Escuela Ecofeminista Mujeres Defendiendo el Territorio Cuerpo-Tierra 2023

¡Por la vida en el centro de las decisiones climáticas! La 7ª generación de la Escuela Ecofeminista “Mujeres Defendiendo el Territorio Cuerpo-Tierra”, fue realizada del 22 al 24 de noviembre de 2023, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Nos reunimos entre 19 mujeres defensoras provenientes de los estados de Baja California, Chiapas, Estado de México, Hidalgo, Oaxaca, Veracruz y Yucatán, además de Ciudad de México. Desde nuestro trabajo y activismo por la defensa de los derechos a la tierra y el territorio, los derechos ambientales, el derecho al agua, los derechos culturales y el derecho a una vida libre de violencia, debatimos sobre la urgencia de posicionar los debates ecofeministas sobre las justicias ambiental, climática y ecológica, para juntas fortalecer la defensa del territorio cuerpo-tierra y construir mundos más sanos y justos. Este video da cuenta de las reflexiones que hemos realizado.

Curso en Línea: Metodologías de la Educación Popular Feminista

Durante los meses de marzo a mayo de 2024, realizamos la segunda edición del curso en línea sobre Metodologías de la Educación Popular Feminista, con el objetivo de generar reflexiones, debates e intercambios sobre la educación popular feminista, sus metodologías, apuestas y principales retos, y así aportar a la construcción de aprendizajes colectivos para la acción transformadora desde y para las mujeres. Formaron parte de esta segunda edición 27 mujeres, provenientes de México, Uruguay, Bolivia, Perú y España, la mayoría provenientes de organizaciones sociales y de base. 

Partimos del hecho de que la Educación Popular Feminista es una propuesta político-pedagógica que tiene como fin la formación de sujetas críticas para transformar las realidades de opresión, violencia y despojo. Busca construir procesos de formación en los cuales las mujeres construyen aprendizajes marcados por el cuestionamiento, la rebeldía, la creatividad y el compromiso. Son procesos en los cuales las mujeres son consideradas sujetas de la producción de conocimientos. Conocimientos que surgen del cuerpo, del pensamiento crítico, de las experiencias vividas, de la memoria histórica, de las relaciones, de las emociones y de las subjetividades. Conocimientos que alimenten las rebeldías personales y colectivas, el reconocimiento de las capacidades de gestar prácticas y saberes desde lugares distintos, de legitimar los conocimientos de las mujeres que han sido invisibilizados y desdeñados.

La estructuración del curso

El curso estuvo diseñado en cuatro módulos que permitieron a las participantes el diálogo –sincrónico y asincrónico– entre pares en la virtualidad. De manera paulatina, transitamos por las metodologías de la educación popular feminista desde una perspectiva crítica, participativa y latinoamericana, procurando, con nuestras reflexiones, aportar al fortalecimiento de los procesos organizativos de las mujeres. 

Los contenidos de cada módulo se orientaron hacia la crítica y autocrítica de los procesos formativos que realizamos, y aportaron a la construcción colectiva de acciones políticas que visibilizaran las problemáticas específicas que afectan a las mujeres, denunciaran las desigualdades, y también las resistencias.  En el centro de nuestros debates, buscamos priorizarnos y reconocernos como constructoras de prácticas transformadoras.

Empezamos conociendo el panorama de la historia, evolución y marco teórico-político de la Educación Popular en Abya Yala, enfocándonos en el cómo las educadoras populares feministas fueron construyendo un enfoque hacia la crítica del patriarcado, fortaleciendo su papel como mujeres y sujetas políticas en la construcción del conocimiento desde la realidad de las mujeres y sus movimientos populares, de base e, incluso, guerrilleros. 

Mantuvimos siempre presente la aseveración de que la metodología de la educación popular feminista busca aportar a los movimientos feministas y así transformar este sistema voraz que nos aniquila, que nos fragmenta, que nos transforma en objetos, que se nutre de nuestro trabajo, esfuerzo y creatividad – despojándonos continuamente. En otras palabras, el compromiso de la educación popular feminista es cuestionar, transformar las realidades de injusticia que todavía viven las mujeres – a pesar de los logros y avances que hemos tenido gracias al movimiento feminista. 

Deconstrucción-reconstrucción

Los módulos del curso estaban relacionados entre sí, de modo que las participantes fortalecieron sus reflexiones sobre el hecho de que ésta es una metodología que se caracteriza por la dinamicidad, creatividad, pasión, valentía, y potencial crítico transformador. Es una práctica que implica la superación de las dicotomías de la modernidad occidental que crea jerarquías de valor entre cuerpo-mente, emoción-razón, privado-público, naturaleza-cultura, entre otras. Implica, además, reconocer los tiempos y ritmos de cada una, desde la aseveración implícita de que las mujeres vivimos múltiples y diferenciadas opresiones, y tenemos diferentes intereses políticos. También pudimos ampliar nuestra mirada a la destrucción y despojo de la naturaleza y los ecosistemas, que va de la mano con las violencias y despojo hacia nuestros cuerpos. 

El curso nos llevó a cada una a romper con las supuestas seguridades que nos proporciona el sistema patriarcal; romper con las violencias aprendidas; romper con la comodidad que nos otorga el papel de víctimas; romper con esquemas profundamente arraigados sobre la vida, el trabajo, la espiritualidad, el consumo, el discurso, el activismo “militante”, entre otros aprendizajes. Fue un proceso colectivo en lo mínimo, doloroso, inquietante y que a la vez nos llevó a volver a reconstruirnos, re-construcción que requiere tiempo, soledad y el dolor de, como semillas, partirnos, rompernos y volver a crecer y florecer. Y al mismo tiempo, pudimos coincidir y sentir la alegría de sabernos aliadas, compañeras de lucha y caminos. 

Un elemento clave en el curso fue la constatación de que la ética y política feminista con y entre las mujeres con las que trabajamos pasa por la construcción de una mirada interseccional, que está en constante revisión crítica y autocrítica, en la cual todas las participantes de un proceso formativo están en constante cambio y reflexión sobre nuestros propios procesos personales y colectivos. Entre los procesos formativos que revisamos, se destaca el taller, que se ha consolidado como espacio privilegiado de la Educación Popular. 

El taller como espacio privilegiado para la construcción colectiva de conocimientos

Como método predominante en los procesos de educación popular feminista, el “taller” es uno de los espacios privilegiados para la construcción colectiva de conocimientos. Paulo Freire se preguntaba: “¿cómo llegar al pueblo y despertar las ganas de luchar?” Y en esta sintonía, nos preguntamos: ¿cómo llegar a las mujeres y despertar las ganas de luchar y transformar el sistema patriarcal capitalista, racista y colonial?

Acompañando las diferentes corrientes y evolución de los movimientos feministas, el taller como método también ha evolucionado, profundizado y ampliado cada vez más su claro fin político de transformar las injusticias. 

Vimos, en el curso, que, para lograr este fin, en el taller se emplean “técnicas” y herramientas didácticas participativas que van más allá de la reflexión analítica y racional por parte de las personas participantes. La apuesta es la de validar otras formas de conocimiento, que surgen no solamente desde el análisis y pensamiento crítico, sino que también de los sentimientos, de la intuición, de las emociones y memoria personal y colectiva. 

Buscamos recuperar el potencial transformador y creador de conciencia política que tiene el taller. Esta perspectiva, -además de superar la excesiva valoración de lo racional frente a lo emocional, y lo mental en contraposición a lo corporal-, es también una perspectiva intencionada, que se orienta hacia un posicionamiento político que cuestiona las dualidades entre razón-emoción, mente-cuerpo, objetivo-subjetivo presentes en nuestras sociedades patriarcales, a modo de recuperar y validar formas de conocimiento de las mujeres que han sido históricamente devaluadas por este sistema.

Renovar las esperanzas

Ser impulsoras de procesos transformativos, para nosotras de Agua y Vida es una gran satisfacción, porque esta es nuestra razón de ser: transformar las realidades de opresión e injusticia hacia realidades en las cuales la vida ocupa el centro. Para terminar, dejamos aquí algunos testimonios de las participantes, que nos inspiran, nos motivan y nos renuevan las esperanzas para seguir realizando y mejorando este curso. 

¡Gracias a todas las personas que hicieron parte!

“Me pareció muy provocador, considero que la estructura del mismo traza una ruta bastante clara que permite analizar la propuesta crítica de la educación popular feminista hasta llegar a lo concreto y analizar nuestras propias prácticas. Los materiales, tanto videos como lecturas son muy potentes, ponen al centro de la discusión la apuesta política de la EPF y cómo a través de ésta se cuestionan las diferentes opresiones que vivimos las mujeres. Pienso que las tareas nos motivan a explorar nuestra creatividad de diversas formas. Los encuentros virtuales abren espacios de discusión muy necesarios y nos orientan no sólo sobre los contenidos del curso, sino también a ser críticas con lo que hacemos, cómo lo hacemos y su finalidad política”.

“Me pareció potente la reflexión política desde la práctica emancipadora de la organización y colectivización de grupos de mujeres. Aprendí de técnicas y métodos de la EPF que ya había llevado sin saber que eran tales, lo cual me dio mucha fuerza e inspiración para seguir caminando estos procesos emancipatorios. Pude escuchar las diferentes apuestas de mis compañeras en sus respectivos caminares, sentí un espacio abierto y seguro para el diálogo y la reflexión”.

“Superó mis expectativas pues las reflexiones que detonó me hicieron analizar lo fundamental que resulta partir de las propias experiencias para la construcción del conocimiento colectivo, crítico y transformador, que permita potenciar las luchas que las mujeres vienen dando para enfrentar las diversas opresiones que nos atraviesan, pero también fijar la mirada en la responsabilidad política que tenemos como facilitadoras”.

“Comprendí lo que es la EPF, pude cuestionarme personalmente mi ser feminista, además de complementar y reforzar mis conocimientos sobre EP y logré organizar mis ideas en torno a una propuesta metodológica práctica con estructura y con fundamentos teórico- conceptuales sólidos”.

“Diría que rebasaron mis expectativas, ya que los materiales de lectura fueron muy bien escogidos, el desarrollo de los módulos, muy bien planeados y resumidos. Además, el conocer las experiencias de las participantes es inspirador y produce empatía entre nosotras. Muchas gracias por ayudarnos a conectarnos con nuestra creatividad feminista”.

“El curso me ha ayudado a entender que para lograr una educación situada hay que hacerlo al revés de cómo nos enseñan, partir de lo interno y no de lo externo, también que como facilitadora es necesario estar en observación y cuestionamiento constante. Me llevó frases, preguntas, que me hicieron desbloquear pensares y sentires. Ahora trato de tener presentes esas palabras clave continuamente para seguir profundizando esas reflexiones”.

Pronunciamiento de la Red de Defensoras del Agua y el Territorio en contra de la criminalización hacia las Defensoras Ambientales

El 15 de julio la Red de Defensoras del Agua y el Territorio acompañó y acuerpo a su compañera Elizabeth Suárez en la rueda de prensa donde se dio a conocer que se retiró la carpeta de investigación en su contra por delitos como pandillerismo y secuestro, este es un gran logro para ella, su colonia y todas las defensoras, porque resalta que pese a la criminalización y corrupción que existe en las diferentes dependencias de gobierno local, estatal y federal aún se le puede arrebatar un poco de justicia al estado.

La Criminalización como forma de silenciar las voces

Ante la depredación voraz de los cuerpos-territorios de las mujeres y los territorios-tierra generada por el sistema capitalista y patriarcal, reforzado gracias a un Estado que no sólo tolera, sino que refuerza estos despojos, las comunidades han buscado organizarse, levantar la voz y tomar los espacios públicos para exigir el respeto y la garantía de sus Derechos.

Como respuesta a estas protestas surge la criminalización orquestada entre el estado y los actores privados hacia los y las defensoras de los territorios y los derechos humanos, esta es una estrategia que el sistema capitalista, racista y patriarcal utiliza para castigar a los y las lideresas de diferentes movimientos sociales, a través de esta estrategia se infunde el temor en las comunidades o territorios y se silencian los movimientos.

Tal es el caso de Elizabeth Suárez integrante del colectivo vecinal “Somos la Maya” y de la Red de Defensoras del Agua y Territorio.

Acá su historia, una historia de lucha, frustración, temor, aprendizajes, fortalezas y un poco de Justicia.

Su lucha comienza así…

Elizabeth vive en la Colonia Maya, una colonia ubicada al pie de una montaña al Sur de San Cristóbal de Las Casas, hace ocho años el dueño de un área vecina a la colonia comenzó la tala indiscriminada del espacio para la construcción de un fraccionamiento, la devastación de la montaña generó la inundación de la colonia, a partir de esa situación la colonia comenzó a organizarse para exigir tanto la reparación de los daños como la protección a la montaña. Se manifestaron por diferentes vías, reuniones en cabildo, denuncias públicas y marchas, como consecuencia de estas protestas Elizabeth y cinco integrantes más de la mesa directiva de la colonia fueron injustamente denunciados por delitos como pandillerismo, ataque a las vías de comunicación, incitación a la violencia, y el más grave, privación de la libertad en grado de secuestro.

Durante seis años tuvieron giradas órdenes de aprehensión por esos supuestos delitos, fueron seis años de frustración por no tener un debido proceso, seis años de vivir con el coraje y la frustración por haber sido criminalizada y criminalizados sólo por defender sus derechos, seis años con el miedo y la indignación de que el Estado no solo no garantiza sus derechos, sino que te señala y castiga si tu misma intentas defenderlos.

Sin embargo, ni Elizabeth ni sus compañeros dejaron de organizarse y luchar por la protección a la montaña y a su colonia. Finalmente, con la ayuda de Amnistía Internacional y el despacho San Ángel, lograron obtener el retiro de la orden de aprehensión girada injustamente en su contra por ejercer su derecho a defender la vida.

En la defensa de los Derechos, las defensoras viven más opresión y violencia

En el pronunciamiento, la Red afirmó que, “como Defensoras del Agua y el Territorio apoyamos, acuerpamos y nos alegramos por nuestra compañera Elizabeth haya alcanzado un poco de justicia, pero nos parece importante señalar que ella no es la única defensora que ha sido criminalizada o atacada por su trabajo en la defensa o ambiental. Es importante reconocer que las dinámicas de opresión y violencia que vivimos las defensoras son diferenciadas a las que sufren los hombres, ya que, para nosotras, además de las amenazas y criminalizaciones, vivimos difamación, acoso, violencia física, emocional y sexual, así mismo, se nos invisibiliza en las tomas de decisiones y en los puestos de poder,  ya que nuestro trabajo amenaza al sistema capitalista- patriarcal, aunado a esto tenemos que señalar que estas violencias no son ejercidas únicamente por el estado, sino también por parte de familiares, comunidades e incluso de  los mismos miembros de las organizaciones”.

En ese sentido, un informe publicado por La Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras señala que en el periodo de  2013 a 2023 se han documentado 35,077 agresiones contra 8,926 defensoras en Mesoamérica (México, Guatemala, el salvador, Belice, Honduras, Nicaragua y Costa Rica), de las cuales 4,504 han sido agresiones contra defensoras u organizaciones de mujeres que defienden la tierra, el territorio y los bienes comunes.

¡No más agresiones y criminalización hacia las defensoras de la tierra y el territorio!

Mama Cash: Primer fondo internacional para la mujer

Por mucho tiempo, y hasta ahora, los problemas, necesidades, propuestas y exigencias de las mujeres no han sido escuchadas por el sistema patriarcal capitalista en sus distintas versiones de poder (estatal, internacional, empresarial, etc.). 

¿Por qué? simplemente porque en este modelo, las mujeres no somos sujetas sino objetos. Entonces ¿a qué financiadora le iba a importar que pasaba con los movimientos de mujeres en la década de los años de 1980?, ¿cuáles eran sus propuestas y necesidades de financiación? Pues sí importó. Importó para un grupo de cuatro mujeres feministas que de manera estratégica y sorora supieron, a través de su activismo, tomar sus condiciones de clase y ubicación geopolítica en el Norte Global para apostar por construir un mundo mejor. Esto las llevó a que en 1983 crearan el primer fondo internacional para la mujer: Mama Cash, enfocado en contribuir al fortalecimiento de los movimientos feministas. 

Las fundadoras; Marjan Sax y sus cuatro compañeras feministas, nos cuentan que la construcción de este fondo feminista no ha sido un camino fácil, porque al haber dinero hay poder. La pregunta, entonces, era: ¿cómo equilibrar esa relación? Así que ellas han creado estrategias que permiten llevar el poder de la financiación a los grupos activistas de mujeres, niñas, personas trans e intersex que luchan por construir un mundo más justo y libre. 

Cuatro décadas construyendo colectividades

El 25 de mayo Mama Cash nos invitó a celebrar este caminar. Fue un espacio de alegría, de compartir, reflexionar, reconocer y agradecer las muchas luchas y logros que se han venido tejiendo. 

En el aniversario nos encontramos con personas de muchas y distantes latitudes: México, Colombia, Ecuador, Malawi (África), Indonesia (Asia) y por supuesto de Países Bajos, entre muchas nacionalidades más. 

Nos reunimos cientos de personas para compartir lo que somos y hacemos. Se hizo presente la apuesta por la justicia climática feminista impulsada desde África, la lucha de la comunidad LGBTIQ+, y la necesidad del autocuidado y cuidado colectivo en la defensa de los Derechos Humanos. También compartimos el espacio con las personas que deciden poner su recurso económico al servicio de las causas sociales. No podemos dejar de mencionar a las integrantes del equipo Mama Cash, quienes hicieron que ese poderoso encuentro fuera posible.  

Desde Agua y Vida: Mujeres Derechos y Ambiente, compartimos a través de una dinámica vivencial, la apuesta política del Cuerpo-Territorio como el primer espacio de lucha, de sabiduría, de protección y defensa. Nos pareció importante crear un espacio de reconocimiento individual y colectivo sobre las historias que habitan en nuestro cuerpo; historias de victorias, aprendizajes, historias de dolor, tristeza, frustración, historias de rabia y alegría, historias de estancamiento, impulso, y determinación. Es importante recuperar todas esas historias porque hacen parte de nuestra vida, de nuestras genealogías y porque es a partir de ellas que construimos todos los movimientos feministas. 

Tal como ocurre en los procesos populares, pasamos de lo individual a lo colectivo, permitiendo un espacio de diálogo corporal más allá de la comunicación verbal, ¿qué me dice el cuerpo de mi compañera?, ¿qué historias la habitan?, ¿qué le dice mi cuerpo?, ¿cómo podemos comprendernos, acompañarnos, fortalecernos a partir de lo que cada una es? 

La apuesta política feminista nos invita a reconocernos y reconocer a las otras, con todas nuestras complejidades, porque es desde ahí dónde podemos aportar a la transformación y construcción de un mundo más sano, es de ahí dónde podemos seguir aportando a ese gran tejido de cambio y esperanza.  

Gracias Mama Cash, gracias a las y los donantes, pero sobre todo gracias a todas las colectividades de mujeres, personas trans e intersex que siguen apostando su tiempo, su energía y su corazón a las justicias sociales, ambientales y climáticas.

Escuela Popular Ecofeminista: Mujeres y Gestión de Agua en San Cristóbal de Las Casas

Crisis Climática, el ciclo del agua alterado y las consecuencias socioambientales, ¿para quiénes?

En este año (2024) la crisis climática se ha dejado sentir con más fuerza. Una de las consecuencias que hemos podido palpar en casi todo el país ha sido la escasez de agua y las sequías durante los primeros seis meses del año, sequías que han sido desde moderadas a severas en el 74.43% del país, seguidas de grandes inundaciones como las ocurridas en el Estado de México, Ciudad de México, Veracruz y Chiapas, por mencionar algunos estados. 

En el periodo de sequía, de los 32 estados que conforman al país, sólo tres no tuvieron regiones afectadas por la sequía, mientras en la temporada de lluvia, 16 estados han sido afectados por lluvias torrenciales e inundaciones

¿Qué nos dicen estos datos? que miles y miles de personas están viviendo tanto en la salud física y emocional, como en la seguridad alimentaria, las consecuencias de la alteración de los ciclos de la naturaleza generados por el sistema capitalista, patriarcal, colonialista y racista. 

Las consecuencias relacionadas con el agua, ya sean la escasez o las inundaciones, generan problemas de salud por enfermedades infecciosas, parasitarias y gastrointestinales. También afecta a las cosechas, el ganado, la pesca, y en la gran mayoría de los casos, hay pérdida de bienes materiales. Otra afectación muy grave son los problemas emocionales que genera, tales como: estrés, ansiedad, depresión y el aumento de la violencia, pero ¿para quiénes?, ¿quiénes viven realmente estas situaciones y sus consecuencias? 

Es importante que afinemos la mirada, porque las consecuencias de la crisis climática no son generalizadas: para las empresas transnacionales, las mineras y los megaproyectos no existen estas problemáticas. Desde el Ecofeminismo y la apuesta por la justicia climática feminista seguimos señalando que las sequías, escasez de agua, inundaciones y demás desastres socioambientales, no afectan a todas las personas por igual. Son los grupos históricamente vulnerados quienes viven las consecuencias en carne y hueso. Son las personas racializadas, marginadas y empobrecidas y de entre ellas las mujeres, niñas y niños quienes cargan con las peores consecuencias. 

Esta realidad que les atraviesa en el día a día, ha llevado a que cada vez más mujeres se preocupen por esta situación y busquen organizarse, levantar la voz. Pero cuando lo hacen se encuentran con un sistema patriarcal y capitalista que se incomoda si ellas hablan. 

Esta historia de luchas y resistencias impulsadas desde las mujeres se repite en muchas regiones, pero en esta nota queremos contarte lo que sucede en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.  

Prepárate para esta historia agridulce

En San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, así como en muchas otras regiones del país, el derecho al acceso al agua en cantidad y calidad ha sido afectado no solo por las sequías sino también por las malas formas de gestión y el ejercicio autoritario del poder municipal que ha permitido la sobreexplotación, contaminación y el acaparamiento de los cuerpos de agua en beneficio de unos pocos. 

La mala gestión del agua que existe en el municipio se observa desde el crecimiento desorganizado de la ciudad, la ausencia de políticas públicas claras respecto a la distribución del agua y omisiones por parte del servicio municipal de agua (SAPAM). La extracción en grandes cantidades de aguas profundas por parte de FEMSA-Coca Cola, la invasión y relleno de humedales (que son los cuerpos de agua que abastecen el 70% de agua a la población), la extracción de los bancos de arena que afectan directamente la recarga de agua de los humedales, así como a la falta de interés político de SAPAM, la dependencia encargada de regular la situación. 

Todas estas problemáticas afectan el derecho al acceso al agua de la población, pero las consecuencias se agudizan en las mujeres, principalmente las mujeres racializadas, marginadas y empobrecidas, pues son ellas quienes buscan subsanar la falta de agua en sus hogares, ya sea por medio de la compra de garrafones, pipas, acarreo o captación de agua de lluvia, y esto cuando hay lluvia. También son ellas quienes atienden las enfermedades gastrointestinales generadas por la mala calidad del agua, como la epidemia de hepatitis A que se vivió este año.  

Pero…. 

Como ha sucedido en muchas ocasiones, en esa parte de la historia no contada, las mujeres están ahí, haciéndose presentes frente a un sistema patriarcal, capitalista y racista que no quiere verlas ni escucharlas. Ellas están ahí organizándose para participar activamente en sus barrios y colonias por la defensa del agua y otros bienes naturales. 

De cara a esta situación en el mes de junio impulsamos la Escuela Popular Ecofeminista: Mujeres y Gestión de Agua en San Cristóbal de Las Casas

Desde nuestra perspectiva política ecofeminista, nos interesaba reunirnos entre mujeres para hablar de estas problemáticas relacionadas al agua, y también construir juntas estrategias para transformarlas. Queríamos, además, fortalecer el poder personal y colectivo de las defensoras del agua. 

La escuela fue realizada desde la metodología de la educación popular feminista, cuyas técnicas fortaleceran nuestros conocimientos y nos permitieron contar con un panorama amplio de cómo las problemáticas del agua se traducen en injusticias ambientales, sociales, políticas y económicas que nos afectan directamente como mujeres. Analizamos los aprendizajes que todavía están presentes en la división sexual del trabajo, en la cual las mujeres son las principales cuidadoras del agua para uso doméstico y familiar, pero que no tienen poder de decisión sobre su gestión. Observamos que esta división sexual del trabajo se traduce, en muchos casos, en violencias físicas, emocionales, sexuales, patrimoniales y económicas para las mujeres. El activismo de las defensoras del agua también ha sido perseguido, denostado y muchas defensoras han sido víctimas de amenazas y hostigamientos debido a su trabajo. 

Por medio de la técnica de la cartografía popular, y a partir del ejercicio sobre la ruta del agua, ampliamos y nutrimos la información sobre el agua en nuestro territorio, así como realizamos un mapeo de actores que aportan a la privatización del agua. Y también identificamos las resistencias y los actores que aportan a nuestras luchas. 

A partir de este trabajo, juntas constatamos que “Defender el territorio es defender todas las formas de vida” (participante del taller, junio 2024). 

Por medio de sus 6 talleres consecutivos, la Escuela permitió reconocer y revalorar el poder y la importancia de las diferentes acciones que las mujeres defensoras están impulsando. Compartimos algunas de las acciones que las defensoras mencionaron: 

“Estamos ocupando cargos que antes sólo los hombres ocupaban, como en el consejo vecinal y el comité del agua”.

“Salimos a marchar para protestar contra las empresas que nos roban nuestra agua”.

“Realizamos denuncias en las redes sociales y la radio”.

“Realizamos conferencias de prensa para informar los problemas que tenemos en nuestro barrio”

Como parte del compromiso que tenemos hacia la Justicia climática y la justicia hídrica, la Escuela fue un espacio para reforzar la politización de las problemáticas del agua. De manera colectiva generamos reflexiones encaminadas a identificar quienes son los verdaderos depredadores del agua. Citamos una de las reflexiones de las participantes:

“Es triste ver que sólo el 4% del agua la utilizamos la ciudadanía y somos quienes buscamos formas para ahorrar el agua, mientras que las empresas utilizan el 96% y no les importa ni están haciendo nada para remediar los impactos de la crisis climática”.

Estas han sido algunas de las reflexiones y poderosos momentos que vivimos durante este proceso formativo que impulsamos desde Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente. La Escuela tuvo la duración de dos meses, fue un espacio que permitió potenciar el reconocimiento de las desigualdades estructurales y que sólo mediante la participación organizada y estratégica de las mujeres se podrá aportar a la resolución de problemas críticos del agua en la ciudad. 

La Escuela Popular Ecofeminista me ha brindado muchos aprendizajes metodológicos, herramientas y ha fortalecido mi trabajo como defensora del agua, así como también me permitió conocer y vincularme con otras mujeres defensoras y reafirmar que todas tenemos la capacidad de encontrarnos y hacernos cercanas en las luchas y en la vida.

V Asamblea del Movimiento de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra y Nuestros Territorios

Durante los días 23 y 24 de marzo de este año, en CIDECI-UNITIERRA, en San Cristóbal de Las Casas, las mujeres organizadas en el Movimiento de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra y Nuestros Territorios se reunieron en torno a la V Asamblea para fortalecerse, convivir, aprender juntas, compartir y celebrar la vida y las luchas.

El Movimiento de Mujeres está conformado por el Colectivo Defensoras de Nasakobajk, de Zona Zoque; por el Colectivo Tsijilba Bij (Nuevo Camino), de la Zona Selva Ch’ol y tzeltal; por la Red de Mujeres de la Costa en Rebeldía, de la Zona Costa; por el Colectivo familiar Mujeres, Zona Altos tsotsil; por el Colectivo Nichim, en Zona Altos tzeltal, y por las compañeras del Colectivo Antsetik Ts’unun, de la Zona Altos.

Las mujeres sabemos que juntas somos más fuertes y que sólo juntas podemos recuperar y afianzar nuestro poder personal y colectivo en contra de los embates del cruel sistema capitalista, racista y colonial que despoja nuestras tierras, territorios, cuerpos e historia.

Estamos informadas y no nos callaremos – denunciamos todo lo que nos despoja

Compartimos nuestros conocimientos sobre la creciente violencia generada por la presencia de la Guardia Nacional, policías y el crimen organizado en nuestros territorios, que generan miedo, preocupación y angustias, pero también amenazas directas a nosotras y a nuestros procesos organizativos por medio de los secuestros, levantones, bloqueos de carreteras, apagones de luz eléctrica, balaceras, entre otras estrategias de control sobre nuestros cuerpos y nuestras luchas.

También compartimos sobre los impactos de los proyectos extractivos en nuestras vidas y en nuestras tierras: la minería, los monocultivos, las grandes carreteras y el mal llamado Tren Maya, destruyen nuestras tierras, contaminan nuestro suelo, afecta nuestro acceso al agua, destruyen nuestros bosques, amenazan nuestra alimentación y nos privan de los medios para la vida digna.

Constatamos que la presencia de los cárteles de la droga son una amenaza constante a nuestros pueblos y culturas debido a la violencia que generan, en especial el acoso a las mujeres y debido a las drogas que representan un grave peligro para las y los jóvenes.

Estamos organizadas, defendemos el territorio y construimos esperanzas

Al lado de tantas violencias, amenazas y destrucción, las mujeres estamos realizando acciones concretas que permiten la vida digna. Estamos reuniéndonos con cada vez más frecuencia y así fortalecemos nuestras redes de contención, apoyo y fuerza. Estamos apostando cada vez más por los cultivos tradicionales, pese a todas las dificultades que tenemos. Estamos aumentando nuestros conocimientos sobre las plantas medicinales y realizando medicamentos, pomadas, tinturas para cuidar de nuestra salud. Estamos construyendo, juntas, mundos en los cuales la vida digna sea una realidad.

Reconocemos que “como mujeres organizadas, es importante y necesario estar informadas, seguir pronunciándonos y dar a conocer lo que sucede. No podemos quedarnos calladas. Es importante mantener las asambleas comunitarias y visibilizar la situación que pasa en cada comunidad. Buscar a más mujeres para organizarnos. Generar propuestas para la vida, el cuidado entre comunidades y hacia la Madre Tierra” (Pronunciamiento V Asamblea, 2024.). Unimos nuestra voz a la de las compañeras que valientemente afirman que Tierra Madre y territorio somos una. ¡Juntas y organizadas venceremos!

Marcha Mundial de Las Mujeres – 24 horas de Acción Solidaria Feminista por Palestina

¡Mujeres en Marcha hasta que Palestina sea Libre de Río a mar!

El pasado 30 de marzo, como parte de la Marcha Mundial de las Mujeres – México, participamos de las 24 horas de Acción Solidaria Feminista por Palestina. Mujeres de todo el mundo nos organizamos para difundir mensajes de esperanza, lucha y solidaridad para las mujeres palestinas. 

El 9 de octubre de 2024, Israel impuso un bloqueo total sobre Gaza, exacerbando una crisis humanitaria sin precedentes debido a su rapidez e intensidad: Israel interrumpió el suministro de agua, alimentos, electricidad, gas y combustible; cerró los pasos fronterizos entre Palestina y Egipto, impidiendo que la población civil intentara salvarse y, al mismo tiempo, impidiendo la entrada de la ayuda humanitaria.

Se trata de un genocidio fríamente calculado, ya que, al mismo tiempo, Israel intensificó el bombardeo en plazas públicas, en viviendas y barrios completos, escuelas, hospitales, mercados y otros centros de seguridad, atención, ayuda y supervivencia. Las cifras arrojan más de 27.300 personas palestinas asesinadas, entre ellas más de 7.000 niñas y niños, y otras 66.000 habrían resultado heridas.

Privar deliberada y premeditadamente a la población civil de los medios elementales para su supervivencia como el agua, alimentos, atención médica y ayuda humanitaria constituye crimen de guerra. Arrojar bombas en centros de ayuda y cerrar fronteras, concentrando la población en la zona de conflicto, impidiendo su protección es claramente un genocidio.

La Marcha Mundial de las Mujeres (MMM) ha denunciado que el 70% de las víctimas son infancias y mujeres, y que “la situación agrava los problemas a los que ya se enfrentan las mujeres. El desplazamiento de sus hogares conlleva la pérdida de sus medios de subsistencia, una mayor vulnerabilidad ante la violencia y mayores dificultades para acceder a la salud reproductiva y materna”.

Las guerras como reflejo del sistema patriarcal capitalista y colonial

Las guerras siempre son intereses estratégicos por la tierra y sus bienes comunes naturales, que los hombres en el poder realizan para aumentar su poder de influencia y dinero. Por eso todo lo relacionado con la guerra es patriarcal: son los hombres en el poder que las impulsan y la crean. Y es capitalista porque se destinan enormes cantidades de dinero para investigación y tecnologías de guerra: armas cada vez más sofisticadas que se producen y se venden. Y es colonial porque somete y despoja los pueblos históricamente excluidos y marginados.

En el contexto de la guerra genocida entablada por el estado de Israel en contra del pueblo palestino, la MMM evidencia que “la ocupación genocida de Israel es un producto más del sistema patriarcal capitalista y se cruza con la destrucción causada por la necropolítica colonialista, racista y autoritaria. Estos sistemas opresivos colaboran para comerciar con armas, construir fronteras militarizadas y explotar conjuntamente nuestros recursos naturales”.

¡Acción solidaria feminista de 24 horas siguiendo el Sol!

En este 2024, desde nuestro compromiso y lucha feminista en contra del patriarcado y sus guerras, desde la MMM-México participamos de las 24 horas de Acción Solidaria Feminista por Palestina. Desde la consigna “¡Mujeres en Marcha hasta que Palestina sea Libre de Río a mar!”, unimos nuestras voces a las voces de todas las mujeres del planeta que no nos cansamos de desafiar los sistemas patriarcales; que luchamos para denunciar, visibilizar y desmantelar las estructuras de opresión y que nos organizamos para soñar, imaginar y trabajar por la construcción de mundos más sanos, justos y libres. Marchamos hacia el futuro, guiadas por la luz de la solidaridad y la promesa de un mañana justo e igualitario.

Las 24 horas de Acción Solidaria Feminista por Palestina, de este 30 de marzo, consistió en que mujeres de todo el mundo, al medio día de cada una de las zonas horarias del planeta, nos pronunciamos de diferentes maneras por el cese al fuego de Israel y sus aliados en contra de Palestina, y generando una corriente mundial que hacía eco de nuestras reivindicaciones comunes por un mundo mejor. Exigimos la urgente necesidad de poner fin, de inmediato, a la ocupación y al genocidio israelíes.

Pues sabemos muy bien que ¡si hieren a una, nos hieren a todas! Y eso no lo vamos a permitir.

Comunicación Estratégica Feminista: un proceso para fortalecer las colectividades

La comunicación es imprescindible en todos los procesos organizativos, es la vía de continuidad y crecimiento, es un elemento clave para el sostenimiento tanto interno como externo de los grupos. Sin embargo, en esta era de la tecnología e inmediatez, en dónde los sucesos ocurren y hay que dar respuesta, muchas veces caemos en el error de creer que al replicar o difundir información ya estamos comunicando.

Conviene hacer un alto y cuestionarnos ¿realmente es así? Difundir información es vitalmente importante en ciertos momentos de urgencia, pero la comunicación va más allá, nos invita a abrirnos hacia nosotras y las otras, reflexionar y tomar conciencia, por ello es un espacio de poder en disputa.

El poder de la comunicación nos permite encontrarnos, reconocernos, comprendernos, organizarnos y construir acciones que nos permitan cambiar nuestra realidad. Nos da la oportunidad de posicionar nuestras demandas, luchas, exigencias, contar esas historias que muchas veces han sido opacadas, silenciadas, pero que siempre encuentran las formas de salir y narrarse a sí mismas.

¿Cómo podemos, desde las organizaciones y colectivos, recuperar ese poder?

Comunicación Estratégica Feminista

Desde la Comunicación Estratégica Feminista buscamos compartir nuestros dolores, rabias, pero también esperanzas, sueños y los trabajos que realizamos para lograr construir esos otros mundos. Sabemos que unidas somos más fuertes, y que también unidas podemos amplificar nuestras voces, replicar las alegrías, compartir la indignación y expandir las llamadas a la acción.

Retomando esta propuesta y uniéndola con la educación popular feminista, durante 2023 realizamos un poderoso proceso de formación entre pares con colectivos y redes de mujeres del estado de Chiapas. A partir de este proceso, entre todas hemos podido hacer un alto para recuperar nuestras historias, recuperar nuestras victorias y fracasos, la rabia por las violencias e injusticias, pero también nuestras esperanzas, alegrías, los encuentros y desencuentros. Estas historias nos muestran el camino que hemos recorrido, nos legitiman y nos motivan a seguir. En esta forma de comunicación que estamos construyendo, tanto al interior como el exterior de las colectivas, apostamos por narrarnos desde una mirada esperanzadora y poderosa, reconociendo y validando nuestro trabajo como defensoras en el día a día.

El proceso nos permitió volver a nosotras, recuperar nuestro caminar, fortalecernos y reconocernos como grupos organizados que estamos luchando, creando y trabajando por mundos más sanos y justos. Sin embargo, así como encontramos certezas, surgen y se mantienen algunas dudas.

¿Cómo enfocar el poder de la comunicación estratégica feminista para revertir la invisibilización que existe del trabajo de las mujeres en la defensa del territorio? 

¿Qué medios debe tomar la comunicación estratégica feminista para lograr el reconocimiento social, político y financiero a nuestra labor?

Las redes sociales como espacio hegemónico de comunicación visible ¿son accesibles para las mujeres defensoras?

Las redes sociales se han convertido en los espacios por excelencia para difundir información de manera rápida y sin costo. Sin embargo, sabemos que este medio de comunicación no está al alcance de todas. Sabemos que siguen existiendo brechas tecnológicas, de acceso, manejo y generacionales, así como de falta de tiempo, dificultades para crear estrategias y seguimiento, y sobrecarga laboral que dificultan su uso.

Aquí queremos compartir y reflexionar sobre las dificultades a las que se enfrentan las mujeres defensoras para tomar el poder de la comunicación, incluyendo los medios “más accesibles” que serían las redes sociales y utilizarlo en pro de la externalización y visibilización de nuestro trabajo.

Al realizar la campaña Voces de Agua, Tierra y Mujeres(https://www.youtube.com/watch?v=wy0hGQHjhdI) nos percatamos de las dificultades que tenemos para entretejernos de manera virtual. Algunas de las complicaciones fueron la falta de tiempo para el manejo de las redes de manera sostenida, la falta de habilidades y los múltiples roles que las mujeres realizan dentro de sus organizaciones.

¿Qué tan cierto es que, “si no estás en las redes, no existes”?

Sabemos que el hecho de que, si no difundimos nuestro trabajo y nuestros pensamientos en redes, no significa que las mujeres no estemos ahí. Eso porque ante los proyectos extractivos, de despojo y violencia que se agudizan constantemente, las mujeres seguimos en lucha. Vemos que surgen y se sostienen diferentes movimientos de mujeres en defensa de la tierra, el territorio y nuestros derechos y que, pese a sentirse constantemente invisibilizadas, silenciadas, ocultadas por la falta de reconocimiento social, político y financiero a su trabajo, siguen organizándose y apostando a colocar la vida en el centro.

Estas mujeres están en los frentes de lucha, directamente defendiendo sus territorios y haciendo frente a las amenazas. Pero su trabajo sigue sin ser lo suficientemente valorado, reconocido, respetado y sobre todo apoyado.

La vida no se gesta en las redes sociales, ni en la virtualidad

También a través de la campaña nos dimos cuenta que en una sociedad en dónde predomina la inmediatez, lo caótico, lo superfluo y la des-información, es muy difícil posicionar los temas dónde la belleza de la cotidianidad, de la organización y de la defensa real de la vida digna estén en el centro.

Hemos defendido, en este proceso de comunicación estratégica feminista, que la vida no se gesta en la inmediatez. La vida requiere de lentitud, de presencia, de cercanía, de compartir. La vida requiere de tiempo, de persistencia, de un antes, un ahora y un después. Las luchas que realizamos tienen historia, y no podemos perder esta perspectiva histórica, mucho menos la perspectiva política de nuestros procesos como defensoras.

Por eso, queremos invitarnos a hacer un alto en el camino. Sabemos que no podemos salirnos por completo del sistema, pero sí podemos decidir cuando queremos ir más lentas, cuando podemos tomar un tiempo, respirar y admirar la belleza, la fuerza y el poder de lo que está ocurriendo ahí frente a nosotras, no en una pantalla, sino que en el mundo real, en el mundo de la vida, de los encuentros, de los ojos que se miran y de las manos que tomamos y levantamos juntas.

8M en San Cristóbal de Las Casas: “Somos fuego feminista – tejemos resistencias por nuestros derechos y cuerpo-territorio”

“Sembremos sueños y cosechemos esperanzas, recordando que esa construcción sólo se puede hacer abajo, a la izquierda y del lado del corazón” – Bety Cariño. Una de las victorias que logramos en este 8M es que formamos la asamblea permanente para seguir luchando juntas y juntes, y fortalecer el movimiento feminista en San Cristóbal.

Bajo esta consigna, salimos a la calle este 8 de marzo, en el Día Internacional de Lucha de las Mujeres. Como Agua y Vida participamos en varias acciones orientadas a la articulación entre las diversas luchas del Movimiento Feminista.

Como aparece en el lema de la marcha, nuestro cuerpo también es un territorio de lucha y defensa, tal como defendemos nuestros territorios-tierras en contra del despojo y la explotación.

El capitalismo neoliberal, colonialista, patriarcal y extractivista destruye nuestro planeta con sus políticas de muerte, nos despoja de nuestros bienes comunes y territorios. Las más afectadas siempre son las mujeres, niñas y niños, principalmente las mujeres indígenas y racializadas que viven historicamente la explotación y el despojo colonial de sus tierras y su cuerpo. Y es una continuidad hasta el presente. Como mujeres ecofeministas trajimos esa perspectiva a la marcha: La opresión y explotación de la naturaleza es la misma que viven las mujeres.

Estuvimos presentes, junto a otras compañeras, en las reuniones para la preparación de la marcha inclusiva. Algunas de las injusticias y opresiones que visibilizamos fueron las luchas y demandas de las mujeres con discapacidades; las luchas de las mujeres trans; el genocidio en palestina donde las principales víctimas han sido mujeres e infancias; la legalización del aborto; las desapariciones forzadas; las violaciones y feminicidios que sufren las mujeres en Chiapas, en todo México y el mundo. Una de las victorias que logramos en este 8M es que formamos la asamblea permanente para seguir luchando juntas y juntes, y fortalecer el movimiento feminista en San Cristóbal.

Mujeres y desplazamiento forzado en Chiapas

Una grave problemática que pudimos visibilizar este año en San Cristóbal, fue el del desplazamiento forzado interno que denunciaron las mujeres Tseltales y Tsotsiles de las comunidades Chalchihuitán y Aldama, de Los Altos de Chiapas, y de la Comunidad de Nueva Palestina, Ocosingo, en la región Selva. Durante la realización de su Tercer Encuentro de Articulación y Coordinación, llevado a cabo en las instalaciones del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur de la UNAM (CIMSUR– UNAM), lugar que las cobijó, las mujeres desplazadas forzadas contaron sus historias de múltiples formas de violencia vividas durante el desplazamiento: compartieron la dolorosa experiencia del ataque armado por grupos paramilitares, el despojo de sus tierras, bienes materiales y culturales, la carencia de absolutamente todo, en los lugares de refugio, el asesinato de algunas personas y el encarcelamiento injusto de otras. En el caso de Nueva Palestina, la problemática se intensifica con la tortura física, emocional y sexual de mujeres y la desaparición forzada de un joven, así como tortura a niñeces y adolescencias.

Para nosotras, es importante que hagamos historia de estas violencias. Estos diversos desplazamientos ocurrieron en Chalchihuitán en 2017, afectando a 5,023 personas, actualmente continúan organizadas 290 familias; en Aldama en 2017 fueron afectadas doce comunidades en donde se suman 4,999 personas afectadas. El evento más reciente en Nueva Palestina, en el municipio de Ocosingo el 16 de diciembre de 2021, donde 5 familias, que suman un total de 34 personas -de las cuales 24 son niñas, niños y adolescentes-, fueron desplazadas por el ataque de un grupo paramilitar encabezado por las autoridades. Las familias desplazadas actualmente se encuentran refugiadas en San Cristóbal de Las Casas, y cuya situación es dramática por el encarcelamiento y sentencia injusta de Versain Velasco García, miembro de estas familias, a 58 años y 4 meses, el motivo es su participación como defensor de derechos humanos en su comunidad.  

No podemos ignorar que los procesos de desplazamiento forzado en Chiapas se han multiplicado en los últimos meses debido a la disputa por el territorio de la región fronteriza, una extensión considerable de la Sierra y de la Selva, por parte de la delincuencia organizada. Actualmente, son más de 10,000 personas desplazadas, y el terror, el control de la población y múltiples violaciones a los derechos humanos de esta población han sido negados o minimizados por las autoridades de los tres ámbitos de gobierno de México. En este contexto, la defensora feminista de Derechos Humanos Dora Julieta Hernández señala que las mujeres, las infancias y adultos mayores resultan gravemente afectados ante estos hechos violentos, por su condición histórica de vulnerabilidad de género, clase, etnia y edad, ante la indiferencia de las autoridades responsables que no previenen, no protegen, no atienden, no procuran justicia y no reparan los daños de manera integral.

Luchas en contra del extractivismo

En concordancia con estos testimonios, en el pronunciamiento de la marcha del 8M fue mencionado que: “En Chiapas se vive el control de las tierras y territorios, por parte de grupos paramilitares, civiles armados que ahora se han diversificado en grupos narco-paramilitares que están asediando y sembrando terror en las comunidades campesinas mayas y zoques en su disputa por el control del territorio, ante la complacencia y complicidad del Estado”. Esta situación es muy preocupante, ya que fomenta la cultura de muerte, y provoca que las mujeres vivan en constante inseguridad, además del despojo y también el aumento de la violencia feminicida.

Como ya hemos afirmado, son las mujeres las más afectadas por estas circunstancias violentas. Al mismo tiempo, son ellas quienes luchan con digna rabia y también con ternura, empatía y una vista amplia a todos los ámbitos de la vida, incluyendo la vida de la tierra. Son ellas las que encabezan la lucha y son las que crean estrategias y propuestas para el buen vivir de toda la vida que habita este planeta. 

Son muchos los logros, los aciertos y la coordinación. Pero no dejamos de preguntarnos sobre ¿por qué todavía, después de incontables marchas, tenemos que seguir haciendo frente a tanta violencia y despojo a nuestros cuerpos y territorios? ¿Por qué está aumentando el número de ataques a nuestras luchas? ¿Por qué nuestras vidas significan tan poco en este sistema? Creemos que vale la pena que sigamos debatiendo sobre estas interrogantes, y construyendo juntas los caminos a sus respuestas.

El patriarcado se va a caer, se va a caer, se va a caer

Mientras, seguimos afirmando que el patriarcado capitalista está intensificándose más y más, pero también está sintiendo que sus límites se acercan. Principalmente los límites planetarios. Y los límites que estamos poniendo las mujeres. La sabiduría y las acciones de las mujeres organizadas siempre han sido un peligro para el sistema patriarcal capitalista, por lo que ha intentado oprimirnos desde el principio. En las últimas décadas, las mujeres están liberándose cada vez más, lo que significa una amenaza más grande. Por ende, nos atacan más fuerte para pararnos, pero somos fuertes y sabemos lo que queremos. Así queremos cerrar reconociendo la sabiduría y la organización de todas las mujeres desplazadas, violentadas, desaparecidas y víctimas de feminicidio. Nos iluminan el camino de la lucha y la transformación del patriarcado capitalista, racista y colonial capitalista en un mundo de justicia y vida.

Red de Nodos de Respuesta a Emergencia y Crisis de Fondo Semillas

El calentamiento global, cuyas causas se encuentra en el modelo de desarrollo capitalista, está generando eventos climáticos como tornados, huracanes, olas de calor, sequías e inviernos rigurosos cada vez más intensos y frecuentes. Estas crisis tienen un impacto mucho más fuerte para las mujeres, niñas, personas trans e intersex, exacerbando las violencias ya existentes, incrementando las exclusiones y creando más vulnerabilidades. De hecho, está comprobado que en ocasiones de desastres las mujeres y las niñas tienen 14 veces más probabilidades de morir que los hombres debido a las diferencias de género y a las desigualdades existentes relacionadas con sus derechos económicos y sociales.

Además, cuando ocurre una emergencia, la ayuda humanitaria suele llegar, en primer lugar, a las zonas céntricas, o como acaba de ocurrir en Acapulco debido al huracán Otis, a las zonas turísticas. Pareciera que los establecimientos que mantienen la economía capitalista son atendidos primero que las personas más vulnerables. Así, las zonas marginadas y empobrecidas suelen ser las últimas a recibir atención – y en esta atención, las mujeres suelen ser ignoradas. Constatamos que las emergencias socionaturales y climáticas, por lo tanto, exacerban las exclusiones y violencias ya existentes. 

Las emergencias afectan de manera distinta a mujeres, hombres, niñas, niños, adolescentes y personas LGBTIQ+, tanto respecto a las afectaciones, como respecto a la ayuda. La edad, la identidad sexual y de género, la etnia, la discapacidad, la educación, el empleo y la ubicación geográfica, se cruzan y agravan aún más las vivencias en los momentos de emergencias.

Sabedoras de esta situación, a partir de mayo de este 2023, Fondo Semillas impulsó la creación y consolidación de la Red de Nodos de Respuesta a Emergencias y Crisis, con el propósito de atender a estas (y otras) emergencias desde perspectivas feministas y desde la cultura de los derechos humanos. Nosotras de Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente fuimos invitadas a ser parte de la Red de Nodos y también acompañar en el proceso de su fortalecimiento interno. 

La Red está formada, en este momento, por mujeres de 16 organizaciones, abarcando las regiones Centro-Sur, Suroeste, Sureste y Noroeste de México. Somos mujeres con significativa experiencia y trabajo comunitario y nos hemos fortalecido, como Red de Nodos, desde perspectivas feministas críticas y desde las intersecciones de género, raza y clase. Nos interesa impulsar procesos de justicia climática y ambiental, enfocándonos a la reconstrucción a mediano y largo plazos, de las comunidades y los medios de vida de las mujeres, niñas, personas trans e intersex.

Reconocemos que las mujeres y las niñas han desarrollado diferentes niveles de resistencia, de resiliencia y capacidad de recuperación y que deben ser involucradas activamente en planes de respuesta y en la toma de decisiones, así como en los procesos de reconstrucción de las comunidades afectadas. 

Después de varios encuentros virtuales y presencial, ahora estamos organizándonos para atender la emergencia y las crisis ocasionadas por el huracán Otis, que ha asolado el estado de Guerrero, en especial las zonas periféricas de Acapulco y Coyuca de Benítez. Nos sumamos a la campaña Mujeres Reconstruyendo Guerrero, impulsada por Fondo Semillas, pues sabemos que, a pesar de ser las más afectadas, somos las mujeres las que más nos unimos y nos organizamos para recuperar y reconstruir la vida en toda su dignidad. 

Nos sentimos infinitamente agradecidas a Fondo Semillas por esta oportunidad de ser parte. Las organizaciones que conformamos la Red de Nodos somos: 

Acciona Transformando Caminos para Ser y Hacer, A.C.

Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente, A.C. 

Albergue Temporal Casa Arcoíris A.C.

Alianza Cívica Pinotepa Nacional A.C.

Centro de Estudios Ecuménicos, A.C.

Colectiva Sobrevivientes de Feminicidio en México

Escuela para Defensoras en Derechos Humanos y Ambientales Benita Galeana

Fondo Semillas, A.C.

Fundación Mexicana para la Planeación Familiar A.C. MEXFAM

Las Vanders 

Lesbianas y feministas por el derecho a la información/Línea Aborto Chiapas

Movilidades Libres y Elegidas A.C.

Mujeres, Organización y Territorios MOOTS

Sororidad Motul

Una Mano para Oaxaca

Unión de Pueblos de Morelos

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