Curso en Línea: Metodologías de la Educación Popular Feminista

Durante los meses de marzo a mayo de 2024, realizamos la segunda edición del curso en línea sobre Metodologías de la Educación Popular Feminista, con el objetivo de generar reflexiones, debates e intercambios sobre la educación popular feminista, sus metodologías, apuestas y principales retos, y así aportar a la construcción de aprendizajes colectivos para la acción transformadora desde y para las mujeres. Formaron parte de esta segunda edición 27 mujeres, provenientes de México, Uruguay, Bolivia, Perú y España, la mayoría provenientes de organizaciones sociales y de base. 

Partimos del hecho de que la Educación Popular Feminista es una propuesta político-pedagógica que tiene como fin la formación de sujetas críticas para transformar las realidades de opresión, violencia y despojo. Busca construir procesos de formación en los cuales las mujeres construyen aprendizajes marcados por el cuestionamiento, la rebeldía, la creatividad y el compromiso. Son procesos en los cuales las mujeres son consideradas sujetas de la producción de conocimientos. Conocimientos que surgen del cuerpo, del pensamiento crítico, de las experiencias vividas, de la memoria histórica, de las relaciones, de las emociones y de las subjetividades. Conocimientos que alimenten las rebeldías personales y colectivas, el reconocimiento de las capacidades de gestar prácticas y saberes desde lugares distintos, de legitimar los conocimientos de las mujeres que han sido invisibilizados y desdeñados.

La estructuración del curso

El curso estuvo diseñado en cuatro módulos que permitieron a las participantes el diálogo –sincrónico y asincrónico– entre pares en la virtualidad. De manera paulatina, transitamos por las metodologías de la educación popular feminista desde una perspectiva crítica, participativa y latinoamericana, procurando, con nuestras reflexiones, aportar al fortalecimiento de los procesos organizativos de las mujeres. 

Los contenidos de cada módulo se orientaron hacia la crítica y autocrítica de los procesos formativos que realizamos, y aportaron a la construcción colectiva de acciones políticas que visibilizaran las problemáticas específicas que afectan a las mujeres, denunciaran las desigualdades, y también las resistencias.  En el centro de nuestros debates, buscamos priorizarnos y reconocernos como constructoras de prácticas transformadoras.

Empezamos conociendo el panorama de la historia, evolución y marco teórico-político de la Educación Popular en Abya Yala, enfocándonos en el cómo las educadoras populares feministas fueron construyendo un enfoque hacia la crítica del patriarcado, fortaleciendo su papel como mujeres y sujetas políticas en la construcción del conocimiento desde la realidad de las mujeres y sus movimientos populares, de base e, incluso, guerrilleros. 

Mantuvimos siempre presente la aseveración de que la metodología de la educación popular feminista busca aportar a los movimientos feministas y así transformar este sistema voraz que nos aniquila, que nos fragmenta, que nos transforma en objetos, que se nutre de nuestro trabajo, esfuerzo y creatividad – despojándonos continuamente. En otras palabras, el compromiso de la educación popular feminista es cuestionar, transformar las realidades de injusticia que todavía viven las mujeres – a pesar de los logros y avances que hemos tenido gracias al movimiento feminista. 

Deconstrucción-reconstrucción

Los módulos del curso estaban relacionados entre sí, de modo que las participantes fortalecieron sus reflexiones sobre el hecho de que ésta es una metodología que se caracteriza por la dinamicidad, creatividad, pasión, valentía, y potencial crítico transformador. Es una práctica que implica la superación de las dicotomías de la modernidad occidental que crea jerarquías de valor entre cuerpo-mente, emoción-razón, privado-público, naturaleza-cultura, entre otras. Implica, además, reconocer los tiempos y ritmos de cada una, desde la aseveración implícita de que las mujeres vivimos múltiples y diferenciadas opresiones, y tenemos diferentes intereses políticos. También pudimos ampliar nuestra mirada a la destrucción y despojo de la naturaleza y los ecosistemas, que va de la mano con las violencias y despojo hacia nuestros cuerpos. 

El curso nos llevó a cada una a romper con las supuestas seguridades que nos proporciona el sistema patriarcal; romper con las violencias aprendidas; romper con la comodidad que nos otorga el papel de víctimas; romper con esquemas profundamente arraigados sobre la vida, el trabajo, la espiritualidad, el consumo, el discurso, el activismo “militante”, entre otros aprendizajes. Fue un proceso colectivo en lo mínimo, doloroso, inquietante y que a la vez nos llevó a volver a reconstruirnos, re-construcción que requiere tiempo, soledad y el dolor de, como semillas, partirnos, rompernos y volver a crecer y florecer. Y al mismo tiempo, pudimos coincidir y sentir la alegría de sabernos aliadas, compañeras de lucha y caminos. 

Un elemento clave en el curso fue la constatación de que la ética y política feminista con y entre las mujeres con las que trabajamos pasa por la construcción de una mirada interseccional, que está en constante revisión crítica y autocrítica, en la cual todas las participantes de un proceso formativo están en constante cambio y reflexión sobre nuestros propios procesos personales y colectivos. Entre los procesos formativos que revisamos, se destaca el taller, que se ha consolidado como espacio privilegiado de la Educación Popular. 

El taller como espacio privilegiado para la construcción colectiva de conocimientos

Como método predominante en los procesos de educación popular feminista, el “taller” es uno de los espacios privilegiados para la construcción colectiva de conocimientos. Paulo Freire se preguntaba: “¿cómo llegar al pueblo y despertar las ganas de luchar?” Y en esta sintonía, nos preguntamos: ¿cómo llegar a las mujeres y despertar las ganas de luchar y transformar el sistema patriarcal capitalista, racista y colonial?

Acompañando las diferentes corrientes y evolución de los movimientos feministas, el taller como método también ha evolucionado, profundizado y ampliado cada vez más su claro fin político de transformar las injusticias. 

Vimos, en el curso, que, para lograr este fin, en el taller se emplean “técnicas” y herramientas didácticas participativas que van más allá de la reflexión analítica y racional por parte de las personas participantes. La apuesta es la de validar otras formas de conocimiento, que surgen no solamente desde el análisis y pensamiento crítico, sino que también de los sentimientos, de la intuición, de las emociones y memoria personal y colectiva. 

Buscamos recuperar el potencial transformador y creador de conciencia política que tiene el taller. Esta perspectiva, -además de superar la excesiva valoración de lo racional frente a lo emocional, y lo mental en contraposición a lo corporal-, es también una perspectiva intencionada, que se orienta hacia un posicionamiento político que cuestiona las dualidades entre razón-emoción, mente-cuerpo, objetivo-subjetivo presentes en nuestras sociedades patriarcales, a modo de recuperar y validar formas de conocimiento de las mujeres que han sido históricamente devaluadas por este sistema.

Renovar las esperanzas

Ser impulsoras de procesos transformativos, para nosotras de Agua y Vida es una gran satisfacción, porque esta es nuestra razón de ser: transformar las realidades de opresión e injusticia hacia realidades en las cuales la vida ocupa el centro. Para terminar, dejamos aquí algunos testimonios de las participantes, que nos inspiran, nos motivan y nos renuevan las esperanzas para seguir realizando y mejorando este curso. 

¡Gracias a todas las personas que hicieron parte!

“Me pareció muy provocador, considero que la estructura del mismo traza una ruta bastante clara que permite analizar la propuesta crítica de la educación popular feminista hasta llegar a lo concreto y analizar nuestras propias prácticas. Los materiales, tanto videos como lecturas son muy potentes, ponen al centro de la discusión la apuesta política de la EPF y cómo a través de ésta se cuestionan las diferentes opresiones que vivimos las mujeres. Pienso que las tareas nos motivan a explorar nuestra creatividad de diversas formas. Los encuentros virtuales abren espacios de discusión muy necesarios y nos orientan no sólo sobre los contenidos del curso, sino también a ser críticas con lo que hacemos, cómo lo hacemos y su finalidad política”.

“Me pareció potente la reflexión política desde la práctica emancipadora de la organización y colectivización de grupos de mujeres. Aprendí de técnicas y métodos de la EPF que ya había llevado sin saber que eran tales, lo cual me dio mucha fuerza e inspiración para seguir caminando estos procesos emancipatorios. Pude escuchar las diferentes apuestas de mis compañeras en sus respectivos caminares, sentí un espacio abierto y seguro para el diálogo y la reflexión”.

“Superó mis expectativas pues las reflexiones que detonó me hicieron analizar lo fundamental que resulta partir de las propias experiencias para la construcción del conocimiento colectivo, crítico y transformador, que permita potenciar las luchas que las mujeres vienen dando para enfrentar las diversas opresiones que nos atraviesan, pero también fijar la mirada en la responsabilidad política que tenemos como facilitadoras”.

“Comprendí lo que es la EPF, pude cuestionarme personalmente mi ser feminista, además de complementar y reforzar mis conocimientos sobre EP y logré organizar mis ideas en torno a una propuesta metodológica práctica con estructura y con fundamentos teórico- conceptuales sólidos”.

“Diría que rebasaron mis expectativas, ya que los materiales de lectura fueron muy bien escogidos, el desarrollo de los módulos, muy bien planeados y resumidos. Además, el conocer las experiencias de las participantes es inspirador y produce empatía entre nosotras. Muchas gracias por ayudarnos a conectarnos con nuestra creatividad feminista”.

“El curso me ha ayudado a entender que para lograr una educación situada hay que hacerlo al revés de cómo nos enseñan, partir de lo interno y no de lo externo, también que como facilitadora es necesario estar en observación y cuestionamiento constante. Me llevó frases, preguntas, que me hicieron desbloquear pensares y sentires. Ahora trato de tener presentes esas palabras clave continuamente para seguir profundizando esas reflexiones”.

Pronunciamiento de la Red de Defensoras del Agua y el Territorio en contra de la criminalización hacia las Defensoras Ambientales

El 15 de julio la Red de Defensoras del Agua y el Territorio acompañó y acuerpo a su compañera Elizabeth Suárez en la rueda de prensa donde se dio a conocer que se retiró la carpeta de investigación en su contra por delitos como pandillerismo y secuestro, este es un gran logro para ella, su colonia y todas las defensoras, porque resalta que pese a la criminalización y corrupción que existe en las diferentes dependencias de gobierno local, estatal y federal aún se le puede arrebatar un poco de justicia al estado.

La Criminalización como forma de silenciar las voces

Ante la depredación voraz de los cuerpos-territorios de las mujeres y los territorios-tierra generada por el sistema capitalista y patriarcal, reforzado gracias a un Estado que no sólo tolera, sino que refuerza estos despojos, las comunidades han buscado organizarse, levantar la voz y tomar los espacios públicos para exigir el respeto y la garantía de sus Derechos.

Como respuesta a estas protestas surge la criminalización orquestada entre el estado y los actores privados hacia los y las defensoras de los territorios y los derechos humanos, esta es una estrategia que el sistema capitalista, racista y patriarcal utiliza para castigar a los y las lideresas de diferentes movimientos sociales, a través de esta estrategia se infunde el temor en las comunidades o territorios y se silencian los movimientos.

Tal es el caso de Elizabeth Suárez integrante del colectivo vecinal “Somos la Maya” y de la Red de Defensoras del Agua y Territorio.

Acá su historia, una historia de lucha, frustración, temor, aprendizajes, fortalezas y un poco de Justicia.

Su lucha comienza así…

Elizabeth vive en la Colonia Maya, una colonia ubicada al pie de una montaña al Sur de San Cristóbal de Las Casas, hace ocho años el dueño de un área vecina a la colonia comenzó la tala indiscriminada del espacio para la construcción de un fraccionamiento, la devastación de la montaña generó la inundación de la colonia, a partir de esa situación la colonia comenzó a organizarse para exigir tanto la reparación de los daños como la protección a la montaña. Se manifestaron por diferentes vías, reuniones en cabildo, denuncias públicas y marchas, como consecuencia de estas protestas Elizabeth y cinco integrantes más de la mesa directiva de la colonia fueron injustamente denunciados por delitos como pandillerismo, ataque a las vías de comunicación, incitación a la violencia, y el más grave, privación de la libertad en grado de secuestro.

Durante seis años tuvieron giradas órdenes de aprehensión por esos supuestos delitos, fueron seis años de frustración por no tener un debido proceso, seis años de vivir con el coraje y la frustración por haber sido criminalizada y criminalizados sólo por defender sus derechos, seis años con el miedo y la indignación de que el Estado no solo no garantiza sus derechos, sino que te señala y castiga si tu misma intentas defenderlos.

Sin embargo, ni Elizabeth ni sus compañeros dejaron de organizarse y luchar por la protección a la montaña y a su colonia. Finalmente, con la ayuda de Amnistía Internacional y el despacho San Ángel, lograron obtener el retiro de la orden de aprehensión girada injustamente en su contra por ejercer su derecho a defender la vida.

En la defensa de los Derechos, las defensoras viven más opresión y violencia

En el pronunciamiento, la Red afirmó que, “como Defensoras del Agua y el Territorio apoyamos, acuerpamos y nos alegramos por nuestra compañera Elizabeth haya alcanzado un poco de justicia, pero nos parece importante señalar que ella no es la única defensora que ha sido criminalizada o atacada por su trabajo en la defensa o ambiental. Es importante reconocer que las dinámicas de opresión y violencia que vivimos las defensoras son diferenciadas a las que sufren los hombres, ya que, para nosotras, además de las amenazas y criminalizaciones, vivimos difamación, acoso, violencia física, emocional y sexual, así mismo, se nos invisibiliza en las tomas de decisiones y en los puestos de poder,  ya que nuestro trabajo amenaza al sistema capitalista- patriarcal, aunado a esto tenemos que señalar que estas violencias no son ejercidas únicamente por el estado, sino también por parte de familiares, comunidades e incluso de  los mismos miembros de las organizaciones”.

En ese sentido, un informe publicado por La Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras señala que en el periodo de  2013 a 2023 se han documentado 35,077 agresiones contra 8,926 defensoras en Mesoamérica (México, Guatemala, el salvador, Belice, Honduras, Nicaragua y Costa Rica), de las cuales 4,504 han sido agresiones contra defensoras u organizaciones de mujeres que defienden la tierra, el territorio y los bienes comunes.

¡No más agresiones y criminalización hacia las defensoras de la tierra y el territorio!

Mama Cash: Primer fondo internacional para la mujer

Por mucho tiempo, y hasta ahora, los problemas, necesidades, propuestas y exigencias de las mujeres no han sido escuchadas por el sistema patriarcal capitalista en sus distintas versiones de poder (estatal, internacional, empresarial, etc.). 

¿Por qué? simplemente porque en este modelo, las mujeres no somos sujetas sino objetos. Entonces ¿a qué financiadora le iba a importar que pasaba con los movimientos de mujeres en la década de los años de 1980?, ¿cuáles eran sus propuestas y necesidades de financiación? Pues sí importó. Importó para un grupo de cuatro mujeres feministas que de manera estratégica y sorora supieron, a través de su activismo, tomar sus condiciones de clase y ubicación geopolítica en el Norte Global para apostar por construir un mundo mejor. Esto las llevó a que en 1983 crearan el primer fondo internacional para la mujer: Mama Cash, enfocado en contribuir al fortalecimiento de los movimientos feministas. 

Las fundadoras; Marjan Sax y sus cuatro compañeras feministas, nos cuentan que la construcción de este fondo feminista no ha sido un camino fácil, porque al haber dinero hay poder. La pregunta, entonces, era: ¿cómo equilibrar esa relación? Así que ellas han creado estrategias que permiten llevar el poder de la financiación a los grupos activistas de mujeres, niñas, personas trans e intersex que luchan por construir un mundo más justo y libre. 

Cuatro décadas construyendo colectividades

El 25 de mayo Mama Cash nos invitó a celebrar este caminar. Fue un espacio de alegría, de compartir, reflexionar, reconocer y agradecer las muchas luchas y logros que se han venido tejiendo. 

En el aniversario nos encontramos con personas de muchas y distantes latitudes: México, Colombia, Ecuador, Malawi (África), Indonesia (Asia) y por supuesto de Países Bajos, entre muchas nacionalidades más. 

Nos reunimos cientos de personas para compartir lo que somos y hacemos. Se hizo presente la apuesta por la justicia climática feminista impulsada desde África, la lucha de la comunidad LGBTIQ+, y la necesidad del autocuidado y cuidado colectivo en la defensa de los Derechos Humanos. También compartimos el espacio con las personas que deciden poner su recurso económico al servicio de las causas sociales. No podemos dejar de mencionar a las integrantes del equipo Mama Cash, quienes hicieron que ese poderoso encuentro fuera posible.  

Desde Agua y Vida: Mujeres Derechos y Ambiente, compartimos a través de una dinámica vivencial, la apuesta política del Cuerpo-Territorio como el primer espacio de lucha, de sabiduría, de protección y defensa. Nos pareció importante crear un espacio de reconocimiento individual y colectivo sobre las historias que habitan en nuestro cuerpo; historias de victorias, aprendizajes, historias de dolor, tristeza, frustración, historias de rabia y alegría, historias de estancamiento, impulso, y determinación. Es importante recuperar todas esas historias porque hacen parte de nuestra vida, de nuestras genealogías y porque es a partir de ellas que construimos todos los movimientos feministas. 

Tal como ocurre en los procesos populares, pasamos de lo individual a lo colectivo, permitiendo un espacio de diálogo corporal más allá de la comunicación verbal, ¿qué me dice el cuerpo de mi compañera?, ¿qué historias la habitan?, ¿qué le dice mi cuerpo?, ¿cómo podemos comprendernos, acompañarnos, fortalecernos a partir de lo que cada una es? 

La apuesta política feminista nos invita a reconocernos y reconocer a las otras, con todas nuestras complejidades, porque es desde ahí dónde podemos aportar a la transformación y construcción de un mundo más sano, es de ahí dónde podemos seguir aportando a ese gran tejido de cambio y esperanza.  

Gracias Mama Cash, gracias a las y los donantes, pero sobre todo gracias a todas las colectividades de mujeres, personas trans e intersex que siguen apostando su tiempo, su energía y su corazón a las justicias sociales, ambientales y climáticas.

Escuela Popular Ecofeminista: Mujeres y Gestión de Agua en San Cristóbal de Las Casas

Crisis Climática, el ciclo del agua alterado y las consecuencias socioambientales, ¿para quiénes?

En este año (2024) la crisis climática se ha dejado sentir con más fuerza. Una de las consecuencias que hemos podido palpar en casi todo el país ha sido la escasez de agua y las sequías durante los primeros seis meses del año, sequías que han sido desde moderadas a severas en el 74.43% del país, seguidas de grandes inundaciones como las ocurridas en el Estado de México, Ciudad de México, Veracruz y Chiapas, por mencionar algunos estados. 

En el periodo de sequía, de los 32 estados que conforman al país, sólo tres no tuvieron regiones afectadas por la sequía, mientras en la temporada de lluvia, 16 estados han sido afectados por lluvias torrenciales e inundaciones

¿Qué nos dicen estos datos? que miles y miles de personas están viviendo tanto en la salud física y emocional, como en la seguridad alimentaria, las consecuencias de la alteración de los ciclos de la naturaleza generados por el sistema capitalista, patriarcal, colonialista y racista. 

Las consecuencias relacionadas con el agua, ya sean la escasez o las inundaciones, generan problemas de salud por enfermedades infecciosas, parasitarias y gastrointestinales. También afecta a las cosechas, el ganado, la pesca, y en la gran mayoría de los casos, hay pérdida de bienes materiales. Otra afectación muy grave son los problemas emocionales que genera, tales como: estrés, ansiedad, depresión y el aumento de la violencia, pero ¿para quiénes?, ¿quiénes viven realmente estas situaciones y sus consecuencias? 

Es importante que afinemos la mirada, porque las consecuencias de la crisis climática no son generalizadas: para las empresas transnacionales, las mineras y los megaproyectos no existen estas problemáticas. Desde el Ecofeminismo y la apuesta por la justicia climática feminista seguimos señalando que las sequías, escasez de agua, inundaciones y demás desastres socioambientales, no afectan a todas las personas por igual. Son los grupos históricamente vulnerados quienes viven las consecuencias en carne y hueso. Son las personas racializadas, marginadas y empobrecidas y de entre ellas las mujeres, niñas y niños quienes cargan con las peores consecuencias. 

Esta realidad que les atraviesa en el día a día, ha llevado a que cada vez más mujeres se preocupen por esta situación y busquen organizarse, levantar la voz. Pero cuando lo hacen se encuentran con un sistema patriarcal y capitalista que se incomoda si ellas hablan. 

Esta historia de luchas y resistencias impulsadas desde las mujeres se repite en muchas regiones, pero en esta nota queremos contarte lo que sucede en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.  

Prepárate para esta historia agridulce

En San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, así como en muchas otras regiones del país, el derecho al acceso al agua en cantidad y calidad ha sido afectado no solo por las sequías sino también por las malas formas de gestión y el ejercicio autoritario del poder municipal que ha permitido la sobreexplotación, contaminación y el acaparamiento de los cuerpos de agua en beneficio de unos pocos. 

La mala gestión del agua que existe en el municipio se observa desde el crecimiento desorganizado de la ciudad, la ausencia de políticas públicas claras respecto a la distribución del agua y omisiones por parte del servicio municipal de agua (SAPAM). La extracción en grandes cantidades de aguas profundas por parte de FEMSA-Coca Cola, la invasión y relleno de humedales (que son los cuerpos de agua que abastecen el 70% de agua a la población), la extracción de los bancos de arena que afectan directamente la recarga de agua de los humedales, así como a la falta de interés político de SAPAM, la dependencia encargada de regular la situación. 

Todas estas problemáticas afectan el derecho al acceso al agua de la población, pero las consecuencias se agudizan en las mujeres, principalmente las mujeres racializadas, marginadas y empobrecidas, pues son ellas quienes buscan subsanar la falta de agua en sus hogares, ya sea por medio de la compra de garrafones, pipas, acarreo o captación de agua de lluvia, y esto cuando hay lluvia. También son ellas quienes atienden las enfermedades gastrointestinales generadas por la mala calidad del agua, como la epidemia de hepatitis A que se vivió este año.  

Pero…. 

Como ha sucedido en muchas ocasiones, en esa parte de la historia no contada, las mujeres están ahí, haciéndose presentes frente a un sistema patriarcal, capitalista y racista que no quiere verlas ni escucharlas. Ellas están ahí organizándose para participar activamente en sus barrios y colonias por la defensa del agua y otros bienes naturales. 

De cara a esta situación en el mes de junio impulsamos la Escuela Popular Ecofeminista: Mujeres y Gestión de Agua en San Cristóbal de Las Casas

Desde nuestra perspectiva política ecofeminista, nos interesaba reunirnos entre mujeres para hablar de estas problemáticas relacionadas al agua, y también construir juntas estrategias para transformarlas. Queríamos, además, fortalecer el poder personal y colectivo de las defensoras del agua. 

La escuela fue realizada desde la metodología de la educación popular feminista, cuyas técnicas fortaleceran nuestros conocimientos y nos permitieron contar con un panorama amplio de cómo las problemáticas del agua se traducen en injusticias ambientales, sociales, políticas y económicas que nos afectan directamente como mujeres. Analizamos los aprendizajes que todavía están presentes en la división sexual del trabajo, en la cual las mujeres son las principales cuidadoras del agua para uso doméstico y familiar, pero que no tienen poder de decisión sobre su gestión. Observamos que esta división sexual del trabajo se traduce, en muchos casos, en violencias físicas, emocionales, sexuales, patrimoniales y económicas para las mujeres. El activismo de las defensoras del agua también ha sido perseguido, denostado y muchas defensoras han sido víctimas de amenazas y hostigamientos debido a su trabajo. 

Por medio de la técnica de la cartografía popular, y a partir del ejercicio sobre la ruta del agua, ampliamos y nutrimos la información sobre el agua en nuestro territorio, así como realizamos un mapeo de actores que aportan a la privatización del agua. Y también identificamos las resistencias y los actores que aportan a nuestras luchas. 

A partir de este trabajo, juntas constatamos que “Defender el territorio es defender todas las formas de vida” (participante del taller, junio 2024). 

Por medio de sus 6 talleres consecutivos, la Escuela permitió reconocer y revalorar el poder y la importancia de las diferentes acciones que las mujeres defensoras están impulsando. Compartimos algunas de las acciones que las defensoras mencionaron: 

“Estamos ocupando cargos que antes sólo los hombres ocupaban, como en el consejo vecinal y el comité del agua”.

“Salimos a marchar para protestar contra las empresas que nos roban nuestra agua”.

“Realizamos denuncias en las redes sociales y la radio”.

“Realizamos conferencias de prensa para informar los problemas que tenemos en nuestro barrio”

Como parte del compromiso que tenemos hacia la Justicia climática y la justicia hídrica, la Escuela fue un espacio para reforzar la politización de las problemáticas del agua. De manera colectiva generamos reflexiones encaminadas a identificar quienes son los verdaderos depredadores del agua. Citamos una de las reflexiones de las participantes:

“Es triste ver que sólo el 4% del agua la utilizamos la ciudadanía y somos quienes buscamos formas para ahorrar el agua, mientras que las empresas utilizan el 96% y no les importa ni están haciendo nada para remediar los impactos de la crisis climática”.

Estas han sido algunas de las reflexiones y poderosos momentos que vivimos durante este proceso formativo que impulsamos desde Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente. La Escuela tuvo la duración de dos meses, fue un espacio que permitió potenciar el reconocimiento de las desigualdades estructurales y que sólo mediante la participación organizada y estratégica de las mujeres se podrá aportar a la resolución de problemas críticos del agua en la ciudad. 

La Escuela Popular Ecofeminista me ha brindado muchos aprendizajes metodológicos, herramientas y ha fortalecido mi trabajo como defensora del agua, así como también me permitió conocer y vincularme con otras mujeres defensoras y reafirmar que todas tenemos la capacidad de encontrarnos y hacernos cercanas en las luchas y en la vida.

V Asamblea del Movimiento de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra y Nuestros Territorios

Durante los días 23 y 24 de marzo de este año, en CIDECI-UNITIERRA, en San Cristóbal de Las Casas, las mujeres organizadas en el Movimiento de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra y Nuestros Territorios se reunieron en torno a la V Asamblea para fortalecerse, convivir, aprender juntas, compartir y celebrar la vida y las luchas.

El Movimiento de Mujeres está conformado por el Colectivo Defensoras de Nasakobajk, de Zona Zoque; por el Colectivo Tsijilba Bij (Nuevo Camino), de la Zona Selva Ch’ol y tzeltal; por la Red de Mujeres de la Costa en Rebeldía, de la Zona Costa; por el Colectivo familiar Mujeres, Zona Altos tsotsil; por el Colectivo Nichim, en Zona Altos tzeltal, y por las compañeras del Colectivo Antsetik Ts’unun, de la Zona Altos.

Las mujeres sabemos que juntas somos más fuertes y que sólo juntas podemos recuperar y afianzar nuestro poder personal y colectivo en contra de los embates del cruel sistema capitalista, racista y colonial que despoja nuestras tierras, territorios, cuerpos e historia.

Estamos informadas y no nos callaremos – denunciamos todo lo que nos despoja

Compartimos nuestros conocimientos sobre la creciente violencia generada por la presencia de la Guardia Nacional, policías y el crimen organizado en nuestros territorios, que generan miedo, preocupación y angustias, pero también amenazas directas a nosotras y a nuestros procesos organizativos por medio de los secuestros, levantones, bloqueos de carreteras, apagones de luz eléctrica, balaceras, entre otras estrategias de control sobre nuestros cuerpos y nuestras luchas.

También compartimos sobre los impactos de los proyectos extractivos en nuestras vidas y en nuestras tierras: la minería, los monocultivos, las grandes carreteras y el mal llamado Tren Maya, destruyen nuestras tierras, contaminan nuestro suelo, afecta nuestro acceso al agua, destruyen nuestros bosques, amenazan nuestra alimentación y nos privan de los medios para la vida digna.

Constatamos que la presencia de los cárteles de la droga son una amenaza constante a nuestros pueblos y culturas debido a la violencia que generan, en especial el acoso a las mujeres y debido a las drogas que representan un grave peligro para las y los jóvenes.

Estamos organizadas, defendemos el territorio y construimos esperanzas

Al lado de tantas violencias, amenazas y destrucción, las mujeres estamos realizando acciones concretas que permiten la vida digna. Estamos reuniéndonos con cada vez más frecuencia y así fortalecemos nuestras redes de contención, apoyo y fuerza. Estamos apostando cada vez más por los cultivos tradicionales, pese a todas las dificultades que tenemos. Estamos aumentando nuestros conocimientos sobre las plantas medicinales y realizando medicamentos, pomadas, tinturas para cuidar de nuestra salud. Estamos construyendo, juntas, mundos en los cuales la vida digna sea una realidad.

Reconocemos que “como mujeres organizadas, es importante y necesario estar informadas, seguir pronunciándonos y dar a conocer lo que sucede. No podemos quedarnos calladas. Es importante mantener las asambleas comunitarias y visibilizar la situación que pasa en cada comunidad. Buscar a más mujeres para organizarnos. Generar propuestas para la vida, el cuidado entre comunidades y hacia la Madre Tierra” (Pronunciamiento V Asamblea, 2024.). Unimos nuestra voz a la de las compañeras que valientemente afirman que Tierra Madre y territorio somos una. ¡Juntas y organizadas venceremos!

Marcha Mundial de Las Mujeres – 24 horas de Acción Solidaria Feminista por Palestina

¡Mujeres en Marcha hasta que Palestina sea Libre de Río a mar!

El pasado 30 de marzo, como parte de la Marcha Mundial de las Mujeres – México, participamos de las 24 horas de Acción Solidaria Feminista por Palestina. Mujeres de todo el mundo nos organizamos para difundir mensajes de esperanza, lucha y solidaridad para las mujeres palestinas. 

El 9 de octubre de 2024, Israel impuso un bloqueo total sobre Gaza, exacerbando una crisis humanitaria sin precedentes debido a su rapidez e intensidad: Israel interrumpió el suministro de agua, alimentos, electricidad, gas y combustible; cerró los pasos fronterizos entre Palestina y Egipto, impidiendo que la población civil intentara salvarse y, al mismo tiempo, impidiendo la entrada de la ayuda humanitaria.

Se trata de un genocidio fríamente calculado, ya que, al mismo tiempo, Israel intensificó el bombardeo en plazas públicas, en viviendas y barrios completos, escuelas, hospitales, mercados y otros centros de seguridad, atención, ayuda y supervivencia. Las cifras arrojan más de 27.300 personas palestinas asesinadas, entre ellas más de 7.000 niñas y niños, y otras 66.000 habrían resultado heridas.

Privar deliberada y premeditadamente a la población civil de los medios elementales para su supervivencia como el agua, alimentos, atención médica y ayuda humanitaria constituye crimen de guerra. Arrojar bombas en centros de ayuda y cerrar fronteras, concentrando la población en la zona de conflicto, impidiendo su protección es claramente un genocidio.

La Marcha Mundial de las Mujeres (MMM) ha denunciado que el 70% de las víctimas son infancias y mujeres, y que “la situación agrava los problemas a los que ya se enfrentan las mujeres. El desplazamiento de sus hogares conlleva la pérdida de sus medios de subsistencia, una mayor vulnerabilidad ante la violencia y mayores dificultades para acceder a la salud reproductiva y materna”.

Las guerras como reflejo del sistema patriarcal capitalista y colonial

Las guerras siempre son intereses estratégicos por la tierra y sus bienes comunes naturales, que los hombres en el poder realizan para aumentar su poder de influencia y dinero. Por eso todo lo relacionado con la guerra es patriarcal: son los hombres en el poder que las impulsan y la crean. Y es capitalista porque se destinan enormes cantidades de dinero para investigación y tecnologías de guerra: armas cada vez más sofisticadas que se producen y se venden. Y es colonial porque somete y despoja los pueblos históricamente excluidos y marginados.

En el contexto de la guerra genocida entablada por el estado de Israel en contra del pueblo palestino, la MMM evidencia que “la ocupación genocida de Israel es un producto más del sistema patriarcal capitalista y se cruza con la destrucción causada por la necropolítica colonialista, racista y autoritaria. Estos sistemas opresivos colaboran para comerciar con armas, construir fronteras militarizadas y explotar conjuntamente nuestros recursos naturales”.

¡Acción solidaria feminista de 24 horas siguiendo el Sol!

En este 2024, desde nuestro compromiso y lucha feminista en contra del patriarcado y sus guerras, desde la MMM-México participamos de las 24 horas de Acción Solidaria Feminista por Palestina. Desde la consigna “¡Mujeres en Marcha hasta que Palestina sea Libre de Río a mar!”, unimos nuestras voces a las voces de todas las mujeres del planeta que no nos cansamos de desafiar los sistemas patriarcales; que luchamos para denunciar, visibilizar y desmantelar las estructuras de opresión y que nos organizamos para soñar, imaginar y trabajar por la construcción de mundos más sanos, justos y libres. Marchamos hacia el futuro, guiadas por la luz de la solidaridad y la promesa de un mañana justo e igualitario.

Las 24 horas de Acción Solidaria Feminista por Palestina, de este 30 de marzo, consistió en que mujeres de todo el mundo, al medio día de cada una de las zonas horarias del planeta, nos pronunciamos de diferentes maneras por el cese al fuego de Israel y sus aliados en contra de Palestina, y generando una corriente mundial que hacía eco de nuestras reivindicaciones comunes por un mundo mejor. Exigimos la urgente necesidad de poner fin, de inmediato, a la ocupación y al genocidio israelíes.

Pues sabemos muy bien que ¡si hieren a una, nos hieren a todas! Y eso no lo vamos a permitir.

22 de marzo: Mujeres que luchan por el agua

En el reflejo del agua, se observan los cientos de mujeres que luchan por cuidarla, respetarla y administrarla para seguir compartiendo la vida.

En marco del 8 de marzo, Día Internacional de Lucha de las Mujeres, y del 22 de marzo, Día Mundial del Agua, desde Agua y Vida y la Red de Defensoras del Agua y el Territorio, realizamos el panel: Mujeres que luchan por el agua. Nuestro propósito fue el de posicionar las luchas y apuestas políticas de las defensoras del agua en San Cristóbal de Las Casas, visibilizar nuestras preocupaciones, dificultades y principalmente las acciones que las mujeres organizadas realizamos para cuidar y defender el agua.

Nunca nos cansaremos de decir que las mujeres somos las principales usuarias del agua para uso familiar y para las actividades de supervivencia; somos las que la usamos para el trabajo doméstico, como la limpieza de la casa, el lavado de ropa y la preparación de alimentos. Y somos las más afectadas cuando no hay agua. El cuidado y la defensa del agua ha sido una lucha histórica de las mujeres, principalmente las mujeres históricamente marginadas y excluidas por el sistema patriarcal racista, capitalista y colonial.

Agua y extractivismo

Los proyectos extractivos como la minería, los monocultivos y la extracción de hidrocarburos afectan directamente al agua por medio de la contaminación con metales pesados y agroquímicos, y así generan una dinámica de escasez de agua para uso humano, para la agricultura y para los animales.

Por ejemplo, con respecto al monocultivo de palma aceitera, una sola planta de palma necesita por lo menos 30 litros de agua diarios. Respecto a la minería, ésta es una información representa todo un reto, ya que la Secretaría de Economía –instancia responsable de proporcionar la información para la ciudadanía– no reporta esta información de manera clara, transparente y confiable. Pero está lo suficientemente comprobado que la minería es una de las actividades industriales que más consume agua y que genera el mayor impacto sobre el medio natural, pues el agua, el suelo y el aire son grave e irreversiblemente afectados por las explosiones, la retirada y transformación de los minerales.

Mientras que empresas y corporaciones cuentan con grandes concesiones de agua, las mujeres y sus familias apenas tienen lo suficiente para sobrevivir – y eso cuando lo tienen.

Agua, crimen organizado y militarización

Los proyectos extractivos conllevan la militarización de los territorios. Las empresas, junto al gobierno, contratan agentes de seguridad privada y pública, y la presencia de las fuerzas castrenses en los territorios incrementan las violencias contra las mujeres: acoso sexual, hostigamiento, amenazas para las defensoras, criminalización de la protesta, desaparición forzada y feminicidios. En los últimos tres años, en Chiapas, la presencia de los cárteles del crimen organizado y los conflictos por el control del territorio se han intensificado, siendo que estos grupos están controlando también el acceso al agua. Los apagones de luz eléctrica y los toques de queda intensifican esta situación, siendo que las mujeres son las más afectadas por la violencia y las problemáticas relacionadas al agua, como la salud y la alimentación.

Las Mujeres Somos Agua

Entre nuestras acciones, además de visibilizar las iniciativas que las mujeres realizan para cuidar y defender el agua, entre las actividades del panel Mujeres que luchan por el agua, expusimos y debatimos sobre cuatro corto-documentales que narran las luchas de las mujeres por el agua.

Desde Zambia, conocimos las luchas de las mujeres de Mukonga Village; desde la Umravam, India, conocimos las estrategias de las mujeres de Gond Adivasi. Desde el estado de Pará, Brasil, conocimos las luchas de las mujeres del Quilombo Ilha de Merces. Y desde San Cristóbal, conocimos las luchas de las defensoras ambientales, plasmadas en el video Somos Agua realizado por Agua y Vida.

Las mujeres estamos realizando muchas acciones para la defensa del agua, a pesar del machismo que vivimos en los movimientos, en la sociedad y la cultura. Pero no nos intimidamos: nos organizamos cada vez más en contra de todas las fuerzas que buscan impedir nuestra lucha para que el agua sea cuidada y preservada.

COP 28 – Otra gran farsa mientras el planeta rueda hacia el abismo

Dos semanas de debate en Dubai. Una conferencia sobre el clima presidida por un magnate del petróleo. Mucha diplomacia económica. Un “nuevo” y tibio llamado a la reducción progresiva de los combustibles fósiles.Aquí les presentamos apenas algunas notas que dan cuenta de la indignación de muchas activistas frente a la COP-28, realizada del 30 de noviembre al 12 de diciembre de este 2023 que ya llega a su fin.

A estas alturas, todas sabemos que Dubai es una ciudad en los Emiratos Árabes Unidos, cuya gran parte de la economía se sostiene en el petróleo. Y esta COP, tal como nos recuerda Info Ecomunidades, se realiza a 5 y 4 años de los reportes del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) de la ONU de 2018 y 2019, que advierten sobre la urgencia de reducir a la mitad el consumo de gas, carbón y petróleo antes de 2030, para evitar un calentamiento global superior a 1.5 grados centígrados. Y después de 27 COP o Conferencias de las Partes que no han conseguido frenar el crecimiento mundial en el consumo de gas, carbón y petróleo y en las emisiones de gases y humos que dañan el clima.

Info Ecomunidades recupera la realidad de que la COP 28 se realizó meses después de terribles eventos climáticos nunca vistos en la historia, como el huracán Otis en Acapulco, de categoría 5, el primero en el Pacifico en tocar tierra , con máxima potencia; el incendio en Maui, Hawái, la catástrofe ambiental más letal en Estados Unidos en los últimos 100 años; los más de 5.000 incendios forestales de Canadá que han duplicado en este año el suelo quemado: más de 10 millones de hectáreas; los incendios forestales de Grecia, los más grandes registrados en Europa; las tormentas gigantes de granizo y lluvias torrenciales récord en China, entre muchos otros eventos climáticos nunca vistos de este año.

Desde una postura comprometida con las organizaciones y luchas de las mujeres, nuestras compañeras de la GAGGA (Global Alliance for Green and Gender Action), lanzaron un llamado urgente a una financiación climática con justicia de género. Su objetivo en la COP 28 fue el de amplificar los mensajes de incidencia de las socias de la alianza GAGGA, garantizar su participación activa, abogar por  apoyo y financiación para soluciones climáticas con justicia de género y denunciar las falsas soluciones climáticas.

Gagga evidenció que 

La crisis climática continúa aumentando y la urgencia de encontrar soluciones significativas nunca ha sido más palpable. Mientras los líderes mundiales se reúnen para la COP28, es crucial que las voces locales, especialmente las de mujeres, niñas, personas trans, intersexuales y no binarias y las comunidades estructuralmente excluidas de mujeres indígenas, afrodescendientes, rurales y jóvenes, no sólo sean escuchadas, sino que lideren las soluciones que proponemos. Para que esto se haga realidad, es necesario alejar el financiamiento climático de falsas soluciones climáticas y distracciones peligrosas, como represas a gran escala y plantaciones de monocultivos, que conducen a violaciones de derechos humanos y destrucción de ecosistemas, y dirigirlo  hacia soluciones climáticas con justicia de género.

Por su vez, las compañeras de AWID, reconocieron que no hay de otra que reírnos en la cara de la captura corporativa. La tragicomedia de estos 30 años de negociaciones por el clima, estos 28 años de Conferencias de las Partes, también nos invitan a la irreverencia política feminista. Pues presenciamos “OTRA cumbre inútil, cara y desgastante que no brindará nada más que grandes retóricas y promesas vacías…”. Esperamos que la COP28 sea una farsa política especialmente desquiciada este año.

Así argumentan las AWID: “mientras la influencia corporativa sigue creciendo en todas las esferas de nuestras vidas, además del catastrofismo climático, este año decidimos recurrir al humor para ilustrar la cuestión de la captura corporativa y, con suerte, proporcionarles un poco de alivio cómico”. Así, salieron a preguntar a las humoristas feministas su opinión sobre la captura corporativa, siempre presente en las COP, y el resultado nos informa y anima a fortalecer nuestras críticas políticas feministas. 

Invitamos a conocer la nota completa, pues nos proporcionan buenas informaciones sobre cómo funcionan estas conferencias, los miles de millones de dólares que las corporaciones usan para desinformarnos sobre los combustibles fósiles – y salirse con la suya, además de perseguir a defensoras. También nos explican qué es eso del greenwashing, nuevo término que en inglés – suponiendo que todas entendemos o queremos entender este idioma – que significa “lavado verde” (recordemos eso del “lavado de dinero”, que también nos costó entender) y que se usa para “nombrar las falsas soluciones, como las finanzas ‘verdes’, la minería ‘verde’, el ‘crecimiento’ verde”, entre otras iniciativas que, a nosotras, nos huelen a engaño y retroceso. Parece broma, pero no lo es. 

La COP 28 y el Acuerdo de París, hipocresía al borde del colapso

Por otro lado, desde la agencia de noticias Tierra Viva, Flavia Broffoni, politóloga y activista en ecología política y emergencia ecológica y climática, también co-fundadora del movimiento de desobediencia civil pacífica Rebelión o Extinción, y autora de Extinción (Sudamericana, 2020), nos dice, con gran valentía y honestidad, que “lo que sucede en estos ámbitos es ridículo. Pero de una ridiculez que roza la obscenidad”. Y sigue evidenciando el greenwashing (lavado de imagen verde):

“Miles de personas volando a decenas de miles de kilómetros, emitiendo una cantidad inmensa de gases de efecto invernadero, no solo por lo que implican los traslados, sino los consumos y la parafernalia de estos eventos. Hoteles de lujo, comida importada, café y carne sustentable del otro lado del mundo, sponsors como Coca-Cola, países anfitriones con miles de activistas presos como Egipto —donde ocurrió el año pasado la reunión— lavando su imagen con la foto de ambientalistas globales disfrutando de su hospitalidad. Este año, la COP 28 está ocurriendo en los Emiratos Árabes, presidida por un jeque con intereses harto demostrados en la expansión de la frontera fósil y en jugar con el precio del petróleo. En ninguna otra COP hubo tantos agentes negociadores de la industria de combustibles fósiles acreditados. La cifra representa un incremento del 400 por ciento respecto al año pasado”. 

¿Qué validez tienen estas conferencias?, se pregunta la autora. Nos interesan sus denuncias y su combativo lenguaje porque despierta la esperanza de que todavía existen mujeres cuya palabra incomoda, interpela, convoca a transformar – algo tan importante en estos momentos en que muchos movimientos sociales, y también feministas, andan desmotivados, sin suficiente poder contestatario al Estado y sus políticas criminales. Les invitamos a leer su artículo completo, pues necesitamos recuperar nuestro potencial crítico y organizativo frente a estos eventos cuyos “pequeños cambios” son más retrocesos que avances.

Calendario Ecofeminista 2024: Reconstruir las Esperanzas y las Utopías por Mundos más Sanos y Justos

Para nosotras es una enorme satisfacción compartirles la versión digital del Calendario Ecofeminisa 2024. El calendario parte de la constatación de que estamos viviendo tiempos cada vez más acelerados, complejos, de muchas luchas antisistémicas y, a la vez, de muchas crisis en todos los ámbitos de la vida y las sociedades. Las violencias, los conflictos, las guerras, el fortalecimiento de grupos neofascistas, las políticas extractivas, la crisis alimentaria y de salud, y tantos otros escenarios nos abruman y nos hacen pensar que no hay futuro.

Sólo de enterarnos nos sentimos rebasadas. Cansadas. Agotadas. Pues junto a este contexto las defensoras sentimos que el tiempo no nos alcanza. No nos da la vida para todo lo que queremos ser, hacer, amar y descansar.

Desde Agua y Vida, hemos estado reflexionando sobre esta realidad. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Qué necesitamos cambiar? En este “ecosistema” de la defensa de los derechos ambientales, nos preguntamos sobre ¿qué elementos nuevos hay que plantar?, ¿cuáles hay que podar, abonar? e, incluso, ¿cuáles tenemos que arrancar desde la raíz? 

Una invitación a reconstruir las esperanzas y las utopías

En nuestras reflexiones, pensamos que un cambio que vale la pena hacer, desde las perspectivas ecofeministas críticas del Sur Global, es aprender de la historia de los movimientos de mujeres y recuperar las utopías. Sí, las utopías soñadas por las mujeres de los movimientos sociales del Sur. Volver a inspirarnos en esta genealogía de valientes y bravas mujeres y, a la vez, adecuarlas a los desafíos y retos del mundo de hoy, en su complejidad y en su dinámica tan, tan acelerada. Hemos visto que hay mucha cosa que podemos aprender, considerar, recuperar y adecuar a los tiempos de hoy. 

Unir el cuerpo y la mente, las emociones y la razón, la poética y la política

Históricamente, el activismo ha estado muy marcado por el pensamiento racional, que nos ha permitido analizar críticamente la realidad y la política. Sin duda, el pensamiento crítico es imprescindible para construir prácticas transformadoras. Sin embargo, somos cuerpo, somos sueños, somos deseo, somos mística, somos poesía. Queremos justicia y también belleza. Limitarnos solamente al pensamiento no nos lleva muy lejos en las transformaciones que queremos construir. 

El Collage Feminista como potencial político y artístico cuestionador

Con estas reflexiones, nos aventuramos a realizar un taller sobre Collage Eco-Feminista Político. En este afán de cambiar las cosas -y sin mucho tiempo para pensarlo- sólo sabíamos que queríamos un proceso formativo en el cual pudiéramos construir desde todas nuestras dimensiones, no sólo la racional. Queríamos encontrarnos entre defensoras desde un espacio de imágenes, creatividad, música, silencio, poesía, en el cual pudiéramos trabajar desde la introspección, desde el necesario silencio para crear. Y silenciar juntas es hermoso. Es necesario. Es reconfortante.

El taller fue una invitación para que, a través del arte y de la creatividad expresáramos con irreverencia y de manera políticamente situada, nuestra crítica al sistema. Es así que, por medio del collage, el Calendario Ecofeminista 2024 quiere generar ideas, consciencia, motivación y esperanzas de que sí podemos construir mundos aparte, en donde la vida digna ocupe el centro de las decisiones. Y en donde las esperanzas y utopías se renueven. 

¡Les deseamos un 2024 en el cual las esperanzas y las utopías por mundos más sanos y justos se renueven y orienten el caminar!

Descarga e imprime el calendario aquí

Manual de Plantas Medicinales

Cuando hablamos de sanar el cuerpo, el alma y el territorio, no podemos dejar de mencionar la medicina tradicional, que siempre ha estado al alcance de nuestra mano.

Saber en qué dolencias pueden ayudar el uso de la manzanilla, el estafiate, el gordolobo, la hierbabuena y la menta – ha sido cosa principalmente de las mujeres. Muchas, en especial las campesinas, solo han mantenido el cultivo y uso de las plantas, sino que han transmitido estos conocimientos de forma oral, entre vecinas y entre familias. Y lo han hecho pese a que, desde la medicina hegemónica, las prácticas y conocimientos de las mujeres sobre la sanación han sido perseguidas y consideradas como superstición o robados y patentados por grandes empresas.

A pesar de ello, las mujeres han sido y son guardianas de estos conocimientos ancestrales y han mantenido su papel como curanderas y sanadoras en las comunidades rurales, así como en barrios y colonias urbanas. De hecho, cada vez son más las mujeres urbanas que se animan a tener sus macetas con algunas plantas medicinales.

Desde la perspectiva ecofeminista, consideramos que la medicina natural, los rituales y los espacios de sanación son estrategias y prácticas políticas. Prácticas que nos permiten unir el cuidado de la tierra con el cuidado de nuestros cuerpos. Nos dan la oportunidad de superar las dualidades y dominaciones creadas desde el sistema patriarcal, en dónde se prioriza la razón sobre la intuición, en dónde la explotación de las mujeres y la naturaleza ha sido la base sobre la que se ha construido el modelo capitalista. 

Sanando nuestros cuerpos, Sanando nuestra tierra

Nos emociona compartir el manual de elaboración de tinturas “Sanando nuestros cuerpos, sanado nuestra tierra”.

Para crearlo, trabajamos de la mano con la Red de Mujeres de la Costa en Rebeldía, con quienes fuimos recuperando y reconstruyendo nuestros saberes sobre las plantas, como acto de resistencia política feminista. Nuestras reflexiones fueron orientadas por una sanadora y acompañante en herbolaria, que nos enseñó a preparar tinturas y reflexionar sobre nuestro potencial para sanar y cuidar.

Este manual busca honrar los saberes de las mujeres en la sanación del cuerpo y del alma, con él, queremos aportar y fortalecer nuestra memoria y nuestro poder de mujeres no solamente para sanar, sino para construir formas de vida en la cual el bienestar físico, emocional y mental sean cultivados con conciencia y sabiduría.

Descarga aquí el Manual de Plantas Medicinales