Calendario Ecofeminista: XV años de luchas, sueños y resistencias colectivas

Con enorme alegría les compartimos el calendario ecofeminista 2025, el cual es parte de nuestra celebración por los XV años de nuestro caminar como Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente.

¡Deseamos que lo disfruten, que las fotografías de fortaleza, dignidad, resistencia y esperanza las inspiren y aviven los fuegos de lucha y construcción de otros mundos posibles!

También queremos compartir con ustedes, un poco de nuestra historia… Parece que fue ayer cuando, en una plática acalorada entre amigas sobre la exclusión de las
mujeres de los procesos de organización comunitaria en torno al agua, dijimos: “¡Ya basta! Vamos a hacer
talleres sólo con las mujeres. ¡De mujeres, con mujeres y para mujeres!” Y así sembramos las semillas de
un proyecto que ahora cumple quince años.
Empezamos de manera voluntaria en el año de 2008 junto a grupos de mujeres organizadas, con las
cuales analizábamos las problemáticas relacionadas al agua y los impactos en su salud, alimentación y
en el trabajo. El interés de diferentes grupos de mujeres en Chiapas era notorio, de modo que en el año
de 2010 nos formalizamos como una Organización No Gubernamental. Hoy somos reconocidas como una organización firmemente comprometida con la lucha por la justicia ambiental, climática y social.
Desde la perspectiva de género y medio ambiente, evolucionamos hacia la perspectiva ecofeminista
crítica latinoamericana. Desde el cuidado y gestión ambiental, ampliamos nuestra perspectiva hacia
los bienes comunes naturales. Desde las problemáticas ambientales locales dirigimos nuestra mirada
hacia la lucha en contra del modelo extractivo. Desde el trabajo con grupos locales de mujeres, avanzamos hacia el trabajo junto a los grupos de defensoras ambientales a nivel estatal, nacional e internacional.

Hemos cambiado porque estamos atentas a los constantes desafíos sociales, políticos, económicos y
culturales que afectan la dignidad de la vida de las mujeres y de la naturaleza. El sistema hegemónico voraz y violento nos desafía constantemente y requiere la revisión comprometida y articulada del contexto en el cual trabajamos. Solo así podemos construir prácticas realmente contestatarias, transformadoras, tanto en lo concreto –la organización de las mujeres y el fortalecimiento de su poder personal y colectivo en la defensa y recuperación de sus comunidades y territorios– como en lo teórico, en lo reflexivo crítico.

Sin agua, no hay vida

Inicialmente, nos enfocábamos principalmente en la formación por medio talleres comunitarios en
distintas regiones del estado sureño mexicano de Chiapas. Un estado periférico, de frontera, con realidades tremendamente dolorosas debido a la exclusión y marginación históricas y a la vez, resistencias y rebeldías también históricas. La educación popular ha sido nuestra principal herramienta para transformar estas realidades. El anclaje inicial de nuestros procesos formativos ha sido siempre la experiencia concreta de las mujeres como fuente de conocimiento, de saberes, de análisis que se colectivizan y problematizan como forma de confrontar esa realidad.

Nuestras estrategias de trabajo, además de la formación, fue ampliándose hacia la investigación
participativa, hacia el activismo feminista y hacia la comunicación. Nuestra guía sigue siendo el derecho
al agua desde la interdependencia con los derechos a la salud, a la alimentación, al trabajo, a la
participación y la toma de decisiones. Es un derecho que también se relaciona con los derechos indígenas, con los derechos a la tierra y el territorio y con los derechos ambientales. Y nuestra consigna es la de que sin agua no hay vida.

Nuestro caminar junto a los grupos de defensoras comunitarias ha favorecido que los alcances de nuestros procesos formativos cuenten con la participación de mujeres de diferentes regiones del territorio mexicano. Actualmente, somos parte de grupos y redes de mujeres y feministas a nivel local, estatal, nacional e internacional.

Y seguimos

Nos enorgullece y nos renueva las esperanzas constatar, en estos quince años, que hemos construido relaciones sólidas y francas con diferentes grupos de defensoras, en donde el trabajo político va de la mano con el compañerismo: luchamos, marchamos, aprendemos juntas y también celebramos y festejamos juntas.

Nos enorgullece ser parte activa y propositiva de este gran movimiento de mujeres que, frente a las violencias, injusticias y opresiones, siembran la dignidad, la fuerza y la esperanza de mundos más sanos, libres y justos.

¡Gracias por ser parte de esta trayectoria!