Memoria del Encuentro sobre Mujeres y Permacultura

Memoria del Encuentro sobre Mujeres y Permacultura

La importancia del enfoque feminista en los postulados de la permacultura consiste en que es importante considerar la estrecha relación entre capitalismo y la explotación y violación de la naturaleza con la explotación y violación de las mujeres en el sistema jerárquico patriarcal.

Mujeres y Software Libre: construyendo nuestra genealogía

Angélica Schenerock

Tal como en los demás ámbitos de la civilización y cultura patriarcal masculinista, las mujeres somos una minoría en los asuntos relacionados al software libre debido a nuestra exclusión educativa, a las desigualdades económicas y a la también desigual división sexual del trabajo y, sin duda, al machismo presente en la cultura hacker. Pese a ello, muchas mujeres sí han podido y sabido usar las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) y más aún las Tecnologías Libres de Información y Comunicación – TLIC, y por ello sus procesos y logros, así como sus aportes al movimiento feminista deben de ser visibilizados.

Si lográramos constituir una historia propia del movimiento de mujeres, podríamos recuperar no sólo el pensamiento de las mujeres instaladas dentro de la pirámide masculinista, donde se pierde su contenido más profundo de subversión, sino que a nosotras mismas.

Aunque no se trata de que las mujeres queramos “ser incluidas” o busquemos “incluirnos” en este mundo de varones y para varones, es importante visibilizar los trabajos y logros de las mujeres impulsoras del software libre, las que están vinculadas a la red o al no tan reciente ciberfeminismo, que es una de las corrientes del feminismo que fusiona los conceptos de ciberespacio y feminismo, término que fue usado por primera vez en 1992 por un grupo de cuatro mujeres australianas que formaron el VNS Matrix (VNS=VeNuS): Francesca da Rimini, Josephine Starrs, Julianne Pierce y Virginia Barratt y también por la teórica inglesa Sadie Plant.

El ciberfeminismo, más que un movimiento, es una herramienta de emancipación, pues promueve la “conexión entre mujeres y la tecnología para investigar y descifrar los códigos de dominación y control de la cultura tecnológica; aprovecha para ello la capacidad de experimentación y las posibilidades que ofrece el ciberespacio para la creación de otras formaciones sociales, otras identidades y otra forma de activismo político” (Asociación Feminista La Cuerda, la Asociación de Mujeres de Petén – Ixqik, Alianza Política Sector de Mujeres, 2010: 82).

Es en este sentido que se vuelve importante rescatar la genealogía de las mujeres1 que no solamente han fomentado las herramientas y políticas del software libre, sino que han usado estas herramientas como forma de activismo en pro de los derechos de las mujeres, de la visibilización de las diversas formas de abuso, violencias y discriminación patriarcal. La importancia de rescatar la genealogía de las mujeres ha sido reivindicada por los diferentes feminismos, principalmente por el feminismo de la diferencia, en donde coinciden, de acuerdo con Villa (1999: 44), en la “necesidad de narrar y hacer visible un pasado en femenino que sistemáticamente ha sido condenado al ostracismo intelectual y al confinamiento socio espacial”.

Con el propósito de contribuir con la visibilización de las mujeres en el debate y en las prácticas relacionadas con el software libre, abajo presento un “remix” desde diferentes fuentes en donde podemos conocer un poco sobre las mujeres que han colaborado en su desarrollo y consolidación, además de que lo han usado como herramienta en la lucha en pro de los derechos de las mujeres y en contra la violencia y la misoginia. La mayoría está conectada con el movimiento feminista, pero no todas.

Esta genealogía no agota el tema, de modo que si conoces algunas otras mujeres, vale la pena que nos compartas.

A la falta de confianza que la amplia mayoría de las mujeres experimenta ante una computadora, se suman las típicas situaciones que deben enfrentar a diario en el ámbito informático como el lenguaje sexista y los chistes machistas en los foros de intercambio, la percepción de la computación como una actividad antisocial (que requiere extensas jornadas de aislamiento dedicadas a la escritura de código) y la falta de modelos femeninos.

1. Mujeres desarrolladoras y activistas del software libre:

Amaya Rodrigo Sastre: española, desarrolladora de Debian y co-fundadora de Debian Women. Es traductora técnica en la Universidad del Rey Juan Carlos y participa en varios proyectos de formación y desarrollo de software libre.

Anne-Marie Schleiner: estadounidense, escritora y artista/diseñadora de juegos. Trabaja desde hace varios años en la construcción del género y la cultura del juego del ordenador. Destaca el proyecto planteado con Sortware Libre: The Open Sorcery Database Project

Celeste Lyn Paul: proveniente de las Universidades de Baltimore y Duquesne. Diseñadora de interacción, investigadora y contribuidora del desarrollo de código abierto. También lidera el KDE Usability Project, mentora de OpenUsability Season of Usability y está involucrada en el desarrollo de Kubuntu.

Debbie Richardson: canadiense, fundadora de LinuxChix.

Erinn Clark: desarrolladora y cofundadora de Debian y lidera actualmente el proyecto Debian Women.

Elisabeth Rodríguez: creadora del grupo UBUNTU Women.

Eva Brucherseifer: alemana, es la ingeniera eléctrica que está detrás de los proyectos KDE-Women, KDE-Edu y KDE-Solaris.

Flavia Marzano: italiana, especialista en Software Libre y administraciones públicas.

Graciela Egurza: argentina, docente de Informática, ha publicado un fantástico texto en el cual narra su propia experiencia de iniciación a Linux.

Hanna Wallach: desarrolladora de GNOME y Debian. Contribuyó a con la fundación GNOME para crear Women’s Summer Outreach Program.

Kristen Carlson Accardi: desarrolladora del núcleo de GNU/Linux, quien trabaja para Intel. Es desarrolladora de controladores desde el año 1990 y comenzó a concentrarse en el desarrollo de controladores para GNU/Linux desde el año 2005.

Machtelt Garrels: es una veterana de Linux y actualmente es consultora e instructora independiente. También es miembro de Linux Documentation Project, lugar que encontró para que sus escritos sean leídos en todo el mundo. Miembro del BSD Certification Group Advisory Borrad, comparte todo su conocimiento sobre la organización de certificaciones. Está colaborando con el grupo sin fines de lucro OpenDoc Society que promueve el uso de estándares libres.

María Leandro “Tatica”: venezolana, activista del software libre, de la fotografía y el diseño. Entusiasta promotora de los eventos para impulsar el software libre en Venezuela, aunque su entusiasmo contagia y anima a toda la gente de habla hispana. Hace video tutoriales sobre GIMP, imparte charlas y talleres por muchas ciudades de Venezuela. Activista de Fedora y también apoya todas las distribuciones.

Mercé Molist: española, periodista. Sus trabajos en importantes medios de comunicación como El Ciberpais, con sensibilidad y especial inquietud por los espacios sociales han permitido acercarnos con mayor proximidad al mundo del Software Libre, los hacklabs, la informática social y política.

Montserrat Boix: española, periodista, coordinadora de Mujeres en Red e iniciadora del grupo Mujeres en Red por el Software Libre.

Nixie Pixel: es una mujer que comparte sus experiencias en Linux con las demás, ayudando a evitar los mismos errores que ha cometido. Fanática del juego, los revisa y da a la gente una idea de lo que es bueno y lo que no es bueno acerca de ellos antes de comprar. Su verdadero amor es la creación de videos que hacen hacer reír a los geeks.

Pia Waugh: australiana, está completamente dedicada al software libre. Es actualmente la presidenta de la organización Software Freedom Day y vicepresidente de Linux Australia.

Sarah Sharp: es un hacker del Kernel de Linux en Intel’s Open Source Technology Center. Nos trajo USB 3.0 para linux. En su tiempo libre, es voluntaria de la Sociedad Estatal de Portland, aeroespacial, de open source/open hardware que construye cohetes amateur. Sarah es también un miembro del grupo Portland’s Code ’N Splode group.

Stormy Peters: fue gerente del programa de Hewlett-Packard para el código abierto. Recientemente fue nombrada Directora ejecutiva de la Fundación GNOME, de la cual fue co-fundadora. Está involucrada en la comunidad de GNOME desde el año 1999.

Sulamita García: responsable de LinuxChix Brasil, impulsora de la formación de mujeres y TIC.

Teresa González de la Fe española, catedrática de Sociología en el Instituto Universitario de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad de La Laguna, de Tenerife. Implicada desde hace años en la investigación sobre software libre como alternativa ética y social en las TIC.

Valerie Henson: proveniente del Tecnológico de New México. Programadora del núcleo de GNU/Linux especializada en el desarrollo de sistemas de archivos (filesystems).

En el mundo de la ciencia y tecnología no se ha tomado en cuenta el aporte y los avances que sobre igualdad real brindan las teorías feministas. Por esto en la comunidad por el software libre, las concepciones de libertad, igualdad y propiedad descansan aún en visiones tradicionales impregnadas de una jerarquía patriarcal que ignora la participación igualitaria de las mujeres.

2. Comunidades virtuales de mujeres

Les Pénélopes: son un grupo de 60 feministas francesas pioneras en la utilización de Software Libre, que en 1996 crearon una de las primeras páginas webs de mujeres. En 2001, Les Pénélopes crearon un programa llamado SPIP para publicar en la web al estilo weblog, donde se da la plantilla ya hecha y la usuaria sólo tiene que rellenar los campos de título y texto. Inicialmente en francés, hoy el SPIP está traducido a varios idiomas y parte del hecho de que, en general, existen más mujeres que hombres como creadoras y usuarias de los weblogs.

Mujeres en Red ha colaborado en la traducción no sexista al castellano del programa y el manual -evitando la utilización permanente del masculino en las expresiones como usuario, administrador, etc. – y ha apoyado la traducción de SPIP al euskara. En la actualidad numerosas páginas feministas del Estado Español se editan con éste programa, desde el Periódico Feminista, Mujeres Mediterraneas, Mujeres Iberoamericanas o la Xarxa Feminista del País Valencià. Recientemente se han sumado a la utilización de SPIP las feministas italianas de Il Paese delle donne. Lo atractivo de SPIP es que lleva incluido un manual y funciona indistintamente con Windows y Linux.

LinuxChix o Chicas Linux: de Canadá, y fundada en 1999 por Debbie Richardson, es la red internacional más importante de mujeres implicadas en Linux aunque el interés de los grupos de trabajo varía según los países. Tiene como objetivos brindar un espacio de encuentro y apoyo técnico para mujeres que tienen a Linux y el software libre como un interés común. Pero el objetivo más importante de esta comunidad es el incentivar a las mujeres a la participación e iniciación en el mundo del software libre mostrándoles que sí es posible participar activamente, apoyando de esta forma la causa iniciada por LinuxChix. En su página web, hay una pestaña con un rescate histórico de las muchas mujeres en la informática y en la creación de los ordenadores. De especial interés también el grupo LinuxChix-Brasil creado en el 2000.

Uganda Wougnet: también pioneras, la Red de Mujeres de Uganda (WOUGNET) es una Organización No Gubernamental creada en año 2000 por varias organizaciones de mujeres en Uganda para desarrollar el uso de las tecnologías libres de la información y la comunicación con las mujeres como forma de compartir información y abordar los problemas de manera colectiva. A la par de investigar y desarrollar el software libre en África, las que conforman WOUGNET analizan cómo el software libre y la web pueden ser integrados a los medios tradicionales de intercambio de información y la difusión como la radio, el video, la televisión y los medios impresos. De este modo, asumen el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las mujeres mediante la mejora de sus capacidades y oportunidades para el intercambio, la colaboración y el intercambio de información.

Si bien el énfasis está dirigido a las tecnologías de Internet, WOUGNET desarrolla las siguientes actividades, a través de tres grandes áreas de trabajo: intercambio de información y trabajo en red; soporte técnico, y género y promoción de políticas de TIC. WOUGNET parte del hecho de que las nuevas TLIC, en particular, el correo electrónico e Internet facilitan la comunicación entre ellos y la comunidad internacional.

OTRAS: el grupo de mujeres Organizadas por Tecnologías y Recursos Abiertos y Sostenibles surgió en el año de 2009 como una iniciativa de un grupo de mujeres que integran la Comunidad Software Libre Centroamérica. En sus inicios, se denominó Centroamericanas por el Software Libre pero fue ampliándose a partir del trabajo de reflexión sobre sus objetivos y al recibir solicitudes de inscripción de mujeres de regiones distintas a la centroamericana.

Aunque OTRAS enfatiza el Software y la Cultura Libres, está abierto a mujeres que trabajan en campos relacionados con la tecnología en general. OTRAS asume el propósito de contribuir con una mejor y más amplia inclusión de las mujeres en los espacios relacionados con las nuevas tecnologías de información y comunicación a través de la reflexión sobre la condición de las mujeres en dichos espacios; la visibilización de los aportes de las mujeres; el compartir de los conocimientos; la formación y soporte técnicos; y el apoyo personal. Parten del hecho de que el espacio relacionado con las tecnologías e informática es excluyente y ajeno a las mujeres, y que ello no es diferente en las comunidades de Software Libre, todavía dominado por varones y, por ende, en donde no se visibilizan el papel de las mujeres.

FOSSchix: Free and Open Source Software Chix – FOSSchix es una red Internacional de Mujeres que promueven el Software Libre, creada por y para mujeres colombianas que se interesan por la cultura y el software libre. El trabajo que realiza el grupo es motivar a las mujeres para que participen y se inicien en el mundo del software libre ya sea en el desarrollo, investigación o difusión.

FOSSchix forma parte de la red de comunidades que impulsa y promueve la Fundación Casa del Bosque, una organización conformada por un equipo interdisciplinar que orienta sus conocimientos y acciones a la promoción de las tecnologías libres, la cultura digital y sus derechos, el activismo tecnopolítico, la reducción de la brecha digital y el empoderamiento tecnológico ciudadano.

El trabajo de FOSSchix se orienta por la difusión del software y la cultura libre; la participación activa de las mujeres en el mundo de las tecnologías libres; la creación de espacios de difusión y aprendizaje sobre género y tecnologías; los procesos de empoderamiento tecnológico con enfoque de género a través del manejo de tecnologías libres; la participación activa de las mujeres en investigación, promoción y desarrollo de tecnologías libres; la organización de eventos donde se promueven el software y la cultura libres.

KDE-Women: lanzada oficialmente en 1998, KDE es una comunidad internacional que desarrolla el software libre, produciendo un entorno de escritorio (el escritorio de KDE es uno de los más utilizados en las distribuciones de Linux) y otras aplicaciones e infraestructura de desarrollo para sistemas operativos como Mac OS X y Windows, a pesar de enfocarse en GNU/Linux. KDE es grupo fue pionero entre las comunidades de desarrollo de Software Libre y en la creación de un grupo de trabajo específico de mujeres. Así que KDE Women es un grupo de mujeres de la comunidad KDE, cuya finalidad es promover que más mujeres se involucren en el Open Source y se apoyen mutuamente para compartir logros y resolver dificultades técnicas y personales.

Debian Women: es un subproyecto del Proyecto Debian, creado en 1993 como una de las principales distribuciones de Linux. El proyecto Debian Women fue creado en 2004, con el propósito de equilibrar y diversificar el Proyecto Debian fomentando la participación activa de las mujeres interesadas y comprometidas con el software libre.

Sus acciones han consistido en la creación de una lista de correo (http://lists.debian.org/debian-women/) para la discusión, el intercambio de ideas, y la colaboración en proyectos Debian; la ejecución de un canal de IRC para la discusión de temas relacionados, preguntas técnicas y para que las mujeres que estén interesadas en contribuir a Debian puedan conocerse; creación de espacios que promuevan en análisis sobre los problemas que enfrentan las mujeres y su participación en Debian y Linux; realizar pláticas y conferencias en universidades y escuelas, y alentar y educar a la comunidad de Debian para aumentar la comprensión de los problemas específicos que enfrentan las mujeres que desean contribuir más a Debian.

Nota interesante: la esposa de Ian Murdock, iniciador del proyecto, se llama Debra así que para dar nombre a la distribución unieron sus nombres. “Debian”.

Fedora Women: es un grupo creado en 2006. Fedora está relacionado con la distribución de Linux creada por la compañía estadounidense Red Hat. Parten del hecho de que debido a que sólo el 1.5% de las desarrolladoras de software libre y de código abierto (FOSS) son mujeres, Fedora Women se constituye como espacio virtual de encuentro, unión y empoderamiento de las mujeres en contra de los estigmas relacionados a las desigualdades de género en la Red, que son uno de los principales impedimientos para el éxito de las mujeres en el desarrollo delsoftware libre. Desde su lanzamiento en 2006, Fedora Women ha buscado aumentar la conciencia de la comunidad virtual hacia la importancia de la participación de las mujeres en el Proyecto Fedora. En este sentido, sus acciones han consistido en: proporcionar un foro para las mujeres en la Comunidad Fedora; proporcionar una voz más fuerte para las mujeres de la comunidad Fedora, y evitar la segregación sexual en la comunidad Fedora.

Apache Women: Apache es el servidor http más usado. El grupo de Apache Women se formó para ayudar y orientar a las mujeres a participar activamente en proyectos de Apache.

GNOME Women: El proyecto GNOME (GNU Network Object Model Environment) surge en agosto de 1997. GNOME Mujeres es un grupo dedicado a proporcionar el estímulo para que las mujeres contribuyan con GNOME, una aplicación gratuita y de código abierto GNU / Linux y Unix escritorio suite. Tienen un canal de IRC (chat) # gnome-mujeres en irc.gnome.org. La lista de correo es su principal canal de comunicación, así como el grupo de mujeres en GNOME Facebook. Por su vez, El Programa de Extensión de la Mujer anima a las mujeres a involucrarse en GNOME y organiza pasantías para mujeres en GNOME y otras organizaciones. La lista de los mentores de GNOME que comenzó como un recurso para el Programa de Extensión para las mujeres, ahora es un recurso general a disposición de todas las recién llegadas.

Mozilla Women: Comunidad de Mujeres desarrolladoras de Mozilla, que tiene por objetivo promover la visibilidad y la participación de las mujeres en las comunidades de software libre. Parten del hecho de que las soluciones para la mejora de las tecnologías deben proponerse con el fin de mejorar la visibilidad de todas las minorías, que por diversas razones no pudieron tener igualdad de acceso a las computadoras o Internet, como es el caso de las mujeres.

Ubuntu Women: El proyecto Ubuntu Women fue fundado en 2006 y tiene como objetivo fomentar la colaboración y participación de las mujeres a través de la tutoría y la inspiración. El equipo femenino Ubuntu tiene muchos proyectos por medio de los cuales buscan potenciar la visibilidad de las mujeres en todos los ámbitos de Ubuntu.

Genderchanges: grupo holandés conformado por hombres y mujeres identificadas con las minorías de género. Están centradas en el software libre y de código abierto como una decisión política.

Haecksen: es una red alemana de mujeres fundada en 1988 en el seno del mítico Caos Computer Club y dispone desde hace varios años de espacio propio en el congreso CCC. El objetivo de Haecksen es mostrar que las niñas y las mujeres pueden manejar la tecnología con toda naturalidad creativa y que la imagen de que sólo los hombres son “piratas” en la red – es falsa.

Mujeres en Red por el Software Libre… y no sexista: red española que surge a finales del 2002 con el objetivo de crear un espacio de empoderamiento para las mujeres en Software Libre. Se reivindica que los programas realizados con SL utilicen un lenguaje no sexista y que evite la exclusión de las mujeres.

Notas

1“Desde el feminismo postmoderno, Rosa Rodríguez, a partir de su crítica a las obras de Foucault, desarrolla el concepto de genealogía feminista, particularmente con base en sus críticas al método arqueológico y a la genealogía, aplicándolos a la situación específica de las mujeres. La genealogía feminista que propone Rodríguez deconstruye y analiza los procesos en función de una reconstrucción autónoma, recupera y crea la propia memoria, crea sus propios mitos colectivos y ficción, nunca reducida a una mera galería de damas ilustres. Implica el descubrimiento y rehabilitación de las figuras femeninas en la Historia y en el Pensamiento, entre otras” (Asociación Feminista La Cuerda, la Asociación de Mujeres de Petén – Ixqik, Alianza Política Sector de Mujeres, 2010: 82).

Bibliografia:

Asociación Feminista La Cuerda, la Asociación de Mujeres de Petén -­ Ixqik, Alianza Política Sector de Mujeres, 2010, Escuela de Formación Política Feminista: Módulo 1: Genealogía Feminista, La Otra Cooperativa/Editorial La Trilla, Guatemala.

Boix, Montserrat, s.f., Visibilizando a las mujeres en el Software Libre. Grupos y nombres de mujeres comprometidas en proyectos, en Mujeres en Red, el periódico feminista, http://www.mujeresenred.net/spip.php?article717 consultada el 19 de agosto de 2013.

Mujeres en Red por el software libre… y no sexista, tomado de: http://www.mujeresenred.net/software_libre/indexsl.html Consultada el 19 de agosto de 2013

Las mujeres también usan y desarrollan software libre, tomado de: http://blog.desdelinux.net/las-mujeres-tambien-usan-y-desarrollan-software-libre/ Consultada el día 19 de agosto de 2013

Articulo publicado en Revista Pillku: Amantes de la Libertad

Reflexión: Los bienes comunes desde la perspectiva de las mujeres

¿Estamos de acuerdo en pagar por el agua en calidad y cantidad adecuadas? ¿Estamos de acuerdo en perder nuestra capacidad de escuchar nuestro cuerpo y confiar en su capacidad de autosanación? ¿Estamos conformes en ya no tener la memoria histórica del uso de plantas medicinales? ¿Realmente no nos importa la destrucción de bosques y el no oír el canto de los pájaros o el croar de las ranas? ¿Será que ya no somos capaces de maravillarnos con la naturaleza, el mar, los cerros, las flores que nos hacen suspirar como si fuera una poesía? ¿Y qué decir del silencio, que nos da la oportunidad, tan escasa en los días de hoy, de conectarnos con nosotras mismas? ¿Y si tuviéramos que pagar para recibir el calor del sol, para ver el centellear de las estrellas y hasta para respirar el aire puro? ¿Qué perspectivas de futuro vislumbramos frente al creciente proyecto patriarcal capitalista de privatización de las diferentes formas de vida y de conocimientos?

Estas interrogantes, y otras relacionadas con la cultura, el conocimiento y la tecnología, forman parte del debate sobre los commons, concepto anglosajón traducido en los últimos años como “comunes”, “bienes comunes”, “ámbitos comunes”, “ámbitos de comunidad”, “procomún”, “lo nuestro” – solo por mencionar algunos de los términos más usados. Los comunes, bienes comunes, procomún, ámbitos de comunidad, ámbitos comunes, revelan diferentes y distintas experiencias, así como una diversidad de voces y actores sociales que se han dado la tarea de repensar, cuestionar y transformar la organización de la vida y sobretodo la economía basada en los perniciosos parámetros capitalistas desarrollistas.

De manera general, los comunes aluden a los elementos que, en una comunidad o territorio específico, son gestionados, cuidados y distribuidos entre todas y todos que la conforman, como por ejemplo:
Comunes naturales: tierras, bosques, cerros, plantas, aguas, playas, océanos, minerales, metales, cielo, aire, semillas criollas, animales, y mucho más.

Comunes Científicos/tecnológicos: ADN, todos los conocimientos, métodos y técnicas ancestrales: partería, herbolaria, prácticas de sanación, métodos de cultivos, herramientas, construcciones y transporte, recetas de plaguicidas, abonos, entre otras; museos, acervos, bibliotecas, escuelas, sotfware, Internet, radio, etc.

Comunes Culturales: música, literatura, cine, culinaria, instrumentos musicales, centros ceremoniales, cosmogonías, danzas, rituales, arte manual.

Pese a ello, existe el riesgo de incurrir en la concepción de los comunes como un “bien”, que no es muy diferente que una “cosa”. Así, estas definiciones corren el peligro de reducirse a una mera sustitución de los conceptos de “recursos naturales” o “recursos económicos” o peor aún “recursos humanos” al de “bien común”. En otras palabras, lo que hace que algo sea común es su sentido comunitario: no se trata de sus características intrínsecas, sino que tiene que ver con las relaciones que se construyen y se establecen en un ámbito colectivo o comunitario específico.

Actualmente, el debate sobre los comunes no ha considerado las diferencias de poder entre hombres y mujeres en las relaciones, en el acceso y poder de decisión sobre los comunes. El debate no solamente está marcado por una irreal neutralidad, en donde “todo es de todos” con las mujeres “incluidas”, sino que no ahonda en las desigualdades en la gestión de los comunes.

El patriarcado ha buscado, por todos los medios, fomentar la inferioridad de las mujeres. Las dicotomías occidentales entre cuerpo y alma, naturaleza y cultura siguen vigentes, y las mujeres hemos ocupado el lugar del cuerpo que debe de ser controlado (obviamente por el varón) y de la naturaleza que debe de ser conquistada (por el sistema patriarcal capitalista). Nuestro cuerpo ha sido y sigue siendo propiedad privada de los varones, objeto de consumo, carnada comercial para vender carros, llantas, cervezas, electrodomésticos, comidas, cosméticos, vestimenta, productos de limpieza, todas las cosas que mantienen y mueven el capitalismo y el capital.

Es imprescindible profundizar de manera significativa en las diferencias de poder que se manifiestan en la exclusión histórica de las mujeres en los espacios de creación de conocimientos, del acceso y poder de decisión sobre la tierra, del agua, de los bosques y semillas criollas. Durante siglos los conocimientos y saberes de las mujeres han sido privatizados o entonces invisibilizados en el discurso neutral de los saberes de la “comunidad” o de la “humanidad”. Una vez que nos han transformado en cuerpo-para-otros, a las mujeres no se nos reconoce como seres pensantes y forjadoras de culturas o civilizaciones.

Las mujeres hemos sido torturadas y quemadas vivas en la hoguera por conocer las plantas medicinales, por ser parteras y desafiar al mandato divino del parir con dolor; por ser médicas y conocer los misterios de la vida y de la muerte. Son muchos los ejemplos en donde las mujeres, en la civilización patriarcal, hemos sido penalizadas con la muerte por pensar y saber. Hasta hace poco tiempo, las mujeres han tenido que usar pseudónimos masculinos para poder publicar sus obras; en otros casos, sus ideas y pensamientos fueron usurpados por sus maridos, amantes o “tutores”.

El discurso sobre los bienes comunes con respecto a los saberes y al conocimiento no puede ser neutral en este aspecto ¿Cómo las mujeres podemos compartir nuestros saberes en una sociedad y cultura que nos penaliza por pensar o que usurpa nuestros conocimientos? ¿Cómo hablar de alfabetización digital si ni tenemos la alfabetización básica? Es evidente la poca participación de las mujeres en los espacios de las no tan nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación. En el caso de Wikipedia, enciclopedia de mayor rango de consulta en Internet, la participación de las mujeres todavía es muy limitada, y revelan que la gran mayoría de las mujeres todavía no cuenta con elementos básicos como el tener una computadora y acceso a internet, nivel educativo, tiempo, motivación, curiosidad y habilidades para la investigación.

Para que la propuesta contra hegemónica de reorganización de la sociedad conforme los principios de los ámbitos comunes y del procomún realmente sea efectiva, ésta debe de orientarse hacia la transformación de las relaciones desiguales de poder entre mujeres y hombres en el sistema patriarcal y, por ende, en la transformación de este propio sistema. Y en esta empresa las mujeres tienen mucho que aportar, empezando por una lectura crítica de las construcciones teóricas sobre los comunes y sobre las prácticas existentes en los ámbitos comunes. Esta lectura solamente puede ser realizada desde nuestros lugares concretos, tanto físico-geográficos, territoriales, como desde nuestra historia y lugar sociocultural. Solamente las mujeres podemos realizar con la necesaria honestidad histórica y política el escrutinio crítico de los supuestos y teorías sobre los comunes que no consideran la realidad histórica de las mujeres en el sistema patriarcal.

Informe Alternativo de los Derechos en la Cuenca del Valle de Jovel

Informe Alternativo de los Derechos en la Cuenca del Valle de Jovel

El objetivo del presente Informe es visibilizar las problemáticas ambientales en la región que abarca la Cuenca del Valle de Jovel y como estas problemáticas afectan el disfrute de los derechos a la educación, a gozar de los beneficios del desarrollo y al ambiente sano, así como los derechos de las mujeres. Esperamos que el mismo pueda ser motivador de otros informes y también acciones orientadas a revertir
estas problemáticas y, por qué no, motivar e inspirar la organización y participación social y ciudadana en materia de ambiente.

Documento de Orientaciones de Políticas Públicas Ambientales

Documento de Orientaciones de Políticas Públicas Ambientales

Este documento consiste en el resultado final del proyecto Con el Ojo en el Agua: hacia la organización social y política en la Cuenca del Valle de Jovel, Chiapas.

El objetivo del mismo consistió en impulsar el desarrollo sustentable en la región de la Cuenca del Valle de Jovel por medio de acciones orientadas hacia la cultura ambiental y la creación de sinergias entre diferentes sectores sociales.

Indicadores sobre Mujeres, Agua y Ambiente

Indicadores sobre Mujeres, Agua y Ambiente

Esta publicación pretende visibilizar la situación de las mujeres en la región que conforma la cuenca del Valle de Jovel por medio de indicadores ambientales, con el fin de que las instancias sociales,académicas y gubernamentales responsables de impulsar la participación social y ciudadana de las mujeres y coadyuvar en la transformación de las exclusiones y desigualdades que ellas viven con respecto al acceso, control y poder de decisión con respecto a los bienes comunes, cuenten con elementos para sus análisis y trabajo.

Diplomado Buen Vivir y Bienes Comunes

Diplomado Buen Vivir y Bienes Comunes

El objetivo del Diplomado en Elaboración de Proyectos sobre el Buen Vivir y Bienes Comunes fue el de capacitar a las y los jóvenes indígenas de Chiapas para la comprensión y el análisis crítico del paradigma de desarrollo y para la elaboración de propuestas de acciones que impulsen en Buen Vivir en sus comunidades.

Agenda Chiapaneca de las Mujeres en Agua y Cambio Climático

Agenda Chiapaneca de las Mujeres en Agua y Cambio Climático

La agenda Chiapaneca de las Mujeres en Agua y Cambio Climático consiste en los resultados de un proceso de encuentros, diálogos y análisis entre mujeres pertenecientes a diferentes sectores sociales y políticos sobre la urgencia de visibilizar sus problemáticas específicas con respecto al cambio climático, principalmente en la Cuenca del Valle de Jovel, y así construir sinergias en torno a la construcción de compromisos interinstitucionales locales sobre mujeres y cambio climático, desde la perspectiva de sus derechos.

Esta agenda pretende impulsar el firme compromiso político y social por revertir las situaciones que provocan la vulnerabilidad de las mujeres frente al cambio climático, situación que requiere de acciones conjuntas entre sociedad y gobierno, así como la adopción de medidas concretas para garantizar la participación y la incidencia de las mujeres en los procesos de elaboración de políticas públicas.

Mujeres y Bienes Comunes: apuntes para un debate necesario

Angélica Schenerock

El hambre y las enfermedades que azotan al mundo, son la cara más viva de los horrores de esta civilización patriarcal y sus instituciones, cuyas ideologías han controlado y controlan los cuerpos y pensamientos de los seres humanos, sus creencias y sus conocimientos, sus deseos y sus sueños, sus alegrías y sus dolores, su alimentación y su vestimenta, su salud o enfermedad, sus ideas y sus sueños, en fin, que controla la vida, principalmente la de las mujeres.

El debate sobre los bienes comunes se inserta en este contexto en el cual los rumbos que está tomando el proyecto capitalista lo hace cada vez más peligroso para la subsistencia de la vida humana y la vida del planeta. Es un debate que alerta hacia el peligro de las privatizaciones y el recrudecimiento de la exclusión de la gran mayoría de seres humanos del acceso a los elementos que posibilitan la vida, como el agua, la tierra, el aire, los mares, los bosques, las plantas, las semillas; y los elementos por medio de los cuales la vida se manifiesta, como las culturas, el arte, la sabiduría y el conocimiento, las tecnologías, las prácticas, las relaciones que construimos con el entorno.

De acuerdo con Silke Helfrich, en el prefacio al libro Un mundo patentado: la privatización de la vida y del conocimiento, el debate sobre los bienes comunes denuncia la relación entre la privatización de la vida por medio de la ingeniería genética aplicada a las plantas, animales y a los seres humanos – y la privatización del conocimiento generado por las tecnologías de la información y comunicación.

Pese a esta riqueza y pertinencia, hasta ahora el debate ha estado marcado por la neutralidad con respecto a las desigualdades de poder entre mujeres y hombres en el acceso a los comunes. Debido a ello, aquí propongo algunos apuntes para que reflexionemos sobre el hecho de que los comunes no han sido tan comunes para las mujeres en el transcurso de la historia y del presente, y que tampoco lo serán en el futuro si el debate no asume el compromiso de una real transformación del sistema patriarcal en el cual se sostiene el capitalismo y su paradigma desarrollista.

Teniendo como punto de partida las violencias, exclusiones e invisibilidad a la que estamos sometidas por el sistema patriarcal y capitalista, la pregunta que surge es porqué hasta ahora las mujeres hemos estado ausentes del debate sobre los comunes, ausentes en el sentido de que dicho debate no ha incluido de manera comprometida las problemáticas específicas de las mujeres y toda la complejidad que ello conlleva.

Finalmente, la idea es que estos apuntes nos inquieten, nos motiven, nos reten a repensar el discurso sobre los comunes desde la perspectiva de las mujeres lationamericanas, ubicadas histórica y geopolíticamente en contextos de hambre, pobreza, exclusiones y violencias, y también en contextos de organización, de creación de significativos espacios de rebeldías teóricas y prácticas, atrevimientos, resistencias, actuancias para transformar esta civilización basada en la muerte y depredación.

1. El cuerpo de las mujeres como bien común

La opresión de las mujeres en el sistema capitalista radica en que este está marcado por la estratificación social, por la jerarquización, la división sexual del trabajo y por la propiedad privada de las cosas, principalmente de las personas. Nuestro cuerpo de mujeres ha sido y sigue siendo propiedad privada de los varones, objeto de consumo, carnada comercial para vender carros, llantas, cervezas, electrodomésticos, comidas, cosméticos, vestimenta, productos de limpieza, todas las cosas que mantienen y mueven el capitalismo y el capital. Ha sido objeto de deseo y lascivia, receptáculo de misoginias, violencias, cuya manifestación actual son los feminicidios y nuestro control por medio del miedo: miedo a decir lo que pensamos y sentimos en las estructuras patriarcales; miedo a hacer, vestirnos y movernos como queramos en los espacios públicos varoniles, como la calle.

En el sistema patriarcal los varones se adjudican el poder y el derecho de propiedad sobre nuestros cuerpos y los controlan por medio de la violencia física, sexual, emocional, económica y social. Independientemente de la clase social, económica o cultural que pertenezcamos, hemos sido reducidas a objeto, un “bien”, una propiedad privada que se manipula, que se vende y que se compra. ¿Por qué el tema de la privatización de los cuerpos de las mujeres y el derecho de propiedad que los varones asumen sobre nuestras vidas no ha estado presente en el debate sobre los comunes? ¿Cuáles serían las consecuencias de esta problemática en dicho debate? Considero que estas serían las primeras interrogantes sobre las cuales reflexionar, discutir y dialogar, si queremos que el debate sobre los bienes comunes haga justicia con la realidad concreta de las mujeres, tanto en el pasado como en el presente. Y no se trata de “incluirnos” como “eje transversal”, tal como hacen algunas políticas gubernamentales y algunos enfoques de las organizaciones y movimientos sociales. Lo que queremos es un debate honesto que reconstruya los espacios del poder, de construcción de conocimientos que abogue por una transformación real del sistema, y no costuras en algo caducado por medio de parches de inclusión.

2. Los Saberes de las mujeres como bien común

Las mujeres hemos sido torturadas y quemadas vivas en la hoguera por conocer las plantas medicinales, por ser parteras y desafiar el mandato divino del parir con dolor; por ser médicas y conocer los misterios de la vida y de la muerte. Son muchos los ejemplos en donde las mujeres, en la civilización patriarcal, hemos sido penalizadas con la muerte por pensar y saber; hemos tenido que usar pseudónimos masculinos para poder publicar nuestras obras; en otros casos nuestras ideas y pensamientos fueron usurpados por el padre, el marido, el amante o el “tutor”. El discurso sobre los bienes comunes con respecto a los saberes y al conocimiento no puede ser neutral en este aspecto.

Durante siglos los conocimientos y saberes de las mujeres han sido patentizados o entonces invisibilizados en el discurso neutral de los saberes de la “humanidad” o de la “comunidad”. Como todas lo sabemos, las comunidades humanas no solamente tienen conocimientos diferenciados de acuerdo al sexo, edad y status de cada miembro, sino que también una desigual división sexual del trabajo y, por lo tanto, accesos desiguales a los elementos del ecosistema, a las tecnologías, al poder y a la toma de decisiones.

Una vez que hemos sido y somos cuerpo-para-otros, a las mujeres no se nos reconoce como seres pensantes y forjadoras de culturas o civilizaciones. Históricamente, las mujeres hemos sufrido trabas de todo tipo para disponer del conocimiento como bien común y no hemos sido reconocidas como productoras de conocimientos, aunque sí los hemos producido a montones – que el sistema político luego se apropia y lo transforma en “eje transversal” o “programas” compensatorios. Algunas de estas trabas son nuestro menor nivel de escolaridad, nuestro menor poder adquisitivo para comprar libros, computadoras e internet, nuestro tiempo y bienestar reducido por la carga laboral en el hogar (que dicho sea de paso no es remunerada). Está lo suficientemente hablado y documentado que las mujeres somos las más pobres entre los pobres, de modo que por tener menos dinero, tenemos menos escolaridad y, consecuentemente, nuestro acceso a las tecnologías de información y comunicación es notoriamente menor que el acceso que tienen los varones.

Debido a ello, el acceso diferenciado (o casi nulo, dependiendo del lugar desde donde se hable) de las mujeres a la información, a la educación, debido a su mayor pobreza y a las violencias de las que son objeto, y el parco reconocimiento y valoración de los saberes de las mujeres es un elemento que debe estar presente de manera contundente en el debate sobre los comunes con respecto a la información, a las tecnologías y el conocimiento. ¿Cómo tendría que ser este debate? ¿Cuáles serían los aportes de las mujeres latinoamericanas, desde nuestra exclusión de los espacios formales e informales de creación de conocimientos, al debate sobre los comunes?

3. Mujeres y comunes: ¿cómo heredar lo que no tenemos?

De acuerdo con el Tomales Bay Institute, en su reporte “El estado de los comunes”, los bienes comunes “son la suma de todo lo que heredamos en conjunto y que debemos transferir, sin merma a nuestros herederos” y para ello tenemos que partir “de la premisa de que somos todos copropietarios de un tesoro compartido. Los regalos de la naturaleza como el aire, el agua, y las creaciones sociales como la ciencia y el Internet, son los activos que constituyen nuestra herencia compartida” (Tomales Bay Institute, 2004, El estado de los Comunes, pág. 36).

Desde el estado mexicano de Chiapas, la experiencia ha demostrado que la propiedad colectiva de la tierra muy pocas veces ha incluido a las mujeres en pie de igualdad, derechos y oportunidades con los hombres. Aquí, la gran mayoría de las mujeres campesinas ha estado excluida de la propiedad colectiva de la tierra, ya que las normas del derecho indígena –cuya costumbre impide que las mujeres sean herederas–, no sigue las pautas de las normas de derecho constitucionales. Aunque las mujeres campesinas sí trabajan la tierra, y lo hacen muchas veces solas cuando los varones migran, ellas no son reconocidas como sujetos de derechos y con poder de decisión en las asambleas comunales, en los distritos de riego, por ejemplo. De hecho, está lo suficientemente demostrado que las mujeres son las que más lidian con el agua, las semillas, las plantas medicinales, el bosque, entre otros comunes y que, sin embargo, no han sido reconocidas como sujetos de derechos y con poder para la toma de decisiones sobre sus usos y distribución.

La experiencia demuestra que no solamente el mercado ha privatizado la tierra, el agua, las semillas, los alimentos y otros comunes de la naturaleza, sino que también la cultura y la sociedad patriarcal lo hacen a cada momento. Las privatizaciones capitalistas son uno de los tantos ecos y ramificaciones de la civilización y culturas patriarcales, y esta constatación ha estado ausente del debate sobre los comunes. ¿A qué se debe esta ausencia? La tierra, el agua, los bosques, las semillas son un bien común, y este común históricamente ha pertenecido exclusivamente a los varones. ¿Qué enfoque, perspectivas y análisis debemos de desarrollar para que el debate sobre los comunes puede revertir esta situación?

Para terminar, ¿qué horizontes queremos construir?

Las mujeres hemos estado ausentes y excluidas de los espacios de la civilización patriarcal, de su “humanidad”; hemos sido despojadas de nuestros saberes y hasta castigadas por pensar; nuestro cuerpo ha sido cosificado, privatizado como propiedad privada de los varones y asimilado a la naturaleza a la cual dominar y despojar; no hemos sido consideradas como seres humanas en pie de igualdad con los varones y como sujetos de derechos en la “comunidad”. Esta realidad debe de ser incluida seriamente en el debate sobre los comunes, pues si no es así, el mismo carecerá del potencial de fomentar una real transformación del sistema patriarcal y sus exclusiones. Como dice la feminista del afuera Margarita Pisano, en su libro Julia, quiero que seas feliz, “nosotras, mujeres latinoamericanas, deberíamos aprender de nuestra historia de explotación y hambre; sin conciencia de esta historia y sin relacionarla con otros continentes, no podremos desear e imaginar otras civilizaciones”.

Artículo publicado en la revista digital Pillku: amantes de la libertad

Agroecología: transitando hacia otro paradigma

Ambiente y Sociedad

Ante este panorama, se vislumbra una transición hacia otros modelos de producción como es la agroecología. Personas conscientes comprenden que el crecimiento económico no ha logrado mejorar la calidad de vida de las personas, ni terminar con la pobreza y el hambre en el mundo –ya que alimentos hay suficientes, lo que falta es una equitativa distribución de los mismos-, ni garantizar la conservación de los ecosistemas.

En palabras del ingeniero agrónomo brasilero Francisco Roberto Caporal, esta transición hacia la agroecología es el paso del modelo agroquímico a estilos de producción agrícola más evolucionados desde el punto de vista de la conservación de los recursos naturales, un proceso social orientado a la obtención de índices más equilibrados de resiliencia, productividad, estabilidad y equidad en la actividad agrícola.

Definiciones y orígenes

Existen varias definiciones sobre la agroecología. Sobre los orígenes, Susanna Hecht explica que “el uso contemporáneo del término data de los años 70, pero la ciencia y la práctica son tan antiguas como los orígenes de la agricultura”. La define como “un enfoque de la agricultura ligada al medio ambiente, sensible socialmente, centrada no solo en la producción, sino también en la sostenibilidad ecológica del sistema de producción e implica un número de características sobre la sociedad y la producción que van mucho más allá del predio agrícola”. Y encuentra sus raíces “en las ciencias agrícolas, en el movimiento del medio ambiente, en la ecología, en el análisis de agroecosistemas indígenas y campesinos, en los estudios sobre el desarrollo rural y en la economía y la política ecológicas”.

Para el chileno Miguel Altieri, uno de los principales referentes en el tema, la agroecología es “una ciencia que se basa en el conocimiento tradicional campesino y que también utiliza los avances de la ciencia agrícola moderna (exceptuando la biotecnología transgénica y los pesticidas). Provee los principios ecológicos básicos para estudiar, diseñar y manejar los agroecosistemas para que sean productivos, conservadores de los recursos naturales, socialmente justos, culturalmente aceptables y económicamente viables. Es ecológicamente viable porque pretende optimizar el sistema campesino. Es socialmente activa porque tiene que ser participativa y crear redes de intercambio. Es culturalmente aceptable porque no trata de modificar el conocimiento campesino ni imponer, sino que trata de crear un diálogo de saberes. Y es económicamente factible porque utiliza los recursos locales”.

Altieri destaca que “en el mundo hay aproximadamente 1.500 millones de campesinos que ocupan el 20% de las tierras y producen el 50% de los alimentos que consume la población mundial. De esos campesinos, el 50% practica agroecología”. Mientras tanto la agricultura industrial produce el 30% de los alimentos con el 80% del área agrícola mundial.

Manejos agroecológicos

La agroecología intenta que las fincas agropecuarias se parezcan lo más posible al ecosistema natural de la región biogeográfica en que se encuentra. De aquí que se le dé alta importancia a la diversidad de cultivos y prioridad a las especies que mejor se adapten al medio. Además, su práctica tiende al uso de tecnologías apropiadas a las condiciones locales y disminuye la dependencia de insumos externos. Si bien está comprobado que los manejos agroecológicos se pueden realizar en áreas pequeñas, medianas y grandes, es importante remarcar que están en juego cuestiones que van más allá del predio agrícola. El ingeniero agrónomo Altieri mostró ejemplos de entre 500 y 3000 hectáreas que se manejan agroecológicamente. Sin embargo, también sostuvo con otros casos que era conveniente limitar la escala a no más de 50 hectáreas para evitar el desplazamiento de pequeños y medianos productores por parte de empresarios.

Respecto a los manejos agroecológicos básicos podemos mencionar:

– Mantener el suelo cubierto para su conservación y para conservar el agua mediante prácticas de laboreo mínimo, cultivos de cubiertas verdes de invierno y de verano.

– Suministro regular de materia orgánica mediante el uso de compostaje, estercoleros, cenizas, lombricompuesto y biofertilizantes.

– Reciclaje de nutrientes mediante rotaciones de cultivos, asociaciones de plantas, cultivos en franjas, agroforestería (árboles, cultivos y animales) y cultivos intercalados basados en leguminosas.

– Prevención y control natural de plagas y enfermedades mediante el uso de biopreparados, tramperos, plantas repelentes y atrayentes, diversificación y la introducción y/o conservación de los enemigos naturales.

– Uso múltiple del paisaje.

– Producción sostenida de cultivos sin el uso de insumos químicos que degraden el medioambiente.

-Producción, selección y conservación de materiales genéticos locales de semilla, plantines y animales.

Casos en la Argentina

En la Argentina el modelo agrícola biotecnológico sigue teniendo preponderancia: de las 31 millones de hectáreas agrícolas, 20 millones están sembradas con soja, sobre las cuales se rocían 200 millones de litros del agroquímico glifosato por año más otros productos.

En menor medida, pero cada vez más visibles y necesarios, existen otros modelos llevados adelante por campesinos que ya hacían manejos agroecológicos y fueron perfeccionándolos y agregando otros, por pueblos indígenas con acceso a la tierra, y por una oleada de jóvenes de centros urbanos que decidieron vivir en el campo y convivir en armonía con el medio.

Reni Luft (53) y su marido viven hace 36 años en una granja de menos de un cuarto de hectárea, a 18 Km de El Soberbio, una ciudad fronteriza en la provincia de Misiones. A los 8 años llegó desde Brasil y se instaló junto a su familia cerca de su vivienda actual, pero en el monte. Luego se casó, y si bien se lamentó por no haber continuado su educación formal, tuvo la posibilidad de capacitarse por otras vías: “Mucho de lo que aprendí fue con el Movimiento Agrario Misionero (MAM), ellos estaban trabajando en el tema de la Ferias Francas y me invitaron a participar de sus reuniones porque se estaba por crear una feria en el Soberbio, así que estoy muy agradecida con ellos con quienes además aprendí a amar a la naturaleza”.

Sin embargo, no todos los integrantes de las ferias realizan manejos agroecológicos: “Hay algunos que sí y otros no. O también hay gente que no usa agroquímicos en la huerta, pero como plantan tabaco allí sí usan”, explicó Reni.

En el caso de su finca, intentan no usar ningún tipo de veneno. En cambio, utilizan diversidad de plantas aromáticas en las cabeceras de los canteros de la huerta que ayudan a evitar los insectos. Tampoco usan agroquímicos en la mandioca que cultivan en un espacio cedido por su vecina.

Otra práctica que implementaron es la plantación de gran variedad de árboles frutales, muchos nativos, como la jaboticaba, pitanga, araticú, mamón, coco, mango, mora, naranja, ciruela, pera y durazno. También tienen frutilla del aire –planta nativa-, y cultivo de frutillas convencionales. De allí consumen las frutas y elaboran mermeladas que también venden. A su vez, plantaron otros árboles nativos como el lapacho rosado y el amarillo, la guayubirá y el palo borracho que entre otros servicios ambientales, les ofrecen sombra y controlan el viento.

El abono orgánico para la huerta lo hacen en tres pozos que usan de manera rotativa donde depositan los desechos de la cocina y las hojas. Como tienen gallinas ponedoras de huevos y algunas gallinas doble pechuga para alimento, usan su estiércol también para abono, una vez que se desintegró. Y tienen lombricompuesto que es otro tipo de abono orgánico que se obtiene a partir de la acción de las lombrices californianas.

Cristian Barrionuevo es estudiante de Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional del Noreste y ayuda a su tío Jorge Frías a trabajar su campo ubicado a escasos kilómetros de la localidad de Puerto Tirol, en la provincia del Chaco. Hace dos años comenzaron a trabajar una hectárea de las diez que poseen, en principio para satisfacer las necesidades familiares. Además, utilizan el monte para apicultura, el pastizal para plantar árboles frutales como mamón y cítricos, y cuentan con un espacio para una futura represa.

Hoy los manejos que realizan son agroecológicos casi en su totalidad, y aunque quisieron hacerlo así desde el inicio, fue una transición ya que los dueños anteriores tenían plantaciones de eucaliptos. “Como mi tío trabaja con los campesinos y conoce experiencias agroecológicas, sabía que tardaría entre 5 a 7 años lograr un equilibrio ecológico en la finca, y es lo que pasó. Primero costaba mucho que salgan bien las verduras, las huertas no funcionaban, las plagas se comían todo sin usar agroquímicos, por eso tuvimos que usar insecticidas para las hormigas”.

Si bien ahora las hormigas casi no molestan o comen muy poco, en caso de que aparezcan las combaten sin agroquímicos. Por ejemplo, para que no invadan los cajones de las abejas, colocan una bandeja de aceite quemado debajo del caballete que los sostiene, y las hormigas no pueden subir. Para otras plagas realizan aplicaciones de tintura de timbó para control y prevención, para los pulgones en los cítricos usan preparados con ajo y tabaco y para ahuyentar a los pájaros de la chacra, cuelgan CDs o tiritas de metal ya que los reflejos de luz los espanta. Además, usan fertilizante líquido de ortiga, una planta autóctona que ayuda a fortalecer el crecimiento de las plantas.

En la finca realizan una combinación de actividades como apicultura, huerta, chacra, cultivos para mejoras en el suelo, árboles frutales y aves de granja, dándole un uso múltiple al espacio.

Previamente a la siembra en la chacra, pasan el tractor con la rastra de disco de manera superficial, luego mezclan la materia orgánica que queda y esperan que se incorpore en el suelo. Cristian considera que no es la mejor manera de hacerlo porque al remover el suelo se debilita, pero aun no cuentan con cantidades de abono orgánico suficiente para incorporar al suelo y poder hacer siembra directa.

Allí tienen maíz, zapallo y mandioca, y en los laterales árboles de nuez pecan, paltas, chirimoya, manzana, ciruela, durazno, carambola y timbó en cantidades ya que sirven para combatir gusanos en el suelo y para hacer preparados evitando la compra de insumos. También asocian cultivos, por ejemplo, mandioca, maíz y zapallo tronco o sandía, con el fin de captar más nutrientes, controlar plagas y facilitar la polinización.

Otra parte del campo está preparada para sembrar alfalfa y sorgo con el fin de generar materia orgánica y proteger el suelo, práctica agroecológica llamada abono verde. Además la alfalfa sirve de alimento para las gallinas.

En la huerta tienen acelga, remolacha, cebolla, zanahoria, repollo, lechuga, rabanito y zapallo tronco y sólo un tercio tiene riego ya que la zona se caracteriza por ser húmeda, además consumen plantas silvestres como la achira.

Cristian dejó un pequeño sector de experimentación para probar qué cultivo se adaptaba mejor al ambiente con un solo riego inicial. En un suelo casi sin modificar, plantó aromáticas, árboles frutales, hortalizas y maíz y lo cubrió con vegetales y cartón para que no salgan yuyos. Varias de las especies resistieron sin inconvenientes.

También tienen un área de monte que conservan y usan para apicultura. Hoy tienen cinco cajones de abejas, pero quieren aumentar la producción. Para ser más exactos, hacen permapicultura, una técnica más conservacionista que intenta molestar lo menos posible a las abejas, que evita darles azúcar como alimento –ya que la consideran veneno-, e intenta achicar su tamaño que fue aumentado por el hombre creyendo que iban a producir más, pero según la permapicultura, fue la causa de la propagación de la Varroa, un ácaro que las ataca.

Llega el atardecer en el campo de Tirol, los monos aulladores se hacen oír con fuerza. También conviven conejitos de monte, víboras, tucanes, sapos, mariposas e incontables especies de aves, señal de que el agroecosistema está equilibrado.

Agapito vive junto a su compañera en las afueras de El Soberbio, Misiones, hace unos 30 años. En una granja de más de 200 hectáreas tienen huerta, numerosos árboles nativos y frutales, pollos parrilleros que alimentan con maíz que cultivan y muelen ellos mismos “logrando una mejor calidad”, y cerdos que comen con lo generado en la chacra porque “con alimento balanceado es imposible que tengan sabor a chancho”, aclaró Agapito. Destinan siete hectáreas para maíz y una a dos hectáreas para mandioca para alimentar a sus animales y cuenta con una zona de monte en recuperación que utilizan para ganadería.

Una cuestión importante que recomendó Agapito es el cuidado del pozo de agua: “Cuando llegué el pozo era a cielo abierto, muy expuesto, entonces le hice un cuadro de material y dejé un caño de salida, la naciente de agua la dejé libre, le puse piedras que hacen de filtro, y pasturas, de esa manera se cubre de los venenos y otras impurezas que puedan contaminarla”.

Lo destacado de su finca es la abundancia de árboles nativos, muchos plantados por él: “Tengo loro, incienso, cedro, guatambú, guayubirá, guayca, palmera natural del monte, coquero, soita, y también frutales. Pero para llegar a esto tuve un cambio personal, porque a decir verdad, cuando llegué acá planté 150 hectáreas de pino (risas), después los fui sacando y fui preparando el terreno. Y este cambio mío tuvo que ver con mi acercamiento y capacitación en la escuela Escuela de la Familia Agrícola (EFA). Para mí lo que hice fue una gran victoria, fíjese que hace 30 años empecé a plantar árboles nativos”, enfatizó Agapito.

La EFA, institución de gestión privada inserta en el medio rural en diversas provincias de la Argentina, tiene una función destacada en la promoción de las prácticas agroecológicas. Tiene un sistema de alternancia de 15 días en la escuela y 15 en los hogares y los alumnos son, por lo general, hijos de pequeños productores. “La EFA tiene como principio respetar el medio ambiente por sobre todo y es un eje transversal en todas las materias y en el día a día de la convivencia interna”, contó Alicia Canteros, docente de la Efa Tupa Rembiapo de Santa Ana, Corrientes.

Comercialización

Para estos otros modos de producción, las Ferias Francas cumplen un rol destacado ya que posibilitan la comercialización de los productos de forma directa hacia los consumidores de pueblos y ciudades, es un espacio de encuentro, de promoción y de intercambio de saberes. Mientras que para el consumidor es la posibilidad de consultar acerca del alimento que compra.

En el caso de Reni, los alimentos que no consumen, los venden a los turistas que llegan a su casa o en la Feria Franca que funciona en el Soberbio todos los sábados por la mañana. Allí vende cultivos de la huerta, mandioca, maníes, frutas, huevos, pollos, mermeladas, almíbar, pickles, dulce de leche y licores. “Las personas que se acercan a la feria y nos consultan cómo producimos los alimentos, son por lo general de otros lugares, aquí en el pueblo nos falta mucha concientización sobre el daño que provoca el uso de venenos tanto para el productor como para el consumidor”, se lamentó Reni.

Por su parte, Agapito tiene clientes en el pueblo que le hacen pedidos por teléfono o personalmente. Les vende cebolla, lechuga, perejil, mandioca, pollo, carne de chancho, dulces, pickles, queso, crema, leche y dulce de leche. Además, su compañera hace artesanías junto a un grupo de mujeres del Soberbio y San Vicente que venden en la provincia y fuera de ella. Contó que participa de la Feria Franca hace sólo tres meses: “Lo bueno que tiene la feria es la diversidad de productos que ofrece, además es una atracción para los curiosos y el boca a boca también ayuda para la promoción de nuestros productos”.

En el caso de Cristian y su tío, si bien la comercialización de la producción no es prioridad ya que es para autoconsumo y el ingreso familiar es otro, lo que sobra lo venden: “Algunos huevos, ahora hay mucha producción de plantines que los llevaré a una feria y porongos para mate. Vendemos sobre todo directamente al consumidor, a gente conocida, en el trabajo y en Resistencia, Chaco. También armamos una página en internet donde nos hacen pedidos, pero tenemos que ir aumentando la producción.”

Alicia contó que la EFA de Santa Ana, Corrientes, también vende parte de su producción que realizan docentes y alumnos: “Tenemos vivero, miel, porcinos, gallinas, huerta, producción bajo cubierta de tomate y pimientos y frutales. La gente se acerca a comprar a la escuela o en los eventos del pueblo como es la fiesta patronal, en las ferias y están nuestros clientes fijos que llevan huevos y las canastas de verdura. Hoy también estamos vendiendo pollo”.

Dificultades y soluciones

Para Reni uno de los principales problemas para llevar adelante manejos agroecológicos es que sus vecinos aplican agroquímicos y por efecto del viento también llegan a sus cultivos: “Cuando me preguntan si el producto que vendo es sano, les contesto que no se los puedo asegurar, porque si bien yo no uso veneno tengo vecinos cercanos que plantan tabaco o cítricos que fumigan con máquinas y el viento trae el veneno a mi huerta”. Lo mismo le sucede a Agapito: “En mi huerta no uso agroquímicos y utilizo abono natural, pero el veneno que usa el vecino viene por el aire y no puedo decir que mi producción es 100% ecológica”, aunque también destaca que con la abundancia de árboles que hay en su finca es difícil que llegue el agroquímico de los vecinos que plantan tabaco.

En el caso de Tirol, Cristian relató que solo una vez unos vecinos quisieron sembrar soja, pero su tío logró convencerlos para desistir de la idea, explicándoles entre otras cosas, que era una zona donde viven familias con niños y hay casas de fin de semana. El posible problema allí es la contaminación del Río Negro que rodea el campo: “Hoy no nos afecta directamente porque no usamos agua del río, pero hay informes que constatan la contaminación por la fábrica de tanino instalada en el pueblo y la gente dice que antes se pescaba y ahora no. De todos modos, como acá llueve seguido podemos maximizar el uso de esa agua, y para eso ya tenemos planeado hacer una represa”.

Otro inconveniente es cómo convivir con los animales del monte que al tener su hábitat cada vez más reducido buscan alimento en las fincas como le sucedió a Reni: “Un vez tuvimos una seca tremenda, yo regaba la huerta dos o tres veces por día, y a la noche venía un tatú y no me dejaba nada de verdura para la feria. Así estuve dos meses hasta que un día mi perro logró atraparlo. Pero no tendríamos que matar a los animalitos para cosechar alguna planta, porque nosotros destruimos su ambiente y ellos tienen derecho a comer y vivir también”. Para estos casos, Cristian recomendó colocar cercos de tunas y cedrón, que pinchan y hacen una mata frondosa alejando a los animales.

Políticas públicas y acciones necesarias

Para el ingeniero Altieri el mayor obstáculo para el desarrollo de la agroecología es la falta de voluntad política, los intereses de las multinacionales, la sobrefinanciación para la investigación y desarrollo de la agricultura convencional y la casi nula para la agroecología.

Reni señaló que en el Soberbio falta apoyo desde instituciones como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Además, los feriantes dejaron de contar con la colaboración del técnico del MAM: “Nos falta asistencia técnica para los feriantes. A los colonos que plantan tabaco dicen que sí los asesoran, que son mayoría por los beneficios sociales que reciben. En cambio para los agroecológicos falta incentivo desde el municipio que tendría que ser el primero en fomentarlo junto a la provincia, ya sea dando charlas, orientando a los productores para cuidar el monte que queda y evitar el uso de venenos”.

Para Agapito, falta voluntad y confianza de los pequeños productores: “En la feria somos menos de 10 familias las que participamos, ahora si viene una empresa particular para plantar tabaco y necesita 200 colonos, en el día los junta, en cambio nosotros podemos pasar 10 años y no llegamos a 20”.

Cristian también señaló la carencia de técnicos especialista en el tema y dejar de fomentar insistentemente la producción convencional: “Faltan técnicos que sepan de agroecología y que ayuden a la gente, pero no hay muchos formados en el tema. También se necesitan nuevos mercados locales para la comercialización y ayudarlos a que se mantengan en el tiempo y funcionen. Y como estudiante creo importante enseñar la opción agroecológica en la universidad o aunque sea nombrarla”.

Otras cuestiones necesarias que consideró Cristian son “darle mayor publicidad y reconocimiento a la agroecología” y como acción indirecta, “otorgarle mayor autonomía a los municipios para que tengan poder de decisión real, para dar lugar a la democracia participativa y de esta manera beneficiar la producción agroecológica”.

El movimiento agroecológico en la Argentina

Existen escasos registros sobre el desarrollo de la agroecología en la Argentina. En una consulta a Artenio Driutti, ingeniero agrónomo y director del Instituto Agrotécnico de la Universidad Nacional del Nordeste, explicó que “los orígenes en la Argentina fueron iniciativas locales dispersas, mientras que a nivel académico, la Universidad de La Plata fue la primera en abrir una Cátedra de Agroecología en la carrera de Ingeniería Agronómica y desde allí se promovieron grupos de trabajo en los alrededores de la ciudad”. “Otro grupo importante surgió en Rosario, provincia de Santa Fe, que en los años 90 realizaron cursos de agroecología en distintos puntos del país. Uno de ellos fue en la Granja Naturaleza Viva de Enrique Vénica, en Guadalupe Norte, Santa Fe, un emprendimiento familiar que cuentan con 25 años de experiencia en producción agroecológica. También promovieron cursos de posgrado en Agroecología en conjunto con la Universidad de Córdoba, España, donde se capacitaron personas que hoy son referentes en el tema. Ese grupo continúa dando cursos, está bien organizado y es muy dinámico”, relató el ingeniero. No casualmente, existe en Rosario un Programa de Agricultura Urbana de la Municipalidad que funciona desde 2002, se trata de una red productiva que integró unas 10 mil familias desocupadas en la producción y elaboración de alimentos mediante técnicas ecológicas que se destinan al consumo familiar y al mercado.

Ya en los últimos años se destacaron los encuentros Regionales de Agroecología en el noreste argentino, en 2010 y 2011 se realizaron en General San Martín, Chaco, convocados por el Movimiento Agroecológico Chaqueño y en 2013 en Bella Vista, Corrientes, donde participaron alrededor de 700 personas de diferentes provincias y países. Estos espacios tuvieron el mismo objetivo de promocionar, defender e intercambiar conocimientos y experiencias agroecológicas.

Tras el encuentro en Bella Vista, se conformó la Red Regional de Agroecología. Paiá Pereda, coordinadora del Instituto de Cultura Popular (INCUPO), explicó que hubo “tres corrientes que confluyeron: los organizadores de los encuentros en General San Martín, las organizaciones nucleadas en el Movimiento Agroecológico Latinoamericano (MAELA) que trabajan en el nordeste argentino, y el Consejo de Garantía Participativa de Bella Vista, quien tomó la iniciativa de convocar al encuentro el año pasado. En la reunión de evaluación consideramos que teníamos que mantener el espacio durante todo el año y así surgió la idea de convertirnos en Red Regional”.

Desde 2007 funciona en Bella Vista el Sistema de Certificación Participativa de productos agroecológicos que le permite al productor diferenciar su producción en el mercado local. A diferencia de la certificación orgánica convencional, es un sistema gratuito para el productor por lo tanto no encarece el producto. Además, como requiere la participación de diversos actores locales quienes controlan y aseguran la calidad del producto, se promueve la participación directa de consumidores, pequeños productores, asociaciones, instituciones públicas y Ongs.

Más recientemente, la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación creó un área específica con enfoque agroecológico “para acompañar y promover la agroecología como herramienta de consolidación de las comunidades rurales, potenciando sus capacidades en la producción de alimentos saludables, en cantidad, calidad y diversidad”, explicó la referente del área Renata Valgiusti. “La intención es responder a las demandas de organizaciones de la agricultura familiar, técnicos e instituciones para profundizar los manejos agroecológicos, apoyar el trabajo que se viene realizando en torno a la preservación de semillas nativas y criollas e incluir la agroecología en los programas y organismos destinados a la agricultura familiar”, detalló la ingeniera agrónoma.

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