para tomar el poder de la comunicación, incluyendo los medios “más accesibles” que serían las redes sociales y utilizarlo en pro de la externalización y visibilización de nuestro trabajo.

Al realizar la campaña Voces de Agua, Tierra y Mujeres(https://www.youtube.com/watch?v=wy0hGQHjhdI) nos percatamos de las dificultades que tenemos para entretejernos de manera virtual. Algunas de las complicaciones fueron la falta de tiempo para el manejo de las redes de manera sostenida, la falta de habilidades y los múltiples roles que las mujeres realizan dentro de sus organizaciones.

¿Qué tan cierto es que, “si no estás en las redes, no existes”?

Sabemos que el hecho de que, si no difundimos nuestro trabajo y nuestros pensamientos en redes, no significa que las mujeres no estemos ahí. Eso porque ante los proyectos extractivos, de despojo y violencia que se agudizan constantemente, las mujeres seguimos en lucha. Vemos que surgen y se sostienen diferentes movimientos de mujeres en defensa de la tierra, el territorio y nuestros derechos y que, pese a sentirse constantemente invisibilizadas, silenciadas, ocultadas por la falta de reconocimiento social, político y financiero a su trabajo, siguen organizándose y apostando a colocar la vida en el centro.

Estas mujeres están en los frentes de lucha, directamente defendiendo sus territorios y haciendo frente a las amenazas. Pero su trabajo sigue sin ser lo suficientemente valorado, reconocido, respetado y sobre todo apoyado.

La vida no se gesta en las redes sociales, ni en la virtualidad

También a través de la campaña nos dimos cuenta que en una sociedad en dónde predomina la inmediatez, lo caótico, lo superfluo y la des-información, es muy difícil posicionar los temas dónde la belleza de la cotidianidad, de la organización y de la defensa real de la vida digna estén en el centro.

Hemos defendido, en este proceso de comunicación estratégica feminista, que la vida no se gesta en la inmediatez. La vida requiere de lentitud, de presencia, de cercanía, de compartir. La vida requiere de tiempo, de persistencia, de un antes, un ahora y un después. Las luchas que realizamos tienen historia, y no podemos perder esta perspectiva histórica, mucho menos la perspectiva política de nuestros procesos como defensoras.

Por eso, queremos invitarnos a hacer un alto en el camino. Sabemos que no podemos salirnos por completo del sistema, pero sí podemos decidir cuando queremos ir más lentas, cuando podemos tomar un tiempo, respirar y admirar la belleza, la fuerza y el poder de lo que está ocurriendo ahí frente a nosotras, no en una pantalla, sino que en el mundo real, en el mundo de la vida, de los encuentros, de los ojos que se miran y de las manos que tomamos y levantamos juntas.

22 de marzo: Mujeres que luchan por el agua

En el reflejo del agua, se observan los cientos de mujeres que luchan por cuidarla, respetarla y administrarla para seguir compartiendo la vida.

En marco del 8 de marzo, Día Internacional de Lucha de las Mujeres, y del 22 de marzo, Día Mundial del Agua, desde Agua y Vida y la Red de Defensoras del Agua y el Territorio, realizamos el panel: Mujeres que luchan por el agua. Nuestro propósito fue el de posicionar las luchas y apuestas políticas de las defensoras del agua en San Cristóbal de Las Casas, visibilizar nuestras preocupaciones, dificultades y principalmente las acciones que las mujeres organizadas realizamos para cuidar y defender el agua.

Nunca nos cansaremos de decir que las mujeres somos las principales usuarias del agua para uso familiar y para las actividades de supervivencia; somos las que la usamos para el trabajo doméstico, como la limpieza de la casa, el lavado de ropa y la preparación de alimentos. Y somos las más afectadas cuando no hay agua. El cuidado y la defensa del agua ha sido una lucha histórica de las mujeres, principalmente las mujeres históricamente marginadas y excluidas por el sistema patriarcal racista, capitalista y colonial.

Agua y extractivismo

Los proyectos extractivos como la minería, los monocultivos y la extracción de hidrocarburos afectan directamente al agua por medio de la contaminación con metales pesados y agroquímicos, y así generan una dinámica de escasez de agua para uso humano, para la agricultura y para los animales.

Por ejemplo, con respecto al monocultivo de palma aceitera, una sola planta de palma necesita por lo menos 30 litros de agua diarios. Respecto a la minería, ésta es una información representa todo un reto, ya que la Secretaría de Economía –instancia responsable de proporcionar la información para la ciudadanía– no reporta esta información de manera clara, transparente y confiable. Pero está lo suficientemente comprobado que la minería es una de las actividades industriales que más consume agua y que genera el mayor impacto sobre el medio natural, pues el agua, el suelo y el aire son grave e irreversiblemente afectados por las explosiones, la retirada y transformación de los minerales.

Mientras que empresas y corporaciones cuentan con grandes concesiones de agua, las mujeres y sus familias apenas tienen lo suficiente para sobrevivir – y eso cuando lo tienen.

Agua, crimen organizado y militarización

Los proyectos extractivos conllevan la militarización de los territorios. Las empresas, junto al gobierno, contratan agentes de seguridad privada y pública, y la presencia de las fuerzas castrenses en los territorios incrementan las violencias contra las mujeres: acoso sexual, hostigamiento, amenazas para las defensoras, criminalización de la protesta, desaparición forzada y feminicidios. En los últimos tres años, en Chiapas, la presencia de los cárteles del crimen organizado y los conflictos por el control del territorio se han intensificado, siendo que estos grupos están controlando también el acceso al agua. Los apagones de luz eléctrica y los toques de queda intensifican esta situación, siendo que las mujeres son las más afectadas por la violencia y las problemáticas relacionadas al agua, como la salud y la alimentación.

Las Mujeres Somos Agua

Entre nuestras acciones, además de visibilizar las iniciativas que las mujeres realizan para cuidar y defender el agua, entre las actividades del panel Mujeres que luchan por el agua, expusimos y debatimos sobre cuatro corto-documentales que narran las luchas de las mujeres por el agua.

Desde Zambia, conocimos las luchas de las mujeres de Mukonga Village; desde la Umravam, India, conocimos las estrategias de las mujeres de Gond Adivasi. Desde el estado de Pará, Brasil, conocimos las luchas de las mujeres del Quilombo Ilha de Merces. Y desde San Cristóbal, conocimos las luchas de las defensoras ambientales, plasmadas en el video Somos Agua realizado por Agua y Vida.

Las mujeres estamos realizando muchas acciones para la defensa del agua, a pesar del machismo que vivimos en los movimientos, en la sociedad y la cultura. Pero no nos intimidamos: nos organizamos cada vez más en contra de todas las fuerzas que buscan impedir nuestra lucha para que el agua sea cuidada y preservada.

8M en San Cristóbal de Las Casas: “Somos fuego feminista – tejemos resistencias por nuestros derechos y cuerpo-territorio”

“Sembremos sueños y cosechemos esperanzas, recordando que esa construcción sólo se puede hacer abajo, a la izquierda y del lado del corazón” – Bety Cariño. Una de las victorias que logramos en este 8M es que formamos la asamblea permanente para seguir luchando juntas y juntes, y fortalecer el movimiento feminista en San Cristóbal.

Bajo esta consigna, salimos a la calle este 8 de marzo, en el Día Internacional de Lucha de las Mujeres. Como Agua y Vida participamos en varias acciones orientadas a la articulación entre las diversas luchas del Movimiento Feminista.

Como aparece en el lema de la marcha, nuestro cuerpo también es un territorio de lucha y defensa, tal como defendemos nuestros territorios-tierras en contra del despojo y la explotación.

El capitalismo neoliberal, colonialista, patriarcal y extractivista destruye nuestro planeta con sus políticas de muerte, nos despoja de nuestros bienes comunes y territorios. Las más afectadas siempre son las mujeres, niñas y niños, principalmente las mujeres indígenas y racializadas que viven historicamente la explotación y el despojo colonial de sus tierras y su cuerpo. Y es una continuidad hasta el presente. Como mujeres ecofeministas trajimos esa perspectiva a la marcha: La opresión y explotación de la naturaleza es la misma que viven las mujeres.

Estuvimos presentes, junto a otras compañeras, en las reuniones para la preparación de la marcha inclusiva. Algunas de las injusticias y opresiones que visibilizamos fueron las luchas y demandas de las mujeres con discapacidades; las luchas de las mujeres trans; el genocidio en palestina donde las principales víctimas han sido mujeres e infancias; la legalización del aborto; las desapariciones forzadas; las violaciones y feminicidios que sufren las mujeres en Chiapas, en todo México y el mundo. Una de las victorias que logramos en este 8M es que formamos la asamblea permanente para seguir luchando juntas y juntes, y fortalecer el movimiento feminista en San Cristóbal.

Mujeres y desplazamiento forzado en Chiapas

Una grave problemática que pudimos visibilizar este año en San Cristóbal, fue el del desplazamiento forzado interno que denunciaron las mujeres Tseltales y Tsotsiles de las comunidades Chalchihuitán y Aldama, de Los Altos de Chiapas, y de la Comunidad de Nueva Palestina, Ocosingo, en la región Selva. Durante la realización de su Tercer Encuentro de Articulación y Coordinación, llevado a cabo en las instalaciones del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur de la UNAM (CIMSUR– UNAM), lugar que las cobijó, las mujeres desplazadas forzadas contaron sus historias de múltiples formas de violencia vividas durante el desplazamiento: compartieron la dolorosa experiencia del ataque armado por grupos paramilitares, el despojo de sus tierras, bienes materiales y culturales, la carencia de absolutamente todo, en los lugares de refugio, el asesinato de algunas personas y el encarcelamiento injusto de otras. En el caso de Nueva Palestina, la problemática se intensifica con la tortura física, emocional y sexual de mujeres y la desaparición forzada de un joven, así como tortura a niñeces y adolescencias.

Para nosotras, es importante que hagamos historia de estas violencias. Estos diversos desplazamientos ocurrieron en Chalchihuitán en 2017, afectando a 5,023 personas, actualmente continúan organizadas 290 familias; en Aldama en 2017 fueron afectadas doce comunidades en donde se suman 4,999 personas afectadas. El evento más reciente en Nueva Palestina, en el municipio de Ocosingo el 16 de diciembre de 2021, donde 5 familias, que suman un total de 34 personas -de las cuales 24 son niñas, niños y adolescentes-, fueron desplazadas por el ataque de un grupo paramilitar encabezado por las autoridades. Las familias desplazadas actualmente se encuentran refugiadas en San Cristóbal de Las Casas, y cuya situación es dramática por el encarcelamiento y sentencia injusta de Versain Velasco García, miembro de estas familias, a 58 años y 4 meses, el motivo es su participación como defensor de derechos humanos en su comunidad.  

No podemos ignorar que los procesos de desplazamiento forzado en Chiapas se han multiplicado en los últimos meses debido a la disputa por el territorio de la región fronteriza, una extensión considerable de la Sierra y de la Selva, por parte de la delincuencia organizada. Actualmente, son más de 10,000 personas desplazadas, y el terror, el control de la población y múltiples violaciones a los derechos humanos de esta población han sido negados o minimizados por las autoridades de los tres ámbitos de gobierno de México. En este contexto, la defensora feminista de Derechos Humanos Dora Julieta Hernández señala que las mujeres, las infancias y adultos mayores resultan gravemente afectados ante estos hechos violentos, por su condición histórica de vulnerabilidad de género, clase, etnia y edad, ante la indiferencia de las autoridades responsables que no previenen, no protegen, no atienden, no procuran justicia y no reparan los daños de manera integral.

Luchas en contra del extractivismo

En concordancia con estos testimonios, en el pronunciamiento de la marcha del 8M fue mencionado que: “En Chiapas se vive el control de las tierras y territorios, por parte de grupos paramilitares, civiles armados que ahora se han diversificado en grupos narco-paramilitares que están asediando y sembrando terror en las comunidades campesinas mayas y zoques en su disputa por el control del territorio, ante la complacencia y complicidad del Estado”. Esta situación es muy preocupante, ya que fomenta la cultura de muerte, y provoca que las mujeres vivan en constante inseguridad, además del despojo y también el aumento de la violencia feminicida.

Como ya hemos afirmado, son las mujeres las más afectadas por estas circunstancias violentas. Al mismo tiempo, son ellas quienes luchan con digna rabia y también con ternura, empatía y una vista amplia a todos los ámbitos de la vida, incluyendo la vida de la tierra. Son ellas las que encabezan la lucha y son las que crean estrategias y propuestas para el buen vivir de toda la vida que habita este planeta. 

Son muchos los logros, los aciertos y la coordinación. Pero no dejamos de preguntarnos sobre ¿por qué todavía, después de incontables marchas, tenemos que seguir haciendo frente a tanta violencia y despojo a nuestros cuerpos y territorios? ¿Por qué está aumentando el número de ataques a nuestras luchas? ¿Por qué nuestras vidas significan tan poco en este sistema? Creemos que vale la pena que sigamos debatiendo sobre estas interrogantes, y construyendo juntas los caminos a sus respuestas.

El patriarcado se va a caer, se va a caer, se va a caer

Mientras, seguimos afirmando que el patriarcado capitalista está intensificándose más y más, pero también está sintiendo que sus límites se acercan. Principalmente los límites planetarios. Y los límites que estamos poniendo las mujeres. La sabiduría y las acciones de las mujeres organizadas siempre han sido un peligro para el sistema patriarcal capitalista, por lo que ha intentado oprimirnos desde el principio. En las últimas décadas, las mujeres están liberándose cada vez más, lo que significa una amenaza más grande. Por ende, nos atacan más fuerte para pararnos, pero somos fuertes y sabemos lo que queremos. Así queremos cerrar reconociendo la sabiduría y la organización de todas las mujeres desplazadas, violentadas, desaparecidas y víctimas de feminicidio. Nos iluminan el camino de la lucha y la transformación del patriarcado capitalista, racista y colonial capitalista en un mundo de justicia y vida.

Red de Nodos de Respuesta a Emergencia y Crisis de Fondo Semillas

El calentamiento global, cuyas causas se encuentra en el modelo de desarrollo capitalista, está generando eventos climáticos como tornados, huracanes, olas de calor, sequías e inviernos rigurosos cada vez más intensos y frecuentes. Estas crisis tienen un impacto mucho más fuerte para las mujeres, niñas, personas trans e intersex, exacerbando las violencias ya existentes, incrementando las exclusiones y creando más vulnerabilidades. De hecho, está comprobado que en ocasiones de desastres las mujeres y las niñas tienen 14 veces más probabilidades de morir que los hombres debido a las diferencias de género y a las desigualdades existentes relacionadas con sus derechos económicos y sociales.

Además, cuando ocurre una emergencia, la ayuda humanitaria suele llegar, en primer lugar, a las zonas céntricas, o como acaba de ocurrir en Acapulco debido al huracán Otis, a las zonas turísticas. Pareciera que los establecimientos que mantienen la economía capitalista son atendidos primero que las personas más vulnerables. Así, las zonas marginadas y empobrecidas suelen ser las últimas a recibir atención – y en esta atención, las mujeres suelen ser ignoradas. Constatamos que las emergencias socionaturales y climáticas, por lo tanto, exacerban las exclusiones y violencias ya existentes. 

Las emergencias afectan de manera distinta a mujeres, hombres, niñas, niños, adolescentes y personas LGBTIQ+, tanto respecto a las afectaciones, como respecto a la ayuda. La edad, la identidad sexual y de género, la etnia, la discapacidad, la educación, el empleo y la ubicación geográfica, se cruzan y agravan aún más las vivencias en los momentos de emergencias.

Sabedoras de esta situación, a partir de mayo de este 2023, Fondo Semillas impulsó la creación y consolidación de la Red de Nodos de Respuesta a Emergencias y Crisis, con el propósito de atender a estas (y otras) emergencias desde perspectivas feministas y desde la cultura de los derechos humanos. Nosotras de Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente fuimos invitadas a ser parte de la Red de Nodos y también acompañar en el proceso de su fortalecimiento interno. 

La Red está formada, en este momento, por mujeres de 16 organizaciones, abarcando las regiones Centro-Sur, Suroeste, Sureste y Noroeste de México. Somos mujeres con significativa experiencia y trabajo comunitario y nos hemos fortalecido, como Red de Nodos, desde perspectivas feministas críticas y desde las intersecciones de género, raza y clase. Nos interesa impulsar procesos de justicia climática y ambiental, enfocándonos a la reconstrucción a mediano y largo plazos, de las comunidades y los medios de vida de las mujeres, niñas, personas trans e intersex.

Reconocemos que las mujeres y las niñas han desarrollado diferentes niveles de resistencia, de resiliencia y capacidad de recuperación y que deben ser involucradas activamente en planes de respuesta y en la toma de decisiones, así como en los procesos de reconstrucción de las comunidades afectadas. 

Después de varios encuentros virtuales y presencial, ahora estamos organizándonos para atender la emergencia y las crisis ocasionadas por el huracán Otis, que ha asolado el estado de Guerrero, en especial las zonas periféricas de Acapulco y Coyuca de Benítez. Nos sumamos a la campaña Mujeres Reconstruyendo Guerrero, impulsada por Fondo Semillas, pues sabemos que, a pesar de ser las más afectadas, somos las mujeres las que más nos unimos y nos organizamos para recuperar y reconstruir la vida en toda su dignidad. 

Nos sentimos infinitamente agradecidas a Fondo Semillas por esta oportunidad de ser parte. Las organizaciones que conformamos la Red de Nodos somos: 

Acciona Transformando Caminos para Ser y Hacer, A.C.

Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente, A.C. 

Albergue Temporal Casa Arcoíris A.C.

Alianza Cívica Pinotepa Nacional A.C.

Centro de Estudios Ecuménicos, A.C.

Colectiva Sobrevivientes de Feminicidio en México

Escuela para Defensoras en Derechos Humanos y Ambientales Benita Galeana

Fondo Semillas, A.C.

Fundación Mexicana para la Planeación Familiar A.C. MEXFAM

Las Vanders 

Lesbianas y feministas por el derecho a la información/Línea Aborto Chiapas

Movilidades Libres y Elegidas A.C.

Mujeres, Organización y Territorios MOOTS

Sororidad Motul

Una Mano para Oaxaca

Unión de Pueblos de Morelos

¡Conoce nuestro trabajo!

COP 28 – Otra gran farsa mientras el planeta rueda hacia el abismo

Dos semanas de debate en Dubai. Una conferencia sobre el clima presidida por un magnate del petróleo. Mucha diplomacia económica. Un “nuevo” y tibio llamado a la reducción progresiva de los combustibles fósiles.Aquí les presentamos apenas algunas notas que dan cuenta de la indignación de muchas activistas frente a la COP-28, realizada del 30 de noviembre al 12 de diciembre de este 2023 que ya llega a su fin.

A estas alturas, todas sabemos que Dubai es una ciudad en los Emiratos Árabes Unidos, cuya gran parte de la economía se sostiene en el petróleo. Y esta COP, tal como nos recuerda Info Ecomunidades, se realiza a 5 y 4 años de los reportes del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) de la ONU de 2018 y 2019, que advierten sobre la urgencia de reducir a la mitad el consumo de gas, carbón y petróleo antes de 2030, para evitar un calentamiento global superior a 1.5 grados centígrados. Y después de 27 COP o Conferencias de las Partes que no han conseguido frenar el crecimiento mundial en el consumo de gas, carbón y petróleo y en las emisiones de gases y humos que dañan el clima.

Info Ecomunidades recupera la realidad de que la COP 28 se realizó meses después de terribles eventos climáticos nunca vistos en la historia, como el huracán Otis en Acapulco, de categoría 5, el primero en el Pacifico en tocar tierra , con máxima potencia; el incendio en Maui, Hawái, la catástrofe ambiental más letal en Estados Unidos en los últimos 100 años; los más de 5.000 incendios forestales de Canadá que han duplicado en este año el suelo quemado: más de 10 millones de hectáreas; los incendios forestales de Grecia, los más grandes registrados en Europa; las tormentas gigantes de granizo y lluvias torrenciales récord en China, entre muchos otros eventos climáticos nunca vistos de este año.

Desde una postura comprometida con las organizaciones y luchas de las mujeres, nuestras compañeras de la GAGGA (Global Alliance for Green and Gender Action), lanzaron un llamado urgente a una financiación climática con justicia de género. Su objetivo en la COP 28 fue el de amplificar los mensajes de incidencia de las socias de la alianza GAGGA, garantizar su participación activa, abogar por  apoyo y financiación para soluciones climáticas con justicia de género y denunciar las falsas soluciones climáticas.

Gagga evidenció que 

La crisis climática continúa aumentando y la urgencia de encontrar soluciones significativas nunca ha sido más palpable. Mientras los líderes mundiales se reúnen para la COP28, es crucial que las voces locales, especialmente las de mujeres, niñas, personas trans, intersexuales y no binarias y las comunidades estructuralmente excluidas de mujeres indígenas, afrodescendientes, rurales y jóvenes, no sólo sean escuchadas, sino que lideren las soluciones que proponemos. Para que esto se haga realidad, es necesario alejar el financiamiento climático de falsas soluciones climáticas y distracciones peligrosas, como represas a gran escala y plantaciones de monocultivos, que conducen a violaciones de derechos humanos y destrucción de ecosistemas, y dirigirlo  hacia soluciones climáticas con justicia de género.

Por su vez, las compañeras de AWID, reconocieron que no hay de otra que reírnos en la cara de la captura corporativa. La tragicomedia de estos 30 años de negociaciones por el clima, estos 28 años de Conferencias de las Partes, también nos invitan a la irreverencia política feminista. Pues presenciamos “OTRA cumbre inútil, cara y desgastante que no brindará nada más que grandes retóricas y promesas vacías…”. Esperamos que la COP28 sea una farsa política especialmente desquiciada este año.

Así argumentan las AWID: “mientras la influencia corporativa sigue creciendo en todas las esferas de nuestras vidas, además del catastrofismo climático, este año decidimos recurrir al humor para ilustrar la cuestión de la captura corporativa y, con suerte, proporcionarles un poco de alivio cómico”. Así, salieron a preguntar a las humoristas feministas su opinión sobre la captura corporativa, siempre presente en las COP, y el resultado nos informa y anima a fortalecer nuestras críticas políticas feministas. 

Invitamos a conocer la nota completa, pues nos proporcionan buenas informaciones sobre cómo funcionan estas conferencias, los miles de millones de dólares que las corporaciones usan para desinformarnos sobre los combustibles fósiles – y salirse con la suya, además de perseguir a defensoras. También nos explican qué es eso del greenwashing, nuevo término que en inglés – suponiendo que todas entendemos o queremos entender este idioma – que significa “lavado verde” (recordemos eso del “lavado de dinero”, que también nos costó entender) y que se usa para “nombrar las falsas soluciones, como las finanzas ‘verdes’, la minería ‘verde’, el ‘crecimiento’ verde”, entre otras iniciativas que, a nosotras, nos huelen a engaño y retroceso. Parece broma, pero no lo es. 

La COP 28 y el Acuerdo de París, hipocresía al borde del colapso

Por otro lado, desde la agencia de noticias Tierra Viva, Flavia Broffoni, politóloga y activista en ecología política y emergencia ecológica y climática, también co-fundadora del movimiento de desobediencia civil pacífica Rebelión o Extinción, y autora de Extinción (Sudamericana, 2020), nos dice, con gran valentía y honestidad, que “lo que sucede en estos ámbitos es ridículo. Pero de una ridiculez que roza la obscenidad”. Y sigue evidenciando el greenwashing (lavado de imagen verde):

“Miles de personas volando a decenas de miles de kilómetros, emitiendo una cantidad inmensa de gases de efecto invernadero, no solo por lo que implican los traslados, sino los consumos y la parafernalia de estos eventos. Hoteles de lujo, comida importada, café y carne sustentable del otro lado del mundo, sponsors como Coca-Cola, países anfitriones con miles de activistas presos como Egipto —donde ocurrió el año pasado la reunión— lavando su imagen con la foto de ambientalistas globales disfrutando de su hospitalidad. Este año, la COP 28 está ocurriendo en los Emiratos Árabes, presidida por un jeque con intereses harto demostrados en la expansión de la frontera fósil y en jugar con el precio del petróleo. En ninguna otra COP hubo tantos agentes negociadores de la industria de combustibles fósiles acreditados. La cifra representa un incremento del 400 por ciento respecto al año pasado”. 

¿Qué validez tienen estas conferencias?, se pregunta la autora. Nos interesan sus denuncias y su combativo lenguaje porque despierta la esperanza de que todavía existen mujeres cuya palabra incomoda, interpela, convoca a transformar – algo tan importante en estos momentos en que muchos movimientos sociales, y también feministas, andan desmotivados, sin suficiente poder contestatario al Estado y sus políticas criminales. Les invitamos a leer su artículo completo, pues necesitamos recuperar nuestro potencial crítico y organizativo frente a estos eventos cuyos “pequeños cambios” son más retrocesos que avances.

Calendario Ecofeminista 2024: Reconstruir las Esperanzas y las Utopías por Mundos más Sanos y Justos

Para nosotras es una enorme satisfacción compartirles la versión digital del Calendario Ecofeminisa 2024. El calendario parte de la constatación de que estamos viviendo tiempos cada vez más acelerados, complejos, de muchas luchas antisistémicas y, a la vez, de muchas crisis en todos los ámbitos de la vida y las sociedades. Las violencias, los conflictos, las guerras, el fortalecimiento de grupos neofascistas, las políticas extractivas, la crisis alimentaria y de salud, y tantos otros escenarios nos abruman y nos hacen pensar que no hay futuro.

Sólo de enterarnos nos sentimos rebasadas. Cansadas. Agotadas. Pues junto a este contexto las defensoras sentimos que el tiempo no nos alcanza. No nos da la vida para todo lo que queremos ser, hacer, amar y descansar.

Desde Agua y Vida, hemos estado reflexionando sobre esta realidad. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Qué necesitamos cambiar? En este “ecosistema” de la defensa de los derechos ambientales, nos preguntamos sobre ¿qué elementos nuevos hay que plantar?, ¿cuáles hay que podar, abonar? e, incluso, ¿cuáles tenemos que arrancar desde la raíz? 

Una invitación a reconstruir las esperanzas y las utopías

En nuestras reflexiones, pensamos que un cambio que vale la pena hacer, desde las perspectivas ecofeministas críticas del Sur Global, es aprender de la historia de los movimientos de mujeres y recuperar las utopías. Sí, las utopías soñadas por las mujeres de los movimientos sociales del Sur. Volver a inspirarnos en esta genealogía de valientes y bravas mujeres y, a la vez, adecuarlas a los desafíos y retos del mundo de hoy, en su complejidad y en su dinámica tan, tan acelerada. Hemos visto que hay mucha cosa que podemos aprender, considerar, recuperar y adecuar a los tiempos de hoy. 

Unir el cuerpo y la mente, las emociones y la razón, la poética y la política

Históricamente, el activismo ha estado muy marcado por el pensamiento racional, que nos ha permitido analizar críticamente la realidad y la política. Sin duda, el pensamiento crítico es imprescindible para construir prácticas transformadoras. Sin embargo, somos cuerpo, somos sueños, somos deseo, somos mística, somos poesía. Queremos justicia y también belleza. Limitarnos solamente al pensamiento no nos lleva muy lejos en las transformaciones que queremos construir. 

El Collage Feminista como potencial político y artístico cuestionador

Con estas reflexiones, nos aventuramos a realizar un taller sobre Collage Eco-Feminista Político. En este afán de cambiar las cosas -y sin mucho tiempo para pensarlo- sólo sabíamos que queríamos un proceso formativo en el cual pudiéramos construir desde todas nuestras dimensiones, no sólo la racional. Queríamos encontrarnos entre defensoras desde un espacio de imágenes, creatividad, música, silencio, poesía, en el cual pudiéramos trabajar desde la introspección, desde el necesario silencio para crear. Y silenciar juntas es hermoso. Es necesario. Es reconfortante.

El taller fue una invitación para que, a través del arte y de la creatividad expresáramos con irreverencia y de manera políticamente situada, nuestra crítica al sistema. Es así que, por medio del collage, el Calendario Ecofeminista 2024 quiere generar ideas, consciencia, motivación y esperanzas de que sí podemos construir mundos aparte, en donde la vida digna ocupe el centro de las decisiones. Y en donde las esperanzas y utopías se renueven. 

¡Les deseamos un 2024 en el cual las esperanzas y las utopías por mundos más sanos y justos se renueven y orienten el caminar!

Descarga e imprime el calendario aquí

Escuela Ecofeminista “Mujeres Defendiendo el Territorio Cuerpo-Tierra” – 7ª generación 2023: hacia la construcción de las justicias climática y ambiental

Estamos pasando por crisis simultáneas, interrelacionadas, que nos desafían a recuperar y fortalecer nuestras luchas y poder contestatario feminista. Recuperar y resignificar el potencial revolucionario de este gran y diverso movimiento, el Movimiento Feminista, que busca transformación sistémica, social, cultural, política y económica. El potencial de mover, incomodar, de-construir las injusticias que tienen rostros y cuerpos de mujeres y reconstruir el mundo, la vida, las relaciones, desde la búsqueda de horizontes posibles, sanos y justos.

Reconocer y nombrar las injusticias

La 7ª generación de la Escuela Ecofeminista “Mujeres Defendiendo el Territorio Cuerpo-Tierra” justamente nos llevó, entre todas las participantes, a nombrar las muchas injusticias que vivimos. En especial, reflexionamos sobre las múltiples crisis que atravesamos, los discursos de odio, las políticas de muerte y las indiferencias indolentes. En especial, debatimos sobre la justicia ambiental y la justicia climática – que van de la mano con todo lo que hacemos las mujeres para la defensa del territorio. 

La Escuela fue realizada los días 22, 23 y 24 de noviembre, con la participación de 20 defensoras provenientes de los estados de Veracruz. Tijuana, Estado de México, Oaxaca, Mérida y Chiapas. 

La Escuela ha sido una iniciativa de Agua y Vida para la formación política de mujeres defensoras desde la perspectiva de la educación popular feminista y teniendo como eje el ecofeminismo crítico latinoamericano. En estos siete años hemos formado a 188 defensoras de derechos humanos, en especial los derechos ambientales, al agua, a la tierra y el territorio. 

Algunas de las injusticias que nombraron las participantes fueron:

Muerte, desaparición, asesinato de defensoras ambientales. Invisibilización de la problemática ambiental. Responsabilización individual de los problemas estructurales. Desigualdad. Despojo de los bienes naturales. Políticas extractivas. Ríos contaminados. Inundaciones. Relleno de humedales. Uso indiscriminado de agroquímicos. La alimentación ya no es sana. Escasez de recursos. Desequilibrio ecológico. Destrucción de la fauna y flora. Contaminación sonora. Cambios bruscos en el clima. Crecimiento urbano desordenado. Daño ecológico a zonas naturales protegidas. Minería, saqueo de cerros. Invasiones de zonas boscosas. Monocultivos de palma aceitera. Falsas promesas de desarrollo y de regularización de servicios. Fragmentación de la resistencia. Las comunidades se sienten inseguras ante la presencia de la militarización y las armas. Los militares llegan con el discurso de “brindar protección”, pero son los que más violentan. Intimidación en la comunidad. La militarización va junto con la paramilitarización, donde están armando a las personas de la sociedad. Establecimiento de plazas para el narcotráfico. Surgimiento de grupos de terror, jóvenes motonetos. Tráfico de drogas, personas, prostitución forzada. Inseguridad general. Miedo por parte de las mujeres. Dinámicas sociales complicadas, complejas. Las Políticas Nacionales imponen formas de “hacer” uniformizan, pero no aportan a la justicia ambiental o la justicia climática. El estado no cumple y la sociedad civil está saliendo a hacer frente a todas éstas injusticias.

Imaginar realidades y justicias que queremos construir

Vimos que la Justicia es construcción y responsabilidad colectiva. Es cierto que el Estado se ha consolidado como el responsable de la impartición de justicia. Pero esta forma de “impartición de justicia” está corrompida. Hoy por hoy, el Estado es uno de los principales perpetradores de injusticia y uno de los principales violadores de los derechos humanos – por lo que las feministas enfrentamos un gran desafío: mantener nuestra crítica, nuestro poder contestatario al Estado; seguir incomodando y denunciando y visibilizando su corrupción e ineficiencia. Y nombrar, proponer los cambios concretos que deseamos construir.

No habrá justicia mientras siga habiendo explotación, despojo y destrucción de la naturaleza y explotación, despojo y violencia hacia las mujeres. La justicia se relaciona con la protección de la Red de la Vida y de los bienes naturales que dan sustento a toda la humanidad. Proteger la tierra, la vida, es un acto político transformador.

Resistencias organizadas por parte de grupos de mujeres y defensoras – juntas construyendo las justicias.

Creación de redes de mujeres defensoras del Territorio. Nos organizamos como mujeres para enfrentar y resistir las malas políticas del gobierno, los problemas sociales y ambientales. Producción nativa contra hegemonías. Red de mercados agroecológicos. Restauración de tierras, manglares y ecosistemas costeros. Estrategias de seguridad y cuidado colectivo. Barrios y colonias organizadas. Grupos de defensoras del agua y de los humedales. Difusión de conocimientos, alternativas y soluciones desde lo local. Tejer redes de seguridad para el activismo. Generación de consciencia sobre la basura. Educación, concientización, organización, politización, activismo. Pensar en colectivo: dejar atrás la mentalidad del “sálvese quien pueda”, es importante pensar más en la comunidad. Visibilización de la defensa de la tierra y el territorio que hacen las mujeres. Casa comunitaria de resistencia. Recuperación de las asambleas comunitarias con la participación de las mujeres y toma de decisiones colectivas. Generación de sentido de pertenencia e identidad en las nuevas generaciones. Activismo, las mujeres está marchando para la denuncia, protesta y visibilización. Denuncias ciudadanas. Grupos urbanos organizados para defender las ciudades. La resistencia de las mujeres sostiene la vida. Las redes que realizamos entre mujeres son una resistencia.

Cartografías del territorio cuerpo-tierra

Por medio del trabajo colectivo del mapeo del territorio, las participantes identificaron como perpetradores de las injusticias el gobierno en sus tres niveles, en especial el crimen organizado y las empresas como los principales perpetradores de violencia. Como principales formas de despojo fueron identificados diferentes proyectos extractivos, como los monocultivos, la minería, los proyectos eólicos, el turismo a grande escala, el saqueo de agua y los megaproyectos de infraestructura vial.

A pesar de que varios territorios mapeados son lejanos entre sí, se identificó que comparten tanto las injusticias y violencias, como también las resistencias. Éstas se dan a través de la organización de las mujeres, la recuperación de la memoria colectiva y las estratégias concretas para la defensa y cuidado del territorio. Reconocimos que “somos mujeres que no necesitamos de títulos, ni ser académicas; sabemos mucho, somos las que estamos viviendo las problemáticas, y somos las que resistimos y somos creativas”.

En los mapeos de nuestros cuerpos, reconocimos que es a través de él que identificamos los miedos, las violencias y las injusticias, y el cómo se van repercutiendo en el cuerpo y en toda la vida. Nuestro propio cuerpo es el que nos abraza, que nos contiene. Todo el territorio se expresa en nuestro cuerpo: si está sano y cuidado, o si está reseco y destruido – eso lo vivimos en nuestros cuerpos. Es en este nuestro cuerpo donde reconocemos todo lo que nos duele, pero también lo que nos conecta y nos da la vida, como las amistades, las luchas entre mujeres, el sabernos y sentirnos acompañadas. 

La Escuela Ecofeminista fue un espacio de encuentro, de reflexión, de cuidado y contención que nos permite conocernos entre más defensoras, fortalecer nuestras redes, acompañarnos, sanarnos colectivamente y fortalecernos para seguir en la lucha.