Materiales

Ecofeminismos y Reducción de Riesgos y Desastres: metodologías para el trabajo comunitario

A pesar de la gran cantidad de materiales sobre la Reducción de Riesgos y Desastres, muy pocos consideran, de manera crítica, la perspectiva de género, en la cual se evidencia que al mismo tiempo que las mujeres son las más afectadas y las más vulnerabilizadas, también poseen muchas capacidades y habilidades para la organización comunitaria frente a los riesgos y amenazas.

Este modelo económico genera la gran mayoría de los desastres socioambientales, que a la vez, afectan a las personas empobrecidas, marginadas y racializadas. Eso significa que los desastres y visibilizan e intensifican las desigualdades sociales que ya existen. Y en este mundo desigual, las mujeres, en especial las indígenas, campesinas y urbanas marginadas son las más afectadas.

El ecofeminismo propone una economía del cuidado, que pone la VIDA en el centro de las decisiones políticas y económicas, que valora el trabajo doméstico y de cuidados que realizamos las mujeres y cuestiona el pensamiento de que tanto los seres humanos como la naturaleza estamos a servicio del capital.

Descarga la Guía aquí.


Firmes para lo que venga. Historias de resiliencia de mujeres frente a amenazas socionaturales en Chiapas, Oaxaca y Guerrero

Este libro constituye un ejercicio para recuperar las historias de las mujeres afectadas por los desastres desde un lugar de reivindicación. La importancia de evidenciar estas condiciones, de relatar las historias de las mujeres en primera persona, visibilizarlas no como víctimas, sino como sobrevivientes resilientes, protagonistas de los procesos de reconstrucción material, social y emocional, radica en hacer justicia a la memoria oral de sus experiencias de subsistencia al sistema patriarcal capitalista colonial.

Los testimonios que aquí se presentan evidencian que debido a las desigualdades sociales, sexuales y genéricas, las mujeres son las más afectadas por los eventos de riesgos, amenazas y desastres, y entre ellas, las mujeres indígenas y racializadas son las que se encuentran en una situación más crítica. Y son ellas las que más se organizan para revertir esta situación, incrementando su jornada laboral entre el trabajo doméstico y de cuidados, el trabajo comunitario y el trabajo remunerado.

Descarga el libro aquí


Megaproyectos, extractivismos y conflictos socioambientales en Chiapas, MéxicoCompartiendo la palabra y el aprendizaje de las mujeres a tres años de la escuela ecofeminista mujeres defendiendo el territorio cuerpo-tierra

El extractivismo y los megaproyectos van de la mano, generando conflictos socioambientales y la sistemática violación de nuestros derechos, como el derecho a la tierra y al territorio, el derecho a la salud y a la alimentación, el derecho al agua, al medio ambiente sano, los derechos laborales, el derecho a la consulta previa, libre e informada. Además, generan toda suerte de violencias, pues el Estado se alía con las empresas y hasta con el crimen organizado, persiguiendo a las defensoras y criminalizando la protesta social.

Desde nuestra perspectiva ecofeminista, visibilizamos que la explotación y dominación de las mujeres tiene paralelismos con la dominación y explotación de la naturaleza y los bienes comunes naturales en nombre del capital, del dinero. Eso significa que tanto la tierra como los cuerpos de las mujeres son vistos como mercancía, como territorios para sacrificar y conquistar para que el sistema opresor exista.

La principal manifestación del despojo capitalista es el extractivismo, que afecta tanto el territorio en su diversidad natural y sociocultural, como los cuerpos y emociones de las personas que lo habitan, en especial los cuerpos de las mujeres. Desde sus orígenes, la economía extractiva se ha relacionado con el control, violencias, militarización, sometimiento y dominación de los territorios y sus pueblos. Conjugando la dimensión económica (saqueo, despojo, acumulación por desposesión) y cultural, el extractivismo intensifica y moderniza el saqueo histórico de los bienes naturales impuesto por el Norte al Sur Global.

A partir de estas constataciones, Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente convocó en el año de 2017 a la Escuela Ecofeminista “Mujeres defendiendo el Territorio Cuerpo-Tierra”, que desde la educación popular feminista, pretende realizar una mirada crítica de las realidades históricas e inmediatas de las mujeres –marcadas por el capitalismo patriarcal desarrollista– para situarnos corporal, geográfica y epistemológicamente, identificar los problemas y proponer alternativas orientadas hacia la sostenibilidad de todas las formas de vida del planeta. El éxito de la propuesta teórico-metodológica y didáctica ha llevado a una segunda y terceras generaciones de la Escuela en los años de 2018 y 2019, sumando la formación de 76 mujeres defensoras de los derechos humanos, en especial de los derechos ambientales, de 5 estados de México, más de 10 municipios de Chiapas y 6 países latinoamericanos.

Producto de estos tres años de reflexión, son los aprendizajes que construimos en conjunto sobre nuestras luchas en contra de los megaproyectos y el extractivismo en Chiapas. Es desde la palabra de muchas compañeras que día a día defienden sus cuerpos y sus  territorios que se muestran los impactos de los conflictos socioambientales y nos permiten ver la cara más perversa de la implementación de los modelos extractivistas y sus violencias en nuestras vidas.

Les invitamos a leer el material, descargarlo y compartirlo.


Infografía: Nuestro cuerpo es el primer territorio que habitamos

El cuerpo de las mujeres, principalmente las marginadas, ha sido un territorio de luchas, despojos, imposiciones, violaciones de límites y fronteras, así como de resistencias y poder.

Debido a las históricas desigualdades sexuales y de género, al machismo, la misoginia y a las violencias estructurales, los megaproyectos afectan especialmente a las mujeres en su salud física y emocional, en su economía y en las formas de participación. Es por eso que las luchas por la defensa de la tierra y el territorio son inseparables de la defensa de los cuerpos de las mujeres, comprendido como primer territorio a liberar de los embates del sistema patriarcal capitalista y colonial que los explota y violenta.

El ecofeminismo pone la Vida en el centro. Por eso, hablamos de defensa del territorio cuerpo-tierra, pues no es posible pensar en una vida digna para las comunidades mientras se siga violentando los cuerpos de las mujeres.

Es necesario, por lo tanto, realizar una defensa integral, que conjugue territorio, tierra, cuerpo y vida.

Descarga aquí la infografía


Infografía: No queremos Coca Cola en Chiapas

Chiapas es el estado en donde se consume más refrescos en México. En la región de Los Altos, el consumo está arriba del promedio nacional: 821 litros al año, lo que equivalen a 2.25 litros por persona. Asimismo, presentamos uno de los mayores índices de marginalidad y de mortalidad en mujeres, niñas, niños y personas adultas mayores por desnutrición e infecciones gastrointestinales. Es gravísimo que, por falta de acceso al agua, Chiapas ocupe el primer lugar en el consumo de bebidas azucaradas del mundo.

Esto genera sin duda graves daños a la salud humana, debido a enfermedades como: hipertensión, diabetes, problemas renales y cardíacos, osteoporosis, caries dental, desnutrición y obesidad. En San Cristóbal de Las Casas, la empresa Coca Cola FEMSA tiene la concesión para extraer agua de 3 pozos profundos. La empresa extrae, diariamente, más de 1.6 millones de litros diarios (320  pipas 10,000  de Agua al día). En comunidades indígenas, la empresa vende sus productos con un precio de hasta 30% más bajo que el promedio nacional, generando una dependencia del refresco, pues en esas comunidades el agua no tiene calidad para consumo humano. Todo eso lleva a la pérdida de la identidad cultural y prácticas ancestrales. Coca Cola ha sustituido bebidas tan elementales como el agua, tan tradicionales como el pozol y tan espirituales como el posh (bebida extraída de la caña de maíz).

A su vez, esta explotación del agua genera una mayor presión sobre los ecosistemas de humedales de San Cristóbal, principalmente dos los de Lagos de María Eugenia y La Kisst, los cuales  son humedales de Montaña y que proveen el 70% de agua potable a la población. A pesar de que en 2008 estos sitios fueron declarados como áreas naturales protegidas con el carácter de zona sujeta a Conservación Ecológica, la problemática del agua se ha intensificado debido al crecimiento de la población, a la deforestación, la minería de arena y grava.

Desde Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente, hemos visibilizado que debido a división sexual y genérica del trabajo, las mujeres son las principales cuidadoras y administradoras del agua para uso personal y doméstico, sin embargo no son reconocidas ni valoradas como tales. En contextos rurales e indígenas, esta situación se intensifica, toda vez que el servicio de agua entubada es casi nulo, y las mujeres y niñas necesitan recorrer largas distancias y emplear varias horas al día para el acarreo de agua para toda la familia, lo que implica un gran desgaste físico, generando problemas musculares, de espalda, dolores de cintura, de cabeza, caídas, abortos espontáneos, además de sufrir acosos o violencia sexual en el trayecto. Esto nos afecta en términos de Salud y dignidad.

Descarga aquí la Infografía