Dos semanas de debate en Dubai. Una conferencia sobre el clima presidida por un magnate del petróleo. Mucha diplomacia económica. Un “nuevo” y tibio llamado a la reducción progresiva de los combustibles fósiles.Aquí les presentamos apenas algunas notas que dan cuenta de la indignación de muchas activistas frente a la COP-28, realizada del 30 de noviembre al 12 de diciembre de este 2023 que ya llega a su fin.
A estas alturas, todas sabemos que Dubai es una ciudad en los Emiratos Árabes Unidos, cuya gran parte de la economía se sostiene en el petróleo. Y esta COP, tal como nos recuerda Info Ecomunidades, se realiza a 5 y 4 años de los reportes del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) de la ONU de 2018 y 2019, que advierten sobre la urgencia de reducir a la mitad el consumo de gas, carbón y petróleo antes de 2030, para evitar un calentamiento global superior a 1.5 grados centígrados. Y después de 27 COP o Conferencias de las Partes que no han conseguido frenar el crecimiento mundial en el consumo de gas, carbón y petróleo y en las emisiones de gases y humos que dañan el clima.
Info Ecomunidades recupera la realidad de que la COP 28 se realizó meses después de terribles eventos climáticos nunca vistos en la historia, como el huracán Otis en Acapulco, de categoría 5, el primero en el Pacifico en tocar tierra , con máxima potencia; el incendio en Maui, Hawái, la catástrofe ambiental más letal en Estados Unidos en los últimos 100 años; los más de 5.000 incendios forestales de Canadá que han duplicado en este año el suelo quemado: más de 10 millones de hectáreas; los incendios forestales de Grecia, los más grandes registrados en Europa; las tormentas gigantes de granizo y lluvias torrenciales récord en China, entre muchos otros eventos climáticos nunca vistos de este año.
Desde una postura comprometida con las organizaciones y luchas de las mujeres, nuestras compañeras de la GAGGA (Global Alliance for Green and Gender Action), lanzaron un llamado urgente a una financiación climática con justicia de género. Su objetivo en la COP 28 fue el de amplificar los mensajes de incidencia de las socias de la alianza GAGGA, garantizar su participación activa, abogar por apoyo y financiación para soluciones climáticas con justicia de género y denunciar las falsas soluciones climáticas.
Gagga evidenció que
La crisis climática continúa aumentando y la urgencia de encontrar soluciones significativas nunca ha sido más palpable. Mientras los líderes mundiales se reúnen para la COP28, es crucial que las voces locales, especialmente las de mujeres, niñas, personas trans, intersexuales y no binarias y las comunidades estructuralmente excluidas de mujeres indígenas, afrodescendientes, rurales y jóvenes, no sólo sean escuchadas, sino que lideren las soluciones que proponemos. Para que esto se haga realidad, es necesario alejar el financiamiento climático de falsas soluciones climáticas y distracciones peligrosas, como represas a gran escala y plantaciones de monocultivos, que conducen a violaciones de derechos humanos y destrucción de ecosistemas, y dirigirlo hacia soluciones climáticas con justicia de género.
Por su vez, las compañeras de AWID, reconocieron que no hay de otra que reírnos en la cara de la captura corporativa. La tragicomedia de estos 30 años de negociaciones por el clima, estos 28 años de Conferencias de las Partes, también nos invitan a la irreverencia política feminista. Pues presenciamos “OTRA cumbre inútil, cara y desgastante que no brindará nada más que grandes retóricas y promesas vacías…”. Esperamos que la COP28 sea una farsa política especialmente desquiciada este año.
Así argumentan las AWID: “mientras la influencia corporativa sigue creciendo en todas las esferas de nuestras vidas, además del catastrofismo climático, este año decidimos recurrir al humor para ilustrar la cuestión de la captura corporativa y, con suerte, proporcionarles un poco de alivio cómico”. Así, salieron a preguntar a las humoristas feministas su opinión sobre la captura corporativa, siempre presente en las COP, y el resultado nos informa y anima a fortalecer nuestras críticas políticas feministas.
Invitamos a conocer la nota completa, pues nos proporcionan buenas informaciones sobre cómo funcionan estas conferencias, los miles de millones de dólares que las corporaciones usan para desinformarnos sobre los combustibles fósiles – y salirse con la suya, además de perseguir a defensoras. También nos explican qué es eso del greenwashing, nuevo término que en inglés – suponiendo que todas entendemos o queremos entender este idioma – que significa “lavado verde” (recordemos eso del “lavado de dinero”, que también nos costó entender) y que se usa para “nombrar las falsas soluciones, como las finanzas ‘verdes’, la minería ‘verde’, el ‘crecimiento’ verde”, entre otras iniciativas que, a nosotras, nos huelen a engaño y retroceso. Parece broma, pero no lo es.
La COP 28 y el Acuerdo de París, hipocresía al borde del colapso
Por otro lado, desde la agencia de noticias Tierra Viva, Flavia Broffoni, politóloga y activista en ecología política y emergencia ecológica y climática, también co-fundadora del movimiento de desobediencia civil pacífica Rebelión o Extinción, y autora de Extinción (Sudamericana, 2020), nos dice, con gran valentía y honestidad, que “lo que sucede en estos ámbitos es ridículo. Pero de una ridiculez que roza la obscenidad”. Y sigue evidenciando el greenwashing (lavado de imagen verde):
“Miles de personas volando a decenas de miles de kilómetros, emitiendo una cantidad inmensa de gases de efecto invernadero, no solo por lo que implican los traslados, sino los consumos y la parafernalia de estos eventos. Hoteles de lujo, comida importada, café y carne sustentable del otro lado del mundo, sponsors como Coca-Cola, países anfitriones con miles de activistas presos como Egipto —donde ocurrió el año pasado la reunión— lavando su imagen con la foto de ambientalistas globales disfrutando de su hospitalidad. Este año, la COP 28 está ocurriendo en los Emiratos Árabes, presidida por un jeque con intereses harto demostrados en la expansión de la frontera fósil y en jugar con el precio del petróleo. En ninguna otra COP hubo tantos agentes negociadores de la industria de combustibles fósiles acreditados. La cifra representa un incremento del 400 por ciento respecto al año pasado”.
¿Qué validez tienen estas conferencias?, se pregunta la autora. Nos interesan sus denuncias y su combativo lenguaje porque despierta la esperanza de que todavía existen mujeres cuya palabra incomoda, interpela, convoca a transformar – algo tan importante en estos momentos en que muchos movimientos sociales, y también feministas, andan desmotivados, sin suficiente poder contestatario al Estado y sus políticas criminales. Les invitamos a leer su artículo completo, pues necesitamos recuperar nuestro potencial crítico y organizativo frente a estos eventos cuyos “pequeños cambios” son más retrocesos que avances.