Método de Cultivo Biointensivo

Pretendemos con este manual valorar y rescatar el trabajo de producir los propios alimentos como una forma de rebeldía, de liberación del sistema capitalista, que ha transformado la agricultura en un negocio, además de romper nuestros vínculos con la tierra y destruir nuestra capacidad de observar y dialogar con los ciclos y ritmos de la naturaleza.

Metodo de Cultivo Biointensivo

Conversatorio Hechiceras Brujas Chamanas y Sanadoras

Compartir los conocimientos y poderes de las mujeres para sanar, visibilizar la importancia de estas prácticas tan antiguas como los seres humanos, y compartir experiencias actuales de búsqueda de sanación fueron los propósitos de parte de Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente AC en la realización del Conversatorio Hechiceras, Brujas, Chamanas y Sanadoras: las mujeres y sus caminos de sanación.

Aquí les presentamos la memoria del mismo.

Memoria Conversatorio

Conversatorio: Hechiceras, Brujas, Chamanas y Sanadoras: Las mujeres y sus caminos de sanación

Desde Chiapas: Mujeres Rurales y Acceso al Agua

Angélica Schenerock

El acceso al agua no depende de su abundancia o escasez, sino de la forma en cómo está organizada la sociedad, de quiénes toman las decisiones, con qué criterios se distribuye el agua y de quiénes detentan el poder.

En el caso de Chiapas, destaca que 13.5 por ciento de las mujeres mueren en el hospital por infecciones intestinales y 15.3 por ciento debido a la desnutrición. Para las que son madres solas y jefas de hogar, ello implica una tensión económica fuera de lo normal, ya que los costos asociados con un caso de diarrea por parasitosis llegan a oscilar entre 900 y mil pesos por persona.

En síntesis, en Chiapas las mujeres rurales enfrentan los siguientes problemas relacionados con el agua:

Falta de acceso en cantidad y calidad adecuadas: las mujeres rurales son vistas como beneficiarias o consumidoras del agua y no como principales usuarias, cuidadoras, administradoras o tomadoras de decisiones en los ámbitos doméstico y familiar. De ello se ha derivado una limitada o nula representatividad y participación de las mujeres en las asambleas comunitarias.

En los municipios indígenas las mujeres tienen un limitado acceso a la tierra y, por ello, al agua para uso productivo o doméstico. Las desigualdades con respecto a la tenencia de la tierra se relacionan con una cultura que considera que las mujeres no requieren de poder ni pueden tomar decisiones con respecto al agua, ya que su rol consiste en el cuidado de los hijos y las hijas y en el trabajo doméstico.

El incremento de la migración de los hombres ha aumentado las responsabilidades domésticas, económicas y productivas de las mujeres, y ello no ha significado una modificación de las costumbres y de las políticas relacionadas con el agua y la tenencia de la tierra. La invisibilidad de las mujeres como principales usuarias del agua para el cuidado de la tierra y de la casa, en virtud de la migración de los hombres, las deja sin poder e impotentes con respecto a las decisiones sobre la tierra y la vivienda.

Debido a la división sexual del trabajo, las mujeres siguen siendo las principales usuarias y administradoras del agua para el uso doméstico, y también son las que mayor manejo dan a los desechos sólidos (basura) –debido a sus responsabilidades en la preparación de la alimentación y en la higiene del hogar-, y sin embargo todavía no existe una real preocupación para la elaboración de planes, programas y políticas orientados a sus necesidades específicas.

La contaminación sin precedentes del agua por coniformes fecales contribuye a que las mujeres embarazadas, las ancianas y las niñas sufran serios problemas de desnutrición y salud gastrointestinal. Ellas son las que más están en contacto con el agua contaminada, cuyas enfermedades se transmiten por su ingesta y por medio de la piel.

Estos problemas no están suficientemente documentados en indicadores y diagnósticos, y las investigaciones académicas sobre la relación mujeres rurales-agua-ambiente carecen de datos concretos que permitan la formulación de hipótesis y también de políticas públicas orientadas a la temática agua y género.

El 26 de junio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró “el derecho al agua potable y el saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos”, y en septiembre de 2011 el Senado de la República aprobó una reforma a la Constitución mexicana que establece entre otras cosas que “toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento del agua para consumo personal y doméstico”. Sin embargo, del dicho al hecho hay mucho trecho, y estas disposiciones legales no se han traducido en iniciativas concretas ni mucho menos en políticas públicas que garanticen el derecho de las mujeres al agua en cantidad y calidad adecuadas, ni en accesibilidad física y económica. Si la situación y las condiciones de las mujeres con respecto al agua continúan siendo ignoradas, las mujeres seguiremos viendo nuestros derechos violados y, en el mejor de los casos, seguiremos siendo ciudadanas de segunda clase.

Artículo publicado en La Jornada del Campo, 19 de abril de 2014.

Mujeres Indígenas y Bienes Comunes Naturales

Angélica Schenerock

Este es un debate que alerta sobre el peligro de las privatizaciones y el recrudecimiento de la exclusión de la gran mayoría de seres humanos del acceso a los elementos que posibilitan la vida, como el agua, la tierra, el aire, los mares, los bosques, las plantas y las semillas, y a los elementos por medio de los cuales la vida se manifiesta, por ejemplo las culturas, el arte, la sabiduría ancestral y el conocimiento local, las tecnologías, las prácticas y las relaciones que construimos con el entorno.

Las desigualdades sociales entre mujeres y hombres han constituido un obstáculo histórico para el ejercicio y la exigibilidad de los derechos y para la toma de decisiones. El acceso a los bienes comunes ha estado históricamente vetado para las mujeres en situación de marginación, principalmente las indígenas. A pesar de ser bienes comunes para toda la comunidad, el agua, la tierra, las semillas y las plantas han sido en realidad sólo de acceso masculino.

En México, para el año 2010, del total de 56 millones 924 mil 903 mujeres, 15.3 por ciento era indígena, mientras que para el total general de 16 millones 933 mil 283 habitantes indígenas, 51.3 por ciento era de mujeres.

Aunque las mujeres indígenas no configuran un grupo hegemónico, de manera general sí comparten condiciones similares de exclusión, pobreza y marginación, que se manifiestan en la violencia estructural; en la violencia intrafamiliar, y en la violación de sus derechos básicos, como alimentación, salud, educación y vivienda. La información disponible sobre las mujeres indígenas en México demuestra que ellas experimentan mayores índices de pobreza; son explotadas y reciben menores salarios; tienen menor nivel de escolaridad; menos años de esperanza de vida; mayores índices de mortalidad infantil y materna; mayor desnutrición, y menor acceso a los servicios públicos de saneamiento y a los bienes comunes como el agua potable, la tierra, las semillas criollas y la leña.

La crisis de subsistencia por la que atraviesan estas indígenas se ha traducido en una intensa migración interna desde el campo hacia las ciudades. En México, para el año 2010, la mayor parte de las mujeres indígenas, el 54.1 por ciento, vivía en ciudades, en búsqueda de trabajo, seguridad y mejores condiciones de vida. Ello, como respuesta al deterioro ambiental; a la presión demográfica sobre la tierra; a la ausencia de subsidios agrícolas para las mujeres, y a las normas y costumbres comunitarias excluyentes, violentas y desiguales que limitan su acceso a los bienes comunes naturales.

La disputa por los bienes comunes ha generado conflictos intergeneracionales, étnicos y políticos, y las mujeres son las más afectadas, pues, debido a la división sexual del trabajo, ellas son las que más se relacionan con estos bienes y sin embargo no tienen poder de decisión sobre los mismos, además de que no son reconocidas ni están lo suficientemente empoderadas para participar en los espacios público y privado donde se toman las decisiones sobre los bienes comunes.

La privatización de los bienes comunes se traduce en mayor pobreza y marginación, y es innegable que la medición convencional de los índices de desarrollo presenta sesgos de género, pues no visibilizan la situación específica de las mujeres indígenas. Además, las estadísticas presentadas por las instancias gubernamentales indígenas suelen mostrar a los hogares indígenas como espacios armónicos, con una supuesta participación equitativa de mujeres y hombres en los ingresos, en la toma de decisiones y en el disfrute de los derechos, y omiten el trabajo doméstico y el cuidado infantil, de adultos mayores y de enfermos –que son trabajos realizados diariamente por las mujeres-. Asimismo, omiten las prácticas y costumbres comunitarias excluyentes para las mujeres de los espacios de toma de decisión sobre los bienes comunes, en especial sobre la tierra y el agua, y principalmente sobre los proyectos desarrollistas como la minería, los monocultivos y la construcción de represas y de carreteras –proyectos que implican privatización de los bienes comunes.

Todavía hay mucho qué hacer para superar la desigualdad entre hombres y mujeres en el acceso a los bienes comunes. Las relaciones desiguales de poder, los diferentes tipos de violencia que viven las mujeres, los roles tradicionales de género y la división sexual del trabajo son elementos importantísimos que, no obstante, son soslayados al momento de hablar de los bienes comunes.

Artículo publicado en La Jornada del Campo – Suplemento Nosotras 15 de marzo 2014

Sistematización Proyecto Mujeres y Permacultura

Sistematización Proyecto Mujeres y Permacultura

Aquí presentamos la sistematización del proyecto Recuperar la tierra, recrear el futuro: organización y participación comunitaria en desarrollo integral desde la permacultura en la cuenca del Valle de Jovel. Se trata de una iniciativa que busca reflexionar sobre la permacultura desde la perspectiva de las mujeres y feminista.

Las mujeres lo sabemos: nuestra alimentación tradicional es más que sana

Las mujeres lo sabemos: nuestra alimentación tradicional es más que sana

Las mujeres han sido, desde tiempos inmemoriales, las descubridoras, guardianas y cuidadoras de todo lo que tiene que ver con la alimentación, han experimentado, seleccionado y diferenciado lo comestible de lo no comestible, lo bueno de lo tóxico. Las mujeres tienen una larga tradición de recolectar, escoger y propagar variedades de semillas para sus usos alimenticios y medicinales. Y han realizado todo este trabajo, de mucha entrega y dedicación, enfrentando relaciones desiguales de trabajo y de poder, y muchas veces en medio de violencia y abuso.

En esta Guía Nutricional, queremos invitarte a hacer memoria, a recordar nuestros potenciales de crear magia en los alimentos para transformarlos en comida, para el cuerpo y para el alma y por encima, en una actitud de cuidado de la naturaleza. Esperamos que el contenido de la misma te inspire a sumarte en esta lucha por la vida digna, que necesariamente pasa por la alimentación.

Mujeres y Software Libre: construyendo nuestra genealogía

Angélica Schenerock

Tal como en los demás ámbitos de la civilización y cultura patriarcal masculinista, las mujeres somos una minoría en los asuntos relacionados al software libre debido a nuestra exclusión educativa, a las desigualdades económicas y a la también desigual división sexual del trabajo y, sin duda, al machismo presente en la cultura hacker. Pese a ello, muchas mujeres sí han podido y sabido usar las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y más aún las Tecnologías Libres de Información y Comunicación – TLIC, y por ello sus procesos y logros, así como sus aportes al movimiento feminista deben de ser visibilizados.

Si lográramos constituir una historia propia del movimiento de mujeres, podríamos recuperar no sólo el pensamiento de las mujeres instaladas dentro de la pirámide masculinista, donde se pierde su contenido más profundo de subversión, sino que a nosotras mismas.

Aunque no se trata de que las mujeres queramos “ser incluidas” o busquemos “incluirnos” en este mundo de varones y para varones, es importante visibilizar los trabajos y logros de las mujeres impulsoras del software libre, las que están vinculadas a la red o al no tan reciente ciberfeminismo, que es una de las corrientes del feminismo que fusiona los conceptos de ciberespacio y feminismo, término que fue usado por primera vez en 1992 por un grupo de cuatro mujeres australianas que formaron el VNS Matrix (VNS=VeNuS): Francesca da Rimini, Josephine Starrs, Julianne Pierce y Virginia Barratt y también por la teórica inglesa Sadie Plant.

El ciberfeminismo, más que un movimiento, es una herramienta de emancipación, pues promueve la “conexión entre mujeres y la tecnología para investigar y descifrar los códigos de dominación y control de la cultura tecnológica; aprovecha para ello la capacidad de experimentación y las posibilidades que ofrece el ciberespacio para la creación de otras formaciones sociales, otras identidades y otra forma de activismo político” (Asociación Feminista La Cuerda, la Asociación de Mujeres de Petén – Ixqik, Alianza Política Sector de Mujeres, 2010: 82).

Es en este sentido que se vuelve importante rescatar la genealogía de las mujeres1 que no solamente han fomentado las herramientas y políticas del software libre, sino que han usado estas herramientas como forma de activismo en pro de los derechos de las mujeres, de la visibilización de las diversas formas de abuso, violencias y discriminación patriarcal. La importancia de rescatar la genealogía de las mujeres ha sido reivindicada por los diferentes feminismos, principalmente por el feminismo de la diferencia, en donde coinciden, de acuerdo con Villa (1999: 44), en la “necesidad de narrar y hacer visible un pasado en femenino que sistemáticamente ha sido condenado al ostracismo intelectual y al confinamiento socio espacial”.

Con el propósito de contribuir con la visibilización de las mujeres en el debate y en las prácticas relacionadas con el software libre, abajo presento un “remix” desde diferentes fuentes en donde podemos conocer un poco sobre las mujeres que han colaborado en su desarrollo y consolidación, además de que lo han usado como herramienta en la lucha en pro de los derechos de las mujeres y en contra la violencia y la misoginia. La mayoría está conectada con el movimiento feminista, pero no todas.

Esta genealogía no agota el tema, de modo que si conoces algunas otras mujeres, vale la pena que nos compartas.

A la falta de confianza que la amplia mayoría de las mujeres experimenta ante una computadora, se suman las típicas situaciones que deben enfrentar a diario en el ámbito informático como el lenguaje sexista y los chistes machistas en los foros de intercambio, la percepción de la computación como una actividad antisocial (que requiere extensas jornadas de aislamiento dedicadas a la escritura de código) y la falta de modelos femeninos.

1. Mujeres desarrolladoras y activistas del software libre:

Amaya Rodrigo Sastre: española, desarrolladora de Debian y co-fundadora de Debian Women. Es traductora técnica en la Universidad del Rey Juan Carlos y participa en varios proyectos de formación y desarrollo de software libre.

Anne-Marie Schleiner: estadounidense, escritora y artista/diseñadora de juegos. Trabaja desde hace varios años en la construcción del género y la cultura del juego del ordenador. Destaca el proyecto planteado con Sortware Libre: The Open Sorcery Database Project

Celeste Lyn Paul: proveniente de las Universidades de Baltimore y Duquesne. Diseñadora de interacción, investigadora y contribuidora del desarrollo de código abierto. También lidera el KDE Usability Project, mentora de OpenUsability Season of Usability y está involucrada en el desarrollo de Kubuntu.

Debbie Richardson: canadiense, fundadora de LinuxChix.

Erinn Clark: desarrolladora y cofundadora de Debian y lidera actualmente el proyecto Debian Women.

Elisabeth Rodríguez: creadora del grupo UBUNTU Women.

Eva Brucherseifer: alemana, es la ingeniera eléctrica que está detrás de los proyectos KDE-Women, KDE-Edu y KDE-Solaris.

Flavia Marzano: italiana, especialista en Software Libre y administraciones públicas.

Graciela Egurza: argentina, docente de Informática, ha publicado un fantástico texto en el cual narra su propia experiencia de iniciación a Linux.

Hanna Wallach: desarrolladora de GNOME y Debian. Contribuyó a con la fundación GNOME para crear Women’s Summer Outreach Program.

Kristen Carlson Accardi: desarrolladora del núcleo de GNU/Linux, quien trabaja para Intel. Es desarrolladora de controladores desde el año 1990 y comenzó a concentrarse en el desarrollo de controladores para GNU/Linux desde el año 2005.

Machtelt Garrels: es una veterana de Linux y actualmente es consultora e instructora independiente. También es miembro de Linux Documentation Project, lugar que encontró para que sus escritos sean leídos en todo el mundo. Miembro del BSD Certification Group Advisory Borrad, comparte todo su conocimiento sobre la organización de certificaciones. Está colaborando con el grupo sin fines de lucro OpenDoc Society que promueve el uso de estándares libres.

María Leandro “Tatica”: venezolana, activista del software libre, de la fotografía y el diseño. Entusiasta promotora de los eventos para impulsar el software libre en Venezuela, aunque su entusiasmo contagia y anima a toda la gente de habla hispana. Hace video tutoriales sobre GIMP, imparte charlas y talleres por muchas ciudades de Venezuela. Activista de Fedora y también apoya todas las distribuciones.

Mercé Molist: española, periodista. Sus trabajos en importantes medios de comunicación como El Ciberpais, con sensibilidad y especial inquietud por los espacios sociales han permitido acercarnos con mayor proximidad al mundo del Software Libre, los hacklabs, la informática social y política.

Montserrat Boix: española, periodista, coordinadora de Mujeres en Red e iniciadora del grupo Mujeres en Red por el Software Libre.

Nixie Pixel: es una mujer que comparte sus experiencias en Linux con las demás, ayudando a evitar los mismos errores que ha cometido. Fanática del juego, los revisa y da a la gente una idea de lo que es bueno y lo que no es bueno acerca de ellos antes de comprar. Su verdadero amor es la creación de videos que hacen hacer reír a los geeks.

Pia Waugh: australiana, está completamente dedicada al software libre. Es actualmente la presidenta de la organización Software Freedom Day y vicepresidente de Linux Australia.

Sarah Sharp: es un hacker del Kernel de Linux en Intel’s Open Source Technology Center. Nos trajo USB 3.0 para linux. En su tiempo libre, es voluntaria de la Sociedad Estatal de Portland, aeroespacial, de open source/open hardware que construye cohetes amateur. Sarah es también un miembro del grupo Portland’s Code ’N Splode group.

Stormy Peters: fue gerente del programa de Hewlett-Packard para el código abierto. Recientemente fue nombrada Directora ejecutiva de la Fundación GNOME, de la cual fue co-fundadora. Está involucrada en la comunidad de GNOME desde el año 1999.

Sulamita García: responsable de LinuxChix Brasil, impulsora de la formación de mujeres y TIC.

Teresa González de la Fe española, catedrática de Sociología en el Instituto Universitario de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad de La Laguna, de Tenerife. Implicada desde hace años en la investigación sobre software libre como alternativa ética y social en las TIC.

Valerie Henson: proveniente del Tecnológico de New México. Programadora del núcleo de GNU/Linux especializada en el desarrollo de sistemas de archivos (filesystems).

En el mundo de la ciencia y tecnología no se ha tomado en cuenta el aporte y los avances que sobre igualdad real brindan las teorías feministas. Por esto en la comunidad por el software libre, las concepciones de libertad, igualdad y propiedad descansan aún en visiones tradicionales impregnadas de una jerarquía patriarcal que ignora la participación igualitaria de las mujeres.

2. Comunidades virtuales de mujeres

Les Pénélopes: son un grupo de 60 feministas francesas pioneras en la utilización de Software Libre, que en 1996 crearon una de las primeras páginas webs de mujeres. En 2001, Les Pénélopes crearon un programa llamado SPIP para publicar en la web al estilo weblog, donde se da la plantilla ya hecha y la usuaria sólo tiene que rellenar los campos de título y texto. Inicialmente en francés, hoy el SPIP está traducido a varios idiomas y parte del hecho de que, en general, existen más mujeres que hombres como creadoras y usuarias de los weblogs.

Mujeres en Red ha colaborado en la traducción no sexista al castellano del programa y el manual -evitando la utilización permanente del masculino en las expresiones como usuario, administrador, etc. – y ha apoyado la traducción de SPIP al euskara. En la actualidad numerosas páginas feministas del Estado Español se editan con éste programa, desde el Periódico Feminista, Mujeres Mediterraneas, Mujeres Iberoamericanas o la Xarxa Feminista del País Valencià. Recientemente se han sumado a la utilización de SPIP las feministas italianas de Il Paese delle donne. Lo atractivo de SPIP es que lleva incluido un manual y funciona indistintamente con Windows y Linux.

LinuxChix o Chicas Linux: de Canadá, y fundada en 1999 por Debbie Richardson, es la red internacional más importante de mujeres implicadas en Linux aunque el interés de los grupos de trabajo varía según los países. Tiene como objetivos brindar un espacio de encuentro y apoyo técnico para mujeres que tienen a Linux y el software libre como un interés común. Pero el objetivo más importante de esta comunidad es el incentivar a las mujeres a la participación e iniciación en el mundo del software libre mostrándoles que sí es posible participar activamente, apoyando de esta forma la causa iniciada por LinuxChix. En su página web, hay una pestaña con un rescate histórico de las muchas mujeres en la informática y en la creación de los ordenadores. De especial interés también el grupo LinuxChix-Brasil creado en el 2000.

Uganda Wougnet: también pioneras, la Red de Mujeres de Uganda (WOUGNET) es una Organización No Gubernamental creada en año 2000 por varias organizaciones de mujeres en Uganda para desarrollar el uso de las tecnologías libres de la información y la comunicación con las mujeres como forma de compartir información y abordar los problemas de manera colectiva. A la par de investigar y desarrollar el software libre en África, las que conforman WOUGNET analizan cómo el software libre y la web pueden ser integrados a los medios tradicionales de intercambio de información y la difusión como la radio, el video, la televisión y los medios impresos. De este modo, asumen el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las mujeres mediante la mejora de sus capacidades y oportunidades para el intercambio, la colaboración y el intercambio de información.

Si bien el énfasis está dirigido a las tecnologías de Internet, WOUGNET desarrolla las siguientes actividades, a través de tres grandes áreas de trabajo: intercambio de información y trabajo en red; soporte técnico, y género y promoción de políticas de TIC. WOUGNET parte del hecho de que las nuevas TLIC, en particular, el correo electrónico e Internet facilitan la comunicación entre ellos y la comunidad internacional.

OTRAS: el grupo de mujeres Organizadas por Tecnologías y Recursos Abiertos y Sostenibles surgió en el año de 2009 como una iniciativa de un grupo de mujeres que integran la Comunidad Software Libre Centroamérica. En sus inicios, se denominó Centroamericanas por el Software Libre pero fue ampliándose a partir del trabajo de reflexión sobre sus objetivos y al recibir solicitudes de inscripción de mujeres de regiones distintas a la centroamericana.

Aunque OTRAS enfatiza el Software y la Cultura Libres, está abierto a mujeres que trabajan en campos relacionados con la tecnología en general. OTRAS asume el propósito de contribuir con una mejor y más amplia inclusión de las mujeres en los espacios relacionados con las nuevas tecnologías de información y comunicación a través de la reflexión sobre la condición de las mujeres en dichos espacios; la visibilización de los aportes de las mujeres; el compartir de los conocimientos; la formación y soporte técnicos; y el apoyo personal. Parten del hecho de que el espacio relacionado con las tecnologías e informática es excluyente y ajeno a las mujeres, y que ello no es diferente en las comunidades de Software Libre, todavía dominado por varones y, por ende, en donde no se visibilizan el papel de las mujeres.

FOSSchix: Free and Open Source Software Chix – FOSSchix es una red Internacional de Mujeres que promueven el Software Libre, creada por y para mujeres colombianas que se interesan por la cultura y el software libre. El trabajo que realiza el grupo es motivar a las mujeres para que participen y se inicien en el mundo del software libre ya sea en el desarrollo, investigación o difusión.

FOSSchix forma parte de la red de comunidades que impulsa y promueve la Fundación Casa del Bosque, una organización conformada por un equipo interdisciplinar que orienta sus conocimientos y acciones a la promoción de las tecnologías libres, la cultura digital y sus derechos, el activismo tecnopolítico, la reducción de la brecha digital y el empoderamiento tecnológico ciudadano.

El trabajo de FOSSchix se orienta por la difusión del software y la cultura libre; la participación activa de las mujeres en el mundo de las tecnologías libres; la creación de espacios de difusión y aprendizaje sobre género y tecnologías; los procesos de empoderamiento tecnológico con enfoque de género a través del manejo de tecnologías libres; la participación activa de las mujeres en investigación, promoción y desarrollo de tecnologías libres; la organización de eventos donde se promueven el software y la cultura libres.

KDE-Women: lanzada oficialmente en 1998, KDE es una comunidad internacional que desarrolla el software libre, produciendo un entorno de escritorio (el escritorio de KDE es uno de los más utilizados en las distribuciones de Linux) y otras aplicaciones e infraestructura de desarrollo para sistemas operativos como Mac OS X y Windows, a pesar de enfocarse en GNU/Linux. KDE es grupo fue pionero entre las comunidades de desarrollo de Software Libre y en la creación de un grupo de trabajo específico de mujeres. Así que KDE Women es un grupo de mujeres de la comunidad KDE, cuya finalidad es promover que más mujeres se involucren en el Open Source y se apoyen mutuamente para compartir logros y resolver dificultades técnicas y personales.

Debian Women: es un subproyecto del Proyecto Debian, creado en 1993 como una de las principales distribuciones de Linux. El proyecto Debian Women fue creado en 2004, con el propósito de equilibrar y diversificar el Proyecto Debian fomentando la participación activa de las mujeres interesadas y comprometidas con el software libre.

Sus acciones han consistido en la creación de una lista de correo (http://lists.debian.org/debian-women/) para la discusión, el intercambio de ideas, y la colaboración en proyectos Debian; la ejecución de un canal de IRC para la discusión de temas relacionados, preguntas técnicas y para que las mujeres que estén interesadas en contribuir a Debian puedan conocerse; creación de espacios que promuevan en análisis sobre los problemas que enfrentan las mujeres y su participación en Debian y Linux; realizar pláticas y conferencias en universidades y escuelas, y alentar y educar a la comunidad de Debian para aumentar la comprensión de los problemas específicos que enfrentan las mujeres que desean contribuir más a Debian.

Nota interesante: la esposa de Ian Murdock, iniciador del proyecto, se llama Debra así que para dar nombre a la distribución unieron sus nombres. “Debian”.

Fedora Women: es un grupo creado en 2006. Fedora está relacionado con la distribución de Linux creada por la compañía estadounidense Red Hat. Parten del hecho de que debido a que sólo el 1.5% de las desarrolladoras de software libre y de código abierto (FOSS) son mujeres, Fedora Women se constituye como espacio virtual de encuentro, unión y empoderamiento de las mujeres en contra de los estigmas relacionados a las desigualdades de género en la Red, que son uno de los principales impedimientos para el éxito de las mujeres en el desarrollo delsoftware libre. Desde su lanzamiento en 2006, Fedora Women ha buscado aumentar la conciencia de la comunidad virtual hacia la importancia de la participación de las mujeres en el Proyecto Fedora. En este sentido, sus acciones han consistido en: proporcionar un foro para las mujeres en la Comunidad Fedora; proporcionar una voz más fuerte para las mujeres de la comunidad Fedora, y evitar la segregación sexual en la comunidad Fedora.

Apache Women: Apache es el servidor http más usado. El grupo de Apache Women se formó para ayudar y orientar a las mujeres a participar activamente en proyectos de Apache.

GNOME Women: El proyecto GNOME (GNU Network Object Model Environment) surge en agosto de 1997. GNOME Mujeres es un grupo dedicado a proporcionar el estímulo para que las mujeres contribuyan con GNOME, una aplicación gratuita y de código abierto GNU / Linux y Unix escritorio suite. Tienen un canal de IRC (chat) # gnome-mujeres en irc.gnome.org. La lista de correo es su principal canal de comunicación, así como el grupo de mujeres en GNOME Facebook. Por su vez, El Programa de Extensión de la Mujer anima a las mujeres a involucrarse en GNOME y organiza pasantías para mujeres en GNOME y otras organizaciones. La lista de los mentores de GNOME que comenzó como un recurso para el Programa de Extensión para las mujeres, ahora es un recurso general a disposición de todas las recién llegadas.

Mozilla Women: Comunidad de Mujeres desarrolladoras de Mozilla, que tiene por objetivo promover la visibilidad y la participación de las mujeres en las comunidades de software libre. Parten del hecho de que las soluciones para la mejora de las tecnologías deben proponerse con el fin de mejorar la visibilidad de todas las minorías, que por diversas razones no pudieron tener igualdad de acceso a las computadoras o Internet, como es el caso de las mujeres.

Ubuntu Women: El proyecto Ubuntu Women fue fundado en 2006 y tiene como objetivo fomentar la colaboración y participación de las mujeres a través de la tutoría y la inspiración. El equipo femenino Ubuntu tiene muchos proyectos por medio de los cuales buscan potenciar la visibilidad de las mujeres en todos los ámbitos de Ubuntu.

Genderchanges: grupo holandés conformado por hombres y mujeres identificadas con las minorías de género. Están centradas en el software libre y de código abierto como una decisión política.

Haecksen: es una red alemana de mujeres fundada en 1988 en el seno del mítico Caos Computer Club y dispone desde hace varios años de espacio propio en el congreso CCC. El objetivo de Haecksen es mostrar que las niñas y las mujeres pueden manejar la tecnología con toda naturalidad creativa y que la imagen de que sólo los hombres son “piratas” en la red – es falsa.

Mujeres en Red por el Software Libre… y no sexista: red española que surge a finales del 2002 con el objetivo de crear un espacio de empoderamiento para las mujeres en Software Libre. Se reivindica que los programas realizados con SL utilicen un lenguaje no sexista y que evite la exclusión de las mujeres.

Notas

1“Desde el feminismo postmoderno, Rosa Rodríguez, a partir de su crítica a las obras de Foucault, desarrolla el concepto de genealogía feminista, particularmente con base en sus críticas al método arqueológico y a la genealogía, aplicándolos a la situación específica de las mujeres. La genealogía feminista que propone Rodríguez deconstruye y analiza los procesos en función de una reconstrucción autónoma, recupera y crea la propia memoria, crea sus propios mitos colectivos y ficción, nunca reducida a una mera galería de damas ilustres. Implica el descubrimiento y rehabilitación de las figuras femeninas en la Historia y en el Pensamiento, entre otras” (Asociación Feminista La Cuerda, la Asociación de Mujeres de Petén – Ixqik, Alianza Política Sector de Mujeres, 2010: 82).

Bibliografia:

Asociación Feminista La Cuerda, la Asociación de Mujeres de Petén -­ Ixqik, Alianza Política Sector de Mujeres, 2010, Escuela de Formación Política Feminista: Módulo 1: Genealogía Feminista, La Otra Cooperativa/Editorial La Trilla, Guatemala.

Boix, Montserrat, s.f., Visibilizando a las mujeres en el Software Libre. Grupos y nombres de mujeres comprometidas en proyectos, en Mujeres en Red, el periódico feminista, http://www.mujeresenred.net/spip.php?article717 consultada el 19 de agosto de 2013.

Mujeres en Red por el software libre… y no sexista, tomado de: http://www.mujeresenred.net/software_libre/indexsl.html Consultada el 19 de agosto de 2013

Las mujeres también usan y desarrollan software libre, tomado de: http://blog.desdelinux.net/las-mujeres-tambien-usan-y-desarrollan-software-libre/ Consultada el día 19 de agosto de 2013

Articulo publicado en Revista Pillku: Amantes de la Libertad

Reflexión: Los bienes comunes desde la perspectiva de las mujeres

¿Estamos de acuerdo en pagar por el agua en calidad y cantidad adecuadas? ¿Estamos de acuerdo en perder nuestra capacidad de escuchar nuestro cuerpo y confiar en su capacidad de autosanación? ¿Estamos conformes en ya no tener la memoria histórica del uso de plantas medicinales? ¿Realmente no nos importa la destrucción de bosques y el no oír el canto de los pájaros o el croar de las ranas? ¿Será que ya no somos capaces de maravillarnos con la naturaleza, el mar, los cerros, las flores que nos hacen suspirar como si fuera una poesía? ¿Y qué decir del silencio, que nos da la oportunidad, tan escasa en los días de hoy, de conectarnos con nosotras mismas? ¿Y si tuviéramos que pagar para recibir el calor del sol, para ver el centellear de las estrellas y hasta para respirar el aire puro? ¿Qué perspectivas de futuro vislumbramos frente al creciente proyecto patriarcal capitalista de privatización de las diferentes formas de vida y de conocimientos?

Estas interrogantes, y otras relacionadas con la cultura, el conocimiento y la tecnología, forman parte del debate sobre los commons, concepto anglosajón traducido en los últimos años como “comunes”, “bienes comunes”, “ámbitos comunes”, “ámbitos de comunidad”, “procomún”, “lo nuestro” – solo por mencionar algunos de los términos más usados. Los comunes, bienes comunes, procomún, ámbitos de comunidad, ámbitos comunes, revelan diferentes y distintas experiencias, así como una diversidad de voces y actores sociales que se han dado la tarea de repensar, cuestionar y transformar la organización de la vida y sobretodo la economía basada en los perniciosos parámetros capitalistas desarrollistas.

De manera general, los comunes aluden a los elementos que, en una comunidad o territorio específico, son gestionados, cuidados y distribuidos entre todas y todos que la conforman, como por ejemplo:
Comunes naturales: tierras, bosques, cerros, plantas, aguas, playas, océanos, minerales, metales, cielo, aire, semillas criollas, animales, y mucho más.

Comunes Científicos/tecnológicos: ADN, todos los conocimientos, métodos y técnicas ancestrales: partería, herbolaria, prácticas de sanación, métodos de cultivos, herramientas, construcciones y transporte, recetas de plaguicidas, abonos, entre otras; museos, acervos, bibliotecas, escuelas, sotfware, Internet, radio, etc.

Comunes Culturales: música, literatura, cine, culinaria, instrumentos musicales, centros ceremoniales, cosmogonías, danzas, rituales, arte manual.

Pese a ello, existe el riesgo de incurrir en la concepción de los comunes como un “bien”, que no es muy diferente que una “cosa”. Así, estas definiciones corren el peligro de reducirse a una mera sustitución de los conceptos de “recursos naturales” o “recursos económicos” o peor aún “recursos humanos” al de “bien común”. En otras palabras, lo que hace que algo sea común es su sentido comunitario: no se trata de sus características intrínsecas, sino que tiene que ver con las relaciones que se construyen y se establecen en un ámbito colectivo o comunitario específico.

Actualmente, el debate sobre los comunes no ha considerado las diferencias de poder entre hombres y mujeres en las relaciones, en el acceso y poder de decisión sobre los comunes. El debate no solamente está marcado por una irreal neutralidad, en donde “todo es de todos” con las mujeres “incluidas”, sino que no ahonda en las desigualdades en la gestión de los comunes.

El patriarcado ha buscado, por todos los medios, fomentar la inferioridad de las mujeres. Las dicotomías occidentales entre cuerpo y alma, naturaleza y cultura siguen vigentes, y las mujeres hemos ocupado el lugar del cuerpo que debe de ser controlado (obviamente por el varón) y de la naturaleza que debe de ser conquistada (por el sistema patriarcal capitalista). Nuestro cuerpo ha sido y sigue siendo propiedad privada de los varones, objeto de consumo, carnada comercial para vender carros, llantas, cervezas, electrodomésticos, comidas, cosméticos, vestimenta, productos de limpieza, todas las cosas que mantienen y mueven el capitalismo y el capital.

Es imprescindible profundizar de manera significativa en las diferencias de poder que se manifiestan en la exclusión histórica de las mujeres en los espacios de creación de conocimientos, del acceso y poder de decisión sobre la tierra, del agua, de los bosques y semillas criollas. Durante siglos los conocimientos y saberes de las mujeres han sido privatizados o entonces invisibilizados en el discurso neutral de los saberes de la “comunidad” o de la “humanidad”. Una vez que nos han transformado en cuerpo-para-otros, a las mujeres no se nos reconoce como seres pensantes y forjadoras de culturas o civilizaciones.

Las mujeres hemos sido torturadas y quemadas vivas en la hoguera por conocer las plantas medicinales, por ser parteras y desafiar al mandato divino del parir con dolor; por ser médicas y conocer los misterios de la vida y de la muerte. Son muchos los ejemplos en donde las mujeres, en la civilización patriarcal, hemos sido penalizadas con la muerte por pensar y saber. Hasta hace poco tiempo, las mujeres han tenido que usar pseudónimos masculinos para poder publicar sus obras; en otros casos, sus ideas y pensamientos fueron usurpados por sus maridos, amantes o “tutores”.

El discurso sobre los bienes comunes con respecto a los saberes y al conocimiento no puede ser neutral en este aspecto ¿Cómo las mujeres podemos compartir nuestros saberes en una sociedad y cultura que nos penaliza por pensar o que usurpa nuestros conocimientos? ¿Cómo hablar de alfabetización digital si ni tenemos la alfabetización básica? Es evidente la poca participación de las mujeres en los espacios de las no tan nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación. En el caso de Wikipedia, enciclopedia de mayor rango de consulta en Internet, la participación de las mujeres todavía es muy limitada, y revelan que la gran mayoría de las mujeres todavía no cuenta con elementos básicos como el tener una computadora y acceso a internet, nivel educativo, tiempo, motivación, curiosidad y habilidades para la investigación.

Para que la propuesta contra hegemónica de reorganización de la sociedad conforme los principios de los ámbitos comunes y del procomún realmente sea efectiva, ésta debe de orientarse hacia la transformación de las relaciones desiguales de poder entre mujeres y hombres en el sistema patriarcal y, por ende, en la transformación de este propio sistema. Y en esta empresa las mujeres tienen mucho que aportar, empezando por una lectura crítica de las construcciones teóricas sobre los comunes y sobre las prácticas existentes en los ámbitos comunes. Esta lectura solamente puede ser realizada desde nuestros lugares concretos, tanto físico-geográficos, territoriales, como desde nuestra historia y lugar sociocultural. Solamente las mujeres podemos realizar con la necesaria honestidad histórica y política el escrutinio crítico de los supuestos y teorías sobre los comunes que no consideran la realidad histórica de las mujeres en el sistema patriarcal.