Las mujeres somos agua y humedal: hacia el fortalecimiento de las mujeres en la gestión participativa del agua
Las afectaciones generadas por el actual sistema de acumulación y despojo a los ciclos de la naturaleza, en especial al ciclo del agua, se vuelven más evidentes año con año. En México, el año 2024 tuvo un periodo de gran escasez de agua y sequías durante los primeros seis meses; sequías que han sido desde moderadas hasta severas en el 74.43% del país. Al hablar de sequía y falta de agua en casi todo el territorio, hablamos de que miles y miles de personas han visto afectado su derecho al agua. Es importante recordar que los derechos siempre están interrelacionados; es decir, al afectarse el derecho al agua también se afectan el derecho a la alimentación, a la salud física y emocional, así como el derecho a un ambiente sano.
Las consecuencias relacionadas con la escasez de agua generan diversos problemas: desde las afectaciones a los medios de vida, como la agricultura familiar, el ganado y la pesca, hasta los daños a la salud física ocasionados por enfermedades infecciosas, parasitarias, gastrointestinales y otras asociadas a la falta de agua. La salud emocional también se ve gravemente afectada, ya que la falta de agua genera estrés, ansiedad, depresión y un aumento de la violencia. Pero ¿para quiénes?, ¿quiénes viven realmente estas situaciones y sus consecuencias?
El sistema capitalista y su colusión con el Estado han generado estructuras federales y municipales, como la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado Municipal (SAPAM, dependencia que administra el agua en San Cristóbal de Las Casas), que aunque deberían garantizar y administrar el agua para la población, en realidad se han encargado de asegurarla para las empresas refresqueras, cerveceras, hoteleras, mineras y para los megaproyectos que actualmente se desarrollan en el país.
Frente a esta realidad, se hace evidente que las sequías y la escasez de agua no afectan a todas las personas por igual. Son los grupos históricamente vulnerados quienes viven las consecuencias en carne y hueso. Son las personas racializadas, marginadas y empobrecidas, y entre ellas, son las mujeres y las niñas quienes cargan con las peores consecuencias. Son ellas quienes buscan subsanar la falta de agua en sus hogares, ya sea mediante la compra de garrafones, la contratación de pipas, el acarreo desde largas distancias o la captación de agua de lluvia. Son ellas quienes atienden las enfermedades derivadas de la mala calidad del agua y también son ellas quienes viven directamente el estrés, la ansiedad y la angustia que genera no tener agua para realizar el trabajo del hogar y los cuidados que histórica e injustamente les han sido asignados.
Desde el ecofeminismo y la apuesta por la justicia ambiental y climática feminista, señalamos y denunciamos estas injusticias. Pero también reconocemos el gran trabajo que las mujeres ya están realizando para participar de manera decidida y organizada en la gestión y defensa del agua. Desde nuestro papel como educadoras populares feministas y acompañantes de procesos organizativos de mujeres, en 2024 y 2025 hemos trabajado fuertemente en el fortalecimiento para la organización y participación de mujeres defensoras del agua, con el objetivo de aportar al poder personal y colectivo de aquellas que se asumen como defensoras, pero también de quienes aún no lo hacen, pero tienen preocupación e interés por organizarse para impulsar acciones de cuidado y defensa del agua.
El proceso se ha construido desde la metodología de la Educación Popular Feminista, se han incluido diversas estrategias: escuelas populares, recorridos, creación de cortometrajes documentales, campañas de difusión y encuentros locales y regionales. Apostamos por estas estrategias porque estamos seguras de que son espacios importantes para la formación política ecofeminista, no solo para las mujeres que participan directamente, sino también para sensibilizar a la población en general sobre las problemáticas del agua y las acciones que las mujeres están llevando a cabo en torno al cuidado y la gestión comunitaria del agua.
En las siguientes páginas encontrarás los materiales generados en cada parte de este poderoso proceso. Creemos firmemente que las justicias se construyen en colectivo y desde nuestras realidades territoriales, así que ¡siéntete libre de utilizar, compartir y modificar lo que consideres necesario!