Impulsada por Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente, la Escuela Ecofeminista Mujeres Defendiendo el Territorio Cuerpo- Tierra es una iniciativa única en su tipo y con una importancia dada por varios elementos que la distinguen.
El primero es que tiene su origen en Chiapas -específicamente en San Cristóbal de Las Casas- enclave del sureste de México que aglutina, desde hace mínimo tres décadas, diferentes luchas y resistencias de mujeres indígenas y no indígenas frente al despojo territorial y la violación de sus derechos.
Es relevante también porque se trata de una propuesta formativa original, creada desde el conocimiento, la experiencia y la sensibilidad de las fundadoras de Agua y Vida, Mujeres, Derechos y Ambiente, activistas y educadoras comprometidas con la defensa de los derechos de las mujeres y con el ecofeminismo como corriente crítica de pensamiento y para la acción. Como organización ecofeminista, Agua y Vida es un referente local, regional y, como veremos más adelante, también nacional e internacional.
Se trata de un proceso que, ya en sus orígenes y planteamiento, es desafiante porque reúne a mujeres defensoras de derechos humanos, en especial los derechos ambientales, para compartir sus luchas, vincularse entre sí, analizar y orientar colectivamente los esfuerzos que hacen en la protección y defensa del territorio cuerpo-tierra. Acciones que desafían a un sistema patriarcal que quiere a las mujeres enfrentadas y no aliadas.
Son ya siete generaciones de Escuela Ecofeministay la mirada en retrospectiva se vuelve útil para saber si la propuesta ha estado a la altura del desafío que mencionamos y para orientar nuevas etapas o siguientes pasos. En esta dirección apunta el presente documento. Se trata de una evaluación externa, hecha con la participación cercana de Agua y Vida, quien ha planteado la necesidad y el objetivo de ésta.
El documento está organizado en tres apartados. En el primero se hace un repaso en los orígenes, el diseño, la implementación y los resultados de la Escuela Ecofeminista en sus siete generaciones. El segundo es el diseño de la evaluación, que es completa responsabilidad de quien evalúa. En el tercer apartado se encuentran los resultados de la evaluación.
Finalmente, algunos comentarios y puntos de vista, que sirven para cerrar y agradecer a Agua y Vida la oportunidad de ser parte, como observadora, de un proceso formativo hecho con cuidado, cariño, creatividad y experiencia que se refleja en los resultados.
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